Devoción para el día 25 de mayo, mes de María: La Virgen estaba presente con los Apóstoles en la sala mientras esperaban el descenso del Espíritu Santo
Mayo, mes de María, Día 25: El milagro del cojo de Calanda.
El mes de mayo es normalmente parte de la temporada de Pascua, el período de cincuenta días que dura desde la Pascua hasta Pentecostés. El día 25 de esta devoción, vamos a presentar una increíble sanación a través de la poderosa fuerza de intercesión de nuestra Madre María. Durante el tiempo pascual se celebra la Resurrección del Señor de entre los muertos, una celebración que culmina con su Ascensión al Padre y el envío del Espíritu Santo a la Iglesia en Pentecostés.
Mayo, mes de María.
Este es un momento oportuno para dedicar a la Santísima Virgen María, para recordar su intenso gozo por la Resurrección del Señor, y por su consuelo y guía que ella dio a los Apóstoles durante este período difícil.
Durante la Pascua, se hace hincapié en la presencia de María en los comienzos de la Iglesia. Estaba presente en la primera comunidad de discípulos.
En Hechos 1,14, la Virgen María estaba presente con los Apóstoles en la sala superior mientras esperaban en oración el descenso del Espíritu Santo con esperanza. Como dijo el Papa San Juan Pablo II en Redemptoris Mater: "María estaba en el Cenáculo, donde los Apóstoles se preparaban para asumir esta misión con la venida del Espíritu de Verdad: estaba presente con ellos. En medio de ellos, María fue "dedicada a la oración" como "madre de Jesús" (cf. Hechos 1: 13-14), del Cristo Crucificado y Resucitado".
Día 25 del mes de mayo, mes de María.
La presencia maternal de María era humilde y discreta pero fundamental. Entre ellos, actuó como guía, testigo excepcional del misterio de Cristo, un papel que tuvo desde su concepción y nacimiento, así como un modelo de fe verdadera. Para el día 25 de mayo, mes de María, vamos a presentar el increíble milagro del cojo de Calanda, en España.
1. Oraciones iniciales.
Para el día 25 de la devoción del mes de María, se presenta un increíble suceso que ocurrió en Calanda, España. Un Cojo recupera su pierna entera luego de años de que los médicos se la cortaran debido a un accidente grave.
Señal de la Cruz.
Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Acto de contrición.
Jesús, mi Señor y Redentor: Yo me arrepiento de todos los pecados que he cometido hasta hoy, y me pesa de todo corazón, porque con ellos, ofendí a un Dios tan bueno. Propongo firmemente no volver a pecar, y confió en que, por tu infinita misericordia, me has de conceder el perdón de mis culpas y me has de llevar a la vida eterna. Amén
Pida aquí la gracia que desea alcanzar.
2. Oración a Jesús por María.
Jesús mío, me gusta orar a María, tu Santa Madre, ella me enseña con su manera de vivir, a ser dócil a tu Palabra, a tomarla en serio, y a dejarse guiar por ella; pero también María se presenta como una servidora, como una que sale a ayudar a su prima Isabel, cuando esta la necesita. Así quiero ser yo, mi Señor y mi Dios, quiero ser uno que es dócil a tu Palabra y que sale de sí a servir a los hermanos que tanto necesitan de Ti. Gracias por darme la oportunidad de ver a María y de aprender de ella, gracias por su amor de Madre y por todas las bendiciones que a través de ella, nos has dado a nosotros que la amamos y la descubrimos como modelo de discípulo que Tú nos has llamado a seguir. Confío en tu compañía y en tu Bendición Señor, gracias por todo lo bueno que me das por ayudarme a ser cada día un mejor ser humanos. Cómo mi madre María, me uno a sus eternas palabras de entrega que hacen y harán eco en nuestra historia de salvación: Hágase en mí según tu Palabra. Amén.
3. Oración de petición a María.
Santa María, Madre de Dios y Madre mía. Eres más madre que todas las madres juntas: cuídame como Tú sabes. Grábame, por favor, estas tres cosas que dijiste:
- "No tienen vino". Oh María, como madre, te ruego que presentes siempre a tu Hijo, mis necesidades y las de todos tus hijos.
- "Hagan lo que Él les diga". Santa Madre de Dios, dame luz para saber lo que Jesús me dice, y amor grande para hacerlo fielmente.
- "He aquí la esclava del Señor". Te pido, María, que eres Madre de amor, que yo no tenga otra respuesta más que esta, ante todo lo que Cristo me insinúe.
4. Reflexión para el día 25.
Meditamos sobre: El Milagro del cojo de Calanda (Por el Padre Jose Pedro Manglano)
Finales de julio de 1637. Miguel Juan Pellicer, natural de Calanda (Teruel) tuvo un accidente durante su trabajo. Cayó al suelo y le pasó por encima de la pierna derecha una de las ruedas del Carro de su tío, rompiéndosela más o menos a la altura del tobillo.
Le llevaron al hospital de Valencia y, al ver que cada vez empeoraba más, lo trasladaron a Zaragoza, donde llegó a primeros de octubre, con mucha fiebre y la pierna totalmente gangrenada. Antes de ingresar en el hospital fue a la iglesia del Pilar, donde se confesó y comulgó.
Ya en el hospital, viendo los médicos que la pierna no tenía curación, decidieron cortarla cuatro dedos por debajo de la rodilla. Se la cortaron sin más anestesia que una bebida bien cargada de alcohol mientras él se encomendaba a la Virgen del Pilar. Después de la operación, dos médicos enterraron la pierna en el cementerio del hospital.
Cuando se repuso de la operación, pasó dos años y medio pidiendo limosna en la puerta del Pilar y durmiendo en una posada o en los bancos del hospital. Regresó a Calanda.
Una noche soñó que se untaba el muñón con el aceite de la lámpara de la iglesia del Pilar. Al entrar sus padres en la habitación notaron una extraña fragancia; la madre se aproximó con el candil a su hijo y vio que le salían de entre las sábanas no una, sino las dos piernas.
Era su misma pierna amputada: con antiguas cicatrices de niño y la lesión cerca de tobillo que le hizo el carro cuando le pasó por encima.
Además, se comprobó que la pierna enterrada en el cementerio del hospital no estaba. Todo el pueblo fue testigo del milagro y el párroco celebró una misa en acción de gracias.
¡Qué grande eres, Madre mía! No necesito ver milagros, porque ya has hecho miles. Pero sí necesito que aumentes mi fe cada día, hasta tenerla tan grande como la tuya. ¡Creo, Madre, pero haz que crea más y más!
5. Oración final.
Amado Jesús, al igual que María, tu Santa Madre, quiero estar abierto siempre a la acción del Espíritu Santo, configurarme completamente a tu amor y tu misericordia. Como ella, acepto también ser tu esclavo, tu siervo, atento siempre a escuchar tu Palabra y hacerla una acción de vida. Deseo responderte siempre con generosidad y sencillez, como lo hizo María, quien supo escucharte y obedecerte desde siempre. Y a ti, Oh María, amada universal del Verbo, la nueva Eva escogida, auxilio de los pecadores y de los que buscan tu intercesión, acógeme siempre bajo tu manto protector, soy también tu hijo y sé que te preocupas por mí. Te ruego que poses tu mano sobre mis hombros y me guíes por el camino de tu hijo Jesús. Como tú, quiero poder decir y sentir con toda la pasión de mi alma: "Mi espíritu se estremece de gozo en Dios, mi Salvador". Amén.
Oración a la Virgen María.
Contempla esta imagen de María, lee muy despacio la oración del día 25 y cuéntanos en los comentarios que te ha dicho a ti.
Intenciones de oración.
María es capaz de alcanzar los milagros más increíbles para aquellos hijos que le piden día y noche sin descanso. El milagro del cojo de Calanda, debe llamarnos a la reflexión interior y preguntarnos "¿dónde está mi fe?". María se ha puesto a tus servicios, ella es Madre, Reina, pero también es servidora, y es el trabajo que más hace con amor. Hoy, 25 de mayo, estaremos orando por la paz mundial, para que todas las naciones pueden buscar a Dios y encontrar reconciliación como hermanos. En este mes mayo, mes de María, rezamos por peticiones distintas cada día. Reza junto a nosotros el rezo del Santo Rosario diario. Deja tus intenciones de oración en los comentarios y pídele a María por eso que necesitas. Ella te escucha y quiere alcanzarte la gracia de esa bendición.