San Nicolás de Bari es conocido como el santo patrono de los niños, marineros, mercantes, panaderos y viajeros. San Nicolás es el verdadero Santa Claus
San Nicolás. El verdadero Santa Claus. Patrono de los niños.
San Nicolás, llamado también como San Nicolás de Mira, o San Nicolás de Bari, fue un obispo santo católico que se destacó por su ayuda generosa hacia los pobres y los niños. Es bien conocido debido a los muchos milagros atribuidos a su poderosa intercesión. San Nicolás es el santo patrono de los niños, de los marineros, los mineros, mercaderes, arqueros, ladrones arrepentidos, cerveceros, panaderos, viajeros y estudiantes. Su hermoso hábito de dar regalos secretos a los pobres dio lugar a un modelo tergiversado de su figura denominado Santa Claus, que viene a ser un sonido hablado de "Saint-Ni-kolaus", derivativo de San Nicolás.
Fiesta: 6 de diciembre.
Martirologio Romano: San Nicolás, obispo de Mira, en Licia, famoso por su santidad y por su intercesión ante el trono de la divina gracia. Murió a mediados del siglo IV y fue venerado por toda la Iglesia, sobre todo desde el siglo. Por su increíble y amorosa caridad dio origen al personaje conocido como Santa Claus.
Biografía de San Nicolás de Bari.
En la actualidad, son muy pocas las personas que conocen la verdadera historia y origen cristiano de San Nicolás, a quien hoy se le conoce con el nombre de Santa Claus (Saint Nikolaus). Ya es tiempo de que les enseñemos a todos los niños y a los adultos en general de dónde sale este personaje de barba blanca y traje rojo que aparece en Navidad.
San Nicolás de Mira (como se le denomina en oriente) o San Nicolás de Bari (occidente) nació en el año 310 después de Cristo en Parara de Licia, en un tiempo de persecución, donde la enseñanza de la doctrina de Jesús suponía estar en contra del Imperio Romano.
Los padres de San Nicolás murieron atendiendo enfermos de una epidemia que azotó el poblado, donde, y él quedó entonces, como heredero de una gran fortuna. ¿Qué hizo con ella?, lo que todo gran santo haría: repartió sus riquezas entre los pobres y se fue a un monasterio en donde se hizo monje.
San Nicolás contaba también con la gracia de tener un tío que era obispo y este, al ver las virtudes que tenía su sobrino, lo llevó por los caminos del Señor y luego de un breve periodo lo consagró como sacerdote.
San Nicolás: obispo por gracia de Dios.
San Nicolás, sintiendo un deseo ardoroso de visitar las tierras donde vivió y murió nuestro Señor Jesús, emprendió un peregrinaje a Tierra Santa, y luego de regresar a la ciudad de Mira (en Turquía) se encontró con que los obispos y sacerdotes estaban en el templo discutiendo a quién deberían elegir como nuevo obispo de la ciudad, ya que recién se había muerto el anterior.
Los obispos, después de mucho discutir y no llegar a ningún acuerdo, se dijeron entre sí: "Elegiremos al próximo sacerdote que entre al templo". Y en ese preciso instante, sin saber nada de esto, entró San Nicolás por esa puerta, los obispos sintieron que esto era obra del Espíritu Santo y por aclamación unánime, fue elegido obispo. Por eso se le conoce también por el nombre de San Nicolás de Mira
Posiblemente, San Nicolás participó en el Concilio de Nicea en el año 325, donde se condenó la herejía arriana que ponía en duda la divinidad de Jesucristo y se instituyó el Credo Nicenciano (Credo de Nicea).
Por otra parte, su nombre no aparece en las antiguas listas de los obispos que participaron en el concilio. San Metodio afirma: "Gracias a las enseñanzas de Nicolás, la metrópolis de Mira fue la única que no se contaminó con la herejía arriana, la cual rechazó firmemente, como si fuese un veneno mortal".
San Nicolás y su celo por la justicia.
Cuando el gobernador Eustacio había sido sobornado para condenar a tres inocentes, San Nicolás se presentó en el momento de la ejecución, detuvo al verdugo y puso en libertad a los prisioneros. Reprendió entonces a Eustacio, hasta que este reconoció su crimen y se arrepintió.
En esa ocasión estaban presentes tres oficiales que más tarde, al verse ellos mismos en peligro de muerte, le rezaron a San Nicolás. Esa misma noche, el santo se apareció en sueños a Constantino y le ordenó que pusiese en libertad a los tres inocentes.
Constantino interrogó a los tres y al darse cuenta por ellos de que habían invocado a San Nicolás, los envió libres al santo obispo con una carta en la que le rogaba que orase por la paz del mundo. Durante mucho tiempo ese fue el milagro más famoso de San Nicolás.
Muerte y devoción a San Nicolás.
Después de su muerte, el 6 de diciembre, de 345 o 352, creció su devoción y aumentaron los reportes de sus milagros. Se convirtió en el patrón de los niños y marineros.
En el siglo VI, el emperador Justiniano construyó una Iglesia en Constantinopla en su honor. Fue nombrado también patrono de Rusia y, gracias a los zares, su devoción aumentó hasta tener más iglesias dedicadas a su nombre en Rusia que ningún otro santo fuera de la Virgen María.
Leyenda de San Nicolás y los tres niños.
Estaba San Nicolás de Bari de camino de Nicea para asistir al concilio acompañado de Eudemo, obispo de Pátara, y tres sacerdotes más, se detuvieron al caer de la tarde en una posada donde determinaron pasar la noche. Al servirles la cena, el dueño de la posada puso sobre la mesa una fuente con tajadas de carne en salmuera.
En el momento en que San Nicolás fue a echar la bendición, se le reveló que aquellas viandas no eran de otra cosa que de carne humana. El dueño de la posada era un asesino que, de vez en cuando, mataba a un huésped y salaba la carne, que ofrecía después a viajeros. Las últimas víctimas habían sido tres niños, que se encontraban despedazados en una cuba.
San Nicolás acusó al asesino de su horrendo crimen y, como el mal hombre lo negó todo, el Santo invitó a todos los que se encontraban allí a que le acompañasen a la bodega, donde, se puso en oración frente a una cuba sellada, y luego salieron de ella los tres niños vivos y completamente sanos, saltaron de alegría dando gracias al Santo por su intercesión.
San Nicolás de Bari y los marineros.
Durante una hambruna, el santo pidió que se organice una flota para llevar grano a un pueblo que sufría hambre. La flota sobrevivió una terrible tormenta gracias a la bendición del santo obispo San Nicolás.
En otra oportunidad estaban unos marineros en medio de una terrible tempestad en alta mar, empezaron a rezar a Dios diciendo: "Oh Dios, por las oraciones de nuestro buen obispo San Nicolás, sálvanos".
Y en ese momento vieron aparecer sobre el barco a San Nicolás, el cual bendijo al mar, que se calmó, y en seguida desapareció.
San Nicolás y las tres doncellas.
Se cuenta que en la diócesis de Mira un vecino de San Nicolás se encontraba en tal pobreza que se decidió a exponer a sus tres hijas vírgenes a la prostitución para sacar de ese vil mercado el sustento para él y para ellas... Sin dinero no podían pagar la dote de una, por lo que ninguna se podía casar.
Para evitar eso, San Nicolás tomó una bolsa con monedas de oro y, al amparo de la oscuridad de la noche, la arrojó por la chimenea de la casa de aquel hombre. Con el dinero se casó la hija mayor. Luego de un tiempo, hizo lo mismo para favorecer a las otras dos hermanas y al final las tres se pudieron casar.
En diferentes lugares a San Nicolás se le conoce como el patrón de marineros, mercantes, panaderos, niños y viajeros.
Los marineros tienen una estrella llamada "la estrella de San Nicolás de Mira" y se desean buen viaje con estas palabras: "que San Nicolás lleve tu timón". Su imagen se representa en el arte en diferentes formas según sus milagros. Además, San Nicolás de Bari es el Santo Patrono de Rusia, de Grecia y de Turquía. En Roma ya en el año 550 le habían construido un templo en su honor. San Nicolás, ruega por nosotros.
Oración de intercesión a San Nicolás.
Glorioso San Nicolás de Bari, tú eres mi especial patrono. Desde tu trono de gloria, donde gozas de la presencia de Dios, vuelve tus ojos en misericordia hacia mí y obtén para mí de nuestro Señor las gracias y ayudas que necesito en mis necesidades espirituales y temporales. Y especialmente este favor...
Menciona tu petición aquí.
Alcánzame esta gracia siempre y cuando sea provechoso para mi salvación. Ten presente, asimismo, oh glorioso y santo obispo de Mira, de nuestro Soberano Pontífice, de la Santa Iglesia y de todo el pueblo cristiano. Devuelve al recto camino de la salvación a todos aquellos que viven sumidos en el pecado y cegados por las tinieblas de la ignorancia, el error y la herejía. Conforta a los afligidos, provee a los necesitados, fortalece a los temerosos, defiende a los oprimidos, da salud a los enfermos; haz que todos los hombres experimenten los efectos de tu poderosa intercesión ante el supremo Dador de todo don bueno y perfecto. Amén.
Rezar un Padre nuestro, Ave María y un Gloria.
V. Reza por nosotros, oh bendito San Nicolás de Bari.
R. Para que seamos dignos de las promesas de Cristo.
Oración a San Nicolás.
Oh Dios, que has glorificado tu siervo San Nicolás de Bari, tu ilustre Confesor y obispo. Por medio de innumerables signos y maravillas, y que no cesas diariamente de glorificarlo; concédenos, te rogamos que nosotros, ayudados por sus méritos y oraciones, podamos ser liberados de los fuegos del infierno y de todos los peligros. Por Cristo nuestro Señor. Amén.
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