El padre Lars, exorcista oficial en Dinamarca, habla de los principales instrumentos del diablo y su experiencia expulsando demonios
El exorcismo es una forma específica de oración que la Iglesia usa contra el poder del demonio y de los distintios instrumentos que utiliza para hacer caer a las personas en sus trampas. El exorcismo es una oración que pertenece a la categoría de los sacramentales, es decir, uno de los signos sagrados instituidos por la Iglesia "para santificar las diferentes circunstancias de la vida" (Lea el Compendio del Catecismo de la Iglesia Católica, nº 351), que se diferencia así de los siete sacramentos de la Iglesia que fueron instituidos por el propio Cristo.
El sacramento de la Penitencia perdona nuestros pecados y nos reconcilia con la Iglesia, renovando el Bautismo y otorgando la gracia para luchar contra el mal y crecer en la virtud. Como sacramental, el exorcismo prepara para la gracia del Sacramento.
¿Por qué la Iglesia necesita hacer exorcismos?
Hay casos en los que una persona necesita ser protegida contra el poder del demonio o ser retirada de su dominio espiritual. En esos casos, la Iglesia pide públicamente y con autoridad, en nombre de Jesucristo, esta protección o liberación a través del exorcismo.
Si bien la base del exorcismo se fundamenta en el ministerio de Jesucristo (cf. Marcos 1,34.39; Lucas 4,35; Mt 17,18), no existe una base escritural para un rito formal de exorcismo aparte del uso de los salmos y pericopios evangélicos que se incluyeron en el rito de exorcismo a medida que éste evolucionaba.
Lo que está claro, sin embargo, es que el Señor Jesús involucró a los discípulos en su misión, y a través de su encargo, ellos continuaron con el trabajo de exorcismo iniciado por el mismo Jesús (cf. Mt 10:8; Mc 3:14-15; 6:13; 16:17; Lc 9:1; 10:17). No fue un trabajo que hicieron en su propio nombre, sino en el NOMBRE de Aquel que se lo había concedido. Así el ministerio del exorcismo continúa en la vida de la Iglesia como parte de la pastoral regular de las almas.
En Dinamarca, con una población de cinco millones de habitantes, los católicos no superan las 36.000 personas. Monseñor Lars Messerschmidt, es el Vicario General en Copenhague de esta pequeña comunidad católica. Tiene 77 años de edad y de pequeño quería ser bombero.
En algo ha podido cumplir aquél anhelo, aunque el fuego que hoy combate es de otra magnitud y entidad.
El padre Lars, es también el exorcista oficial en Dinamarca y con la pedagogía sencilla de un buen catequista, concedió al escéptico y laicista magazine Vice de Estados Unidos una amena entrevista donde habla de "los instrumentos del diablo" y su experiencia por décadas, expulsando demonios.
¿Cómo empezó su vínculo con el exorcismo?
Fue en los años 70 cuando empecé a notar más y más manifestaciones físicas de los demonios. Recuerdo un encuentro de oración, donde vi una mujer poseída echada hacia atrás por un "ALGO". Entonces, una persona gritó: "¡déjala Satanás!" Eso funcionó. Empecé a ver un montón de cosas y así fue como empecé a interesarme.
¿Cuántos exorcismos ha realizado?
No sé exactamente, pero son algunos cientos. La verdadera posesión demoníaca puede tomar años exorcizarla. En este momento mi calendario está copado, porque parece que hay más posesiones que nunca.
Mis colegas españoles me han dicho que hay un montón de personas en América Latina necesitadas de exorcismo. Esto es porque ellos mezclan Cristianismo y sus antiguas creencias nativas. Ese cóctel religioso particular, es demoníaco.
Entonces, ¿cómo ejerce exactamente su labor?
La gente me busca porque están atormentados por los demonios. Yo por lo general pido que me describan sus síntomas y después de que contestan, trato de hacer un diagnóstico.
Es importante para mí distinguir si se trata de un problema psicológico, o si la persona está realmente poseída por un demonio.
¿Cómo puede usted precisar la diferencia?
Tenemos nuestras herramientas. Utilizamos diferentes pruebas, con un crucifijo o agua bendita por ejemplo. A los demonios les desagrada cualquiera de esas dos. Pido a la persona que sostenga el crucifijo, y, a menudo, si están poseídos por un demonio, no pueden. También asperjamos agua bendita sobre ellos.
Ayer, de hecho, una persona que vino no podía siquiera mirar al crucifijo y cuando asperjé el agua bendita sobre ella, dijo que le quemaba su piel.
¿Significa que estaba poseída por un demonio?
Sí, me parece que se trataba de un demonio. No terminamos, pero vamos a reunirnos cuando ella lo decida. Continuaremos nuestra conversación y en algún momento, voy a tener que llevar a cabo un exorcismo.
¿Qué es exactamente lo que quieres decir con un exorcismo?
El exorcismo es una forma especial de oración, donde el exorcista, en el nombre de Dios, ordena salir al espíritu maligno. Normalmente, no quiere. Por lo tanto, se convierte en una lucha, a veces física, porque puede tirar, literalmente, a una persona por tierra. En tales casos, necesitamos algunos hombres fuertes para mantener a la persona.
Afortunadamente, por lo general es mucho menos dramático. Los demonios pueden causar pérdida del conocimiento, dependiendo de cuan poderosos sean.
A veces, el demonio toma el control y se muestra a mitad de la oración. También ocurren casos en que después de un par de minutos de transcurrido el exorcismo, el demonio sale y la persona queda exactamente donde la dejó, sin saber lo que ha sucedido.
¿Son múltiples oraciones que utilizan? ¿O simplemente una?
Hay un par de diferentes. Tengo una en latín, una en alemán y una en danés. ¿Qué lenguaje uso?, depende de la situación. Es un hecho bien conocido que los demonios entienden todos los idiomas.
¿Cuál es la relación de un exorcista con el Vaticano?
Este verano, el Papa aprobó nuestra organización. No era la función de exorcista lo que él aprobó. Los exorcistas han existido siempre, como la iglesia misma.
Pero ser un exorcista solía ser una actividad solitaria. Es por eso que esta organización fue fundada: para dar a los exorcistas la posibilidad de encontrarse en una conferencia una vez al año.
La organización también ofrece la posibilidad de formarse para convertirse en un exorcista, ya sea en una universidad en el Vaticano, o en los EE.UU. Sin embargo, en primer lugar usted debe ser un sacerdote.
¿Cuántos miembros tienen en su organización?
Sé que hubo entre 250 y 300 participantes en la última conferencia.
A todo el mundo se le permitió llevar un asistente y yo conté algunos de esos invitados. Hubo un buen número de médicos, psiquiatras y psicólogos.
¿Ellos comparten sus opiniones sobre los demonios?
Conozco a un psiquiatra estadounidense. La primera vez que lo conocí, le pregunté: "¿Cree usted que hay personas, que están poseídas por demonios?" Y él respondió que sí. Él es consultor para temas de exorcismo en una iglesia de Nueva York. Esa es la forma en que debería funcionar. Yo siempre pregunto por la historia médica personal.
¿Por qué alguien acaba poseso?
Hay dos razones. La primera es que usted hizo algo estúpido, abriendo así la puerta a la actividad demoníaca. Sanación alternativa, cuestiones de la Nueva Era (New Age), clarividencia o las cartas del tarot. Esa es la puerta al mundo de lo oculto, y ese es el mundo de los demonios.
Algunos clarividentes realmente quieren ayudar a la gente, pero son simplemente ingenuos. Otros son instrumentos del diablo. El abuso de drogas o sexo también abre la puerta al diablo.
¿Algo más?
Maldiciones. Yo no lo creía al comienzo, pero es verdad. Muchos africanos son perseguidos por los demonios.
Yo siempre pregunto (a quien le solicita ayuda) si hay alguien que le odia. Si tienen enemigos, a menudo van con un médico brujo y le piden que los maldiga y el diablo disfruta esta obligación.
¿Si maldices a alguien estás abriendo las puertas al infierno?
Están en connivencia con el diablo; son herramientas de Satanás. Da miedo. Ayudé a una mujer que había sido maldecida. Los médicos no habían podido ayudarla. Le pedimos a Dios intervenir por si alguien la hubiera maldecido. Ella recordó que su tío le había dado un vaso de jugo cuando tenía 15 años y se descubrió que con el jugo la había maldecido.
Oramos y pedimos a Dios que la ayudara. De repente, se fue al baño y comenzó a vomitar violentamente. Diez minutos más tarde, ella me dijo que había estado vomitando objetos físicos, como uñas. Eso es muy común después de las maldiciones. Ella pasó la noche vomitando, pero al día siguiente estaba libre de su maldición.
¿Algún consejo para los jóvenes o no creyentes?
Tienen que tener cuidado. Si involuntariamente se meten en un ambiente satánico, pueden perderse para siempre. Los jóvenes no quieren escuchar, ellos piensan que lo saben todo y eso es muy peligroso. Eso es orgullo y el Demonio salta sobre eso.
Gracias al Padre exorcista Lars pudimos conocer algunos instrumentos claves que usa el demonio para hacernos caer en sus redes y llevarnos por caminos de perdición.
Existen además algunos otros instrumentos que usa el demonio, tal como lo son las heridas emocionales no sanadas de nuestro pasado.
Las heridas emocionales no sanadas y el demonio.
A menudo se da el caso de que, con el tiempo, las heridas emocionales conducen al pecado, lo cual se convierte en algo habitual. La persona crece en la dirección equivocada.
El engaño del demonio es esconderse en estos sentimientos heridos y en el sentido distorsionado de sí mismo, pareciendo integral y necesario mientras fomenta más daño interior. Las personas afectadas por los demonios deben comenzar su curación dejando ir sus propios pecados a través del arrepentimiento y a través del perdón.
El ciclo de arrepentimiento y perdón se refuerza reafirmando la lealtad a Dios, como con la recitación del Credo de los Apóstoles, la renovación de las promesas bautismales y la participación en los sacramentos. Dios trabaja con la persona donde está y se le suele dar toda la información sobre sus propias heridas y pecados que pueda manejar en ese momento. Es como entrenar a ese árbol para que ahora crezca de una nueva manera: si cambia demasiado rápido, el árbol se rompe.
Un desafío común en el ministerio de liberación y exorcismo es discernir si un caso es de posesión o de opresión severa. Justo debajo de la posesión total, una persona puede manifestarse hasta cierto punto retorciéndose, gruñendo, reaccionando de alguna manera negativa a los sacramentales, e insinuando otras indicaciones de posesión. Sin embargo, en los casos de plena posesión vemos al demonio apoderándose del cuerpo por completo: fuerza sobrenatural, conocimiento oculto, conocimiento de todos los idiomas, y detección de lo sagrado.
Exorcismo y Exorcismo Solemne.
Es importante entender la diferencia entre un exorcismo y un exorcismo solemne. Un exorcismo es una oración imprecatoria (una orden), como el exorcismo en el Sacramento del Bautismo.
Un exorcismo solemne es un ritual litúrgico imprecatorio proporcionado por la Iglesia para tratar a personas poseídas por demonios. Los problemas surgen cuando personas bien intencionadas presumen de poder realizar algo parecido a un exorcismo solemne para ayudar en casos de opresión o posesión demoníaca.
La oración litúrgica está reservada al clero, y la Iglesia limita las oraciones imprecatorias contra los demonios a los sacerdotes con autoridad de sus obispos.
En 1890 el Papa León XIII añadió el "Exorcismo contra el Demonio y los ángeles caídos" como apéndice al exorcismo solemne. El exorcismo leonino (o "menor") es efectivo para resolver casos de infestación demoníaca. También se ha utilizado, con permiso de los ordinarios, como prueba diagnóstica de la posesión en casos que aún no están claros.
¿Puede un laico hacer exorcismos?
No cualquier manifestación, en respuesta al exorcismo leonino, es prueba suficiente de la posesión; uno o más de los signos tradicionales todavía deben ser documentados.
En ningún momento el público debe utilizar esta oración como una forma de probar la posesión; sólo debe ser utilizada por un sacerdote con el permiso de su obispo.
Ha habido casos de laicos que se han convertido en poseídos como resultado del uso del exorcismo menor sobre una persona poseída.
La Iglesia proporciona la liberación de los casos de opresión, incluso bajo la plena posesión, principalmente a través de la recepción de los sacramentos y la dirección espiritual.
La persona afectada contribuye en gran medida a su liberación a través de la adopción plena de la dirección espiritual, la confesión, el perdón, la oración, la penitencia y la misa.
Cuando una persona comienza a exhibir manifestaciones demoníacas, el caso debe ser referido a la oficina del obispo. Aunque el caso no alcance el nivel de plena posesión, la oficina del obispo o el personal designado pueden supervisar la dirección espiritual y la vigilancia del caso.
En las instrucciones al sacerdote del Ritual Romano, se advierte al sacerdote que no crea demasiado fácilmente que una persona está poseída y que considere si sufre una enfermedad mental. La Iglesia exige que se haga una investigación para asegurarse de que los síntomas no pueden explicarse por una enfermedad mental o médica y que al menos algunos de los cuatro signos de posesión también están presentes. Recordemos que, entre los principales instrumentos del demonio, está el engaño, y en esto, el demonio es muy astuto.