Santa Teresita del Niño Jesús, Teresa de Lisieux, es Doctora de la Iglesia, maestra de santidad conocida como la pequeña Flor de Jesús
Santa Teresita del Niño Jesús, Virgen: Patrona de las Misiones.
Santa Teresa de Lisieux, también conocida como Santa Teresita del Niño Jesús, o simplemente Teresa de Lisieux, fue una Monja carmelita descalza que es ampliamente venerada en los tiempos modernos. Ella es popularmente conocida como "La Pequeña Flor de Jesús" o simplemente "La Pequeña Flor". Santa Teresita ha sido un modelo muy influyente de santidad para todo el pueblo católicos y para muchos otros por la "simplicidad y práctica de su acercamiento a la vida espiritual". Junto con San Francisco de Asís, ella es uno de los santos más populares en la historia de la iglesia. Santa Teresita del Niño Jesús, es la Patrona de las misiones, enfermos de SIDA, pilotos de aviación, floristas, jardineros.
Fiesta: 1 de octubre.
Martirologio romano: Memoria de Santa Teresa del Niño Jesús, virgen y doctora de la Iglesia, quien, siendo aún una adolescente, ingresó en el Monasterio de las Carmelitas Descalzas de Lisieux, en Francia, convirtiéndose en maestra de vida de santidad en Cristo, debido a su pureza, enseñando el camino de la inocencia espiritual para alcanzar la perfección cristiana y poniendo toda su mística al servicio de la salvación de las almas y al crecimiento de la Iglesia. Su vida finalizó a la temprana edad de veinticinco años, el día 30 de septiembre.
Biografía de Santa Teresita del Niño Jesús.
Santa Teresita del Niño Jesús nació en Alençon, Francia, el 2 de enero de 1873. Sus padres fueron Luis Martin y Celia Guérin. Tras la muerte de su madre el 28 de agosto de 1877, Teresa y su familia se mudaron a Lisieux.
Hacia el final de 1879, teniendo apenas 5 añitos, Teresita se fue a confesar por primera vez. Recibió la Primera Comunión el 8 de mayo de 1884, impartida por las monjas benedictinas de Lisieux.
Algunas semanas más tarde, el 14 de junio del mismo año, recibió el sacramento de la Confirmación. Santa Teresita del Niño Jesús deseaba abrazar la vida contemplativa, como lo hicieron sus hermanas Paulina y María, quienes habían ingresado en el Carmelo de Lisieux, pero fue impedida de hacerlo por su corta edad.
"Cuando no somos comprendidos, cuando nos juzgan desfavorablemente, ¿para qué defenderse y dar explicaciones? Dejémoslo, callemos. Dichoso silencio que tanta paz proporciona al alma". Santa Teresa de Lisieux
Santa Teresita y su vocación.
En una visita a Italia, durante la audiencia concedida por el Papa León XIII a los peregrinos de Lisieux el 20 de noviembre de 1887, Teresa de Lisieux exclamó de lejos al Santo Padre, con una audacia de niña, que quería entrar en el Carmelo a la edad de quince años. "Entrarás si es la voluntad de Dios", fue lo que le respondió el Papa León XIII.
El 9 de abril de 1888 entró en el Carmelo de Lisieux. Recibió el hábito el 10 de enero del año siguiente. Santa Teresa de Lisieux cumplió de una manera muy especial con todos los pequeños aspectos de la vida diaria, con humildad, sencillez evangélica y gran confianza en Dios.
Santa Teresita del Niño Jesús trató, con su ejemplo y sus palabras, de impartir estas virtudes a sus hermanas, especialmente a sus compañeras novicias. Ella se vio muy afectada por la atmósfera espiritual de la comunidad, que aún estaba contaminada por el jansenismo y la visión de un Dios vengador. Algunas de las hermanas temían la justicia divina y sufrían mucho por los escrúpulos. Estuvo muy inquieta por todos esos pensamientos abrumadores por un tiempo. Pero una gran paz se apoderó de ella cuando hizo su profesión el 8 de septiembre de 1890. Fue la lectura de San Juan de la Cruz, una elección inusual en ese momento, la que le trajo alivio. En el "Cántico Espiritual" y en la "Llama Viva del Amor", descubrió "al verdadero Santo del Amor".
Teresa de Lisieux sintió que este era el camino que debía seguir. Durante un retiro comunitario en octubre de 1891, un franciscano, el Padre Alexis Prou, fue quien le dio el impulso que necesitaba para aventurarse en el mar de la misericordia divina, en las que antes había tenido un poco de miedo debido a la influencia de su comunidad.
Santa Teresita del Niño Jesús y la Pandemia.
El duro invierno de 1890-1891 y una grave pandemia de la gripe rusa afectó a toda su comunidad, matando a tres de las hermanas, así como a la Madre Geneviere, fundadora y "santa" del Carmelo de Lisieux. Teresa se salvó, y su verdadera energía y fuerza comenzaron a mostrarse. Al respecto de esta dura prueba, ella escribiría los consuelos que recibió durante esa pandemia.
"Un mes después de la partida de nuestra santa Madre, se declaró la gripe en la comunidad. Solo otras dos hermanas y yo quedamos en pie. Nunca podré expresar todo lo que vi, y lo que me pareció la vida y todo lo que es pasajero. El día en que cumplí 19 años, lo festejamos con una muerte, y luego vinieron otras dos más. En esa época, yo estaba sola en la sacristía, por estar muy gravemente enferma mi primera de oficio. Yo tenía el deber de preparar los entierros, abrir las rejas del coro para la misa, etc. Dios me concedió grandes gracias y fuerzas para esos momentos. Ahora me pregunto cómo pude hacer todo lo que hice sin sentir miedo. La muerte reinaba por todos lados. Las que estaban más enfermas eran cuidadas por las que apenas se podían mantener de pie. En cuanto una hermana exhalaba su último suspiro, había que dejarla sola.
Una mañana, al levantarme, presentí que sor Magdalena se había muerto. El claustro estaba a oscuras y nadie salía de su celda. Me decidí a entrar en la celda de la hermana, ya que la puerta abierta. Y la vi, vestida y recostada en su colchoneta. No sentí miedo alguno. Al ver que no tenía cirio, se lo fui a buscar, y también una corona de rosas. La noche en que murió la madre Geneviere, yo estaba sola con la enfermera. Es imposible imaginar el triste estado de la comunidad en aquellos días. Solo las que quedaban de pie pueden hacerse una idea. Pero en medio de aquel abandono, yo sentía que Dios velaba por nosotras.
Las moribundas pasaban sin esfuerzo a mejor vida, y enseguida de morir se extendía sobre sus rostros una expresión de alegría y de paz, como si estuviesen durmiendo un dulce sueño. Y así era en realidad, pues, cuando haya pasado la apariencia de este mundo, se despertarán para gozar eternamente de las delicias reservadas a los elegidos.
Durante todo el tiempo que duró esta prueba de la comunidad, yo tuve el inefable consuelo de recibir todos los días la sagrada comunión "¡Qué felicidad!" Jesús me consoló mucho tiempo, mucho más tiempo que a sus fieles esposas, pues permitió que a mí me lo dieran, cuando las demás no tenían la dicha de recibirle... (Fragmento del Manuscrito A, 79r-79v de Santa Teresita del Niño Jesús)
"Me he formado una idea tan alta del Cielo, que a veces me pregunto cómo se las arreglará Dios, después de mi muerte, para sorprenderme". Santa Teresa de Lisieux.
Santa Teresita y sus dones.
En febrero del año 1893, poco tiempo después de haber sucedido la terrible pandemia, la hermana Inés de Jesús (Paulina), quien era amiga de Santa Teresita, fue elegida priora sucesora. Esto le alegró muchísimo en el alma.
La priora Paulina le solicitó a Santa Teresita del Niño Jesús que escribiera versos y algunas obras teatrales sobre las fiestas litúrgicas y comunitarias. Se incluyeron dos obras de teatro sobre Santa Juana de Arco, que ella misma representó con gran entusiasmo y pasión. En septiembre de 1894, cuando otra hermana, Celine, se hizo amiga de Santa Teresita, ella tuvo la idea de traer su cámara fotográfica. A ella damos gracias ahora por habernos dejado tan espléndido regalo de tener la imagen de Santa Teresita para la posteridad.
El caminito espiritual de Santa Teresa del Niño Jesús.
En sus inicios hacia una mejor vida espiritual, Santa Teresita del Niño Jesús se sentía incapaz de la más mínima caridad, la más pequeña expresión de preocupación, paciencia y comprensión. Así que, resolvió poner todo en las manos de Dios y entregar toda su vida a Cristo, creyendo confiadamente de que Él actuaría a través de ella en cualquier momento. De hecho, ella era consciente de su pequeñez, que la vida sin Cristo no tenía sentido y que nada le podía valer por sus propios méritos. Al respecto dijo: "Me es imposible crecer, así que debo soportar como soy con todas mis imperfecciones. Pero quiero buscar un medio de ir al cielo por un pequeño camino, un camino muy recto, muy corto y totalmente nuevo."
A partir de sus meditaciones interiores, Santa Teresita comenzó a describir lo que sería el ascensor que le ayudaría a descubrir las maravillas del Cielo:
"Quería encontrar un ascensor que me elevara hasta Jesús, porque soy demasiado pequeña para subir la áspera escalera de la perfección. Busqué entonces en las Escrituras alguna señal de este ascensor, objeto de mis deseos, y leí estas palabras que salían de la boca de la Sabiduría Eterna: "El que se haga pequeño que venga a mí". El ascensor que debe elevarme al cielo son tus brazos, oh Jesús, y para ello no tengo necesidad de crecer, sino que debo permanecer pequeño y convertirme en esto cada vez más".
Y para hacerse pequeña, Santa Teresita debía practicar las obras de amor de Dios en sus pequeñas rutinas del día. Y así lo resolvió. Quiso colaborar con todos con extrema humildad, sencillez y alegría, una sonrisa podía bastar en ocasiones. En una oportunidad se puso a disposición de una monja muy mayor, que tenía una fama de ser bastante malhumorada y obstinada. Santa Teresita del Niño Jesús, intentó colaborarle en los pasillos; pero la monja refunfuñaba: "te mueves muy rápido", "déjame quieta", "ya me soltaste", "no siento tu mano", "no sirve para esto"... Pero Santa Teresita no borraba su sonrisa de su cara, tomó todo lo que la hermana mayor le dijo para sí misma, lo entregó a Dios y supo desde entonces que así se estaba haciendo su caminito espiritual.
"Con el Rosario se puede alcanzar todo. Según una graciosa comparación, es una larga cadena que une el cielo y la tierra, uno de cuyos extremos está en nuestras manos y el otro en las de la Santísima Virgen. Mientras el Rosario sea rezado, Dios no puede abandonar al mundo, pues esta oración es muy poderosa sobre su Corazón". Santa Teresita del Niño Jesús.
Otra cosa importante de la que se dio cuenta Santa Teresita del Niño Jesús, era que debía dejar de mortificarse por algunas debilidades. Ella confesaría más adelante que, durante la oración, sentía mucho sueño hasta el punto de quedarse dormida. Se avergonzaba cuando esto sucedía. Muchas veces no se sentía capaz de permanecer de pie durante su tiempo de oración y adoración en la Capilla. Pero luego de reflexionar sobre todo esto, llegó a la conclusión de que, así como los padres aman a sus hijos tanto mientras están dormidos como despiertos, así también Dios la amaba a ella, aunque a menudo dormía durante el tiempo de las oraciones... Así lo aceptó y esto también comenzó a formar parte de su caminito.
Santa Teresita del Niño Jesús y los ángeles.
En un tiempo, Santa Teresita del Niño Jesús solía decir a las novicias que por respeto a los ángeles siempre debemos tratarnos a nosotros mismos con gran dignidad. Ella no podía soportar ver la menor contracción en sus rostros, tales como fruncir el ceño. Les decía: "El rostro refleja el alma. Por lo tanto, siempre deben estar tranquilas y serenas. Eso debe mantenerse, incluso cuando se está solo, porque siempre estás a la vista de Dios y sus ángeles".
En la "Historia de un alma", Santa Teresita del Niño Jesús explicó cómo se formó el hábito de la conquista de sus estados de ánimo:
"Cuando las cosas que son irritables o desagradables me sobrevienen, en lugar de asumir un aire de tristeza, me respondo a mí misma con una sonrisa. Al principio no siempre tuve éxito, pero ahora es un hábito del que estoy muy feliz de haber adquirido"
Luego de un tiempo, ella descubriría que su lugar era estar en el corazón de la Iglesia, así que ofreció su vida por la salvación de las almas y para el bienestar de la Iglesia.
Muerte de Santa Teresita.
El 3 de abril de 1896, en la noche entre el Jueves Santo y el Viernes Santo, Santa Teresita del Niño Jesús sufrió una hemoptisis, el primer signo de la enfermedad que la llevaría a su muerte.
Ella le dio una gran bienvenida a este evento, como si se tratase de una misteriosa visita del Esposo divino. Fue trasladada a la enfermería el 8 de julio. Mientras tanto, sus sufrimientos y las pruebas se intensificaron. Ella murió, transportada por el amor, el 30 de septiembre 1897.
Sus últimas palabras fueron: "Dios mío, te amo", sería ese el sello de una vida que se extinguió en la tierra a la edad de veinticinco años. Así comenzó, como era su deseo, una nueva fase de presencia apostólica en nombre de las almas de la Comunión de los Santos, con el fin de liberar una lluvia de rosas sobre el mundo.
Santa Teresita del Niño Jesús fue canonizada por el Papa Pío XI en 1925 y proclamada patrona de las misiones por el mismo Papa en 1927. El 19 de octubre de 1997, el Papa San Juan Pablo II la declaró Doctora de la Iglesia.
Lo más destacable es su relato biográfico, La historia de un alma. En sus manuscritos autobiográficos nos dejó no solo sus recuerdos de la infancia y la adolescencia, sino además, un retrato de su alma, la descripción de su experiencia más íntima.
Cronograma de la vida de Santa Teresita.
A continuación, en orden cronológico, te suministramos algunas de las fechas más importantes en la vida y obra de Santa Teresita del Niño Jesús.
- Nacimiento: 2 de enero de 1873.
- Bautismo: 4 de enero de 1873.
- Muerte de su madre: 28 de agosto de 1877.
- La sonrisa de Nuestra Señora y curación de Santa Teresita de Jesús: 13 de mayo de 1883.
- Primera Comunión: 8 de mayo de 1884.
- Confirmación: 14 de junio de 1884.
- La gracia de su total conversión en Navidad: 25 de diciembre de 1886.
- Audiencia con el Papa León XIII: 20 de noviembre de 1887.
- Entrada en el Carmelo: 9 de abril de 1888.
- Santa Teresita toma el hábito: 10 de enero de 1889.
- Profesión de votos: 8 de septiembre de 1890.
- Muerte de su padre: 29 de julio de 1894.
- Ingreso de Santa Teresita en la enfermería: 8 de julio de 1897.
- Muerte de Santa Teresita: 30 de septiembre de 1897.
- Publicación de su autobiografía "Historia de un alma": 30 de septiembre de 1898.
- Fecha de Beatificación: 29 de abril de 1923.
- Fecha de canonización: 17 de mayo de 1925.
- Declarada como Doctora de la Iglesia: 19 de octubre de 1997.
Reflexión sobre Santa Teresita.
Santa Teresita del Niño Jesús es una de esas perlas preciosas de Dios que Él regala a la humanidad y que se necesita cada cierto tiempo. Su fuerza, sencillez y sabiduría, es un verdadero enigma. De muy jovencita fue tocada por Dios y sintió un fuerte llamado a la vida espiritual.
Santa Teresita del Niño Jesús se contrapone a los pensadores de estos tiempos, sobre todo para algunos teólogos, psicólogos, letrados y filósofos orgullosos y soberbios que creen que, por tener muchos títulos, doctorados, maestrías, pueden ridiculizar a los demás o denigrar sus talentos, solo porque no tienen "tantos estudios" como ellos.
Sin haber tenido algún grado de instrucción, esta jovencita fue declarada DOCTORA DE LA IGLESIA. Su sabiduría, sus consejos, su caminito hacia la vida espiritual, pisotea a los orgullosos letrados, personas arrogantes que creen que los dones del Espíritu Santo ya no son para nuestros tiempos. Ella nos enseña a servir a los demás con amor, a ser mejor cada día con los demás en cada detalle. A ser caritativos. Ella se hace luz en medio de un mundo en tinieblas. Su espiritualidad y su simplicidad es una bofetada para los orgullosos.
Que, como Santa Teresita del Niño Jesús, podamos construir nuestro caminito espiritual de forma humilde, teniendo como modelo las virtudes de esta joven santa.
Oración de Santa Teresita del Niño Jesús.
La pequeña Santa Teresita del Niño Jesús, aparte de haber dejado grandes expresiones de amor a través de sus escritos, también nos dejó muchas oraciones para acercarnos más a Dios. Esta es una de ellas.
¡Oh Jesús! Cuando eras un peregrino en la tierra, dijiste: "Aprended de mí que soy manso y humilde de corazón y encontraréis descanso para vuestras almas." Oh Poderoso Monarca del Cielo, sí, mis almas encuentran descanso al verte, vestido con la forma y naturaleza de un esclavo, humillándote para lavar los pies de tus apóstoles. Recuerdo Tus palabras que me enseñan a practicar la humildad: "Te he dado un ejemplo para que hagas lo que yo he hecho. El discípulo no es más grande que el Maestro... Si lo entiendes, feliz eres si lo pones en práctica." Señor, entiendo estas palabras que salieron de tu corazón gentil y humilde y quiero practicarlas con la ayuda de tu gracia, te ruego, mi divino Jesús, que me envíes una humillación cada vez que trate de ponerme por encima de los demás. Sé, oh Dios mío, que Tú humillas al alma orgullosa, pero a quien se humilla le das una eternidad de gloria. Así que quiero ponerme en el último rango y compartir tus humillaciones para "tener una parte contigo" en el reino de los cielos. Pero, Tú conoces mi debilidad, Señor. Todas las mañanas me propongo practicar la humildad y por la noche reconozco que he vuelto a cometer muchas faltas de orgullo. En esto estoy tentado de desanimarme, pero sé que el desánimo es también orgullo. Por lo tanto, oh Dios mío, quiero basar mi esperanza en Ti solamente. Ya que Tú puedes hacer todo, dígnate hacer nacer en mi alma la virtud que deseo. Para obtener esta gracia de tu infinita misericordia repetiré muy a menudo: "¡Oh Jesús, dulce y humilde de corazón, haz que mi corazón sea como el tuyo!"
Novena Oración a Santa Teresita por la Paz.
La siguiente oración es usada por las monjas Carmelitas descalzas durante la Novena que se desarrolla en el Día de la Fiesta
Santa Teresita del Niño Jesús, Flor de fervor y amor, por favor intercede por nosotros. Llena nuestros corazones con tu amor puro de Dios. A medida que nos acercamos y celebramos tu fiesta, haznos más conscientes de la bondad de Dios y de lo bien que cuida su jardín. Inculca en nosotros tu pequeña forma de hacer cosas ordinarias con un amor extraordinario.
Danos el corazón de un niño que se maravilla ante la vida y lo abraza todo con amoroso entusiasmo. Enséñanos tu deleite en los caminos de Dios para que la caridad divina florezca en nuestros corazones. Pequeña Flor de Jesús, lleva nuestras peticiones (menciona aquí en silencio) ante Dios, nuestro Padre.
Con tu confianza, nos presentamos ante Jesús como hijos de Dios, porque eres nuestro amigo celestial. Mientras celebramos la fiesta de tu regreso al cielo, continúa derramando rosas y gracia sobre nosotros. Amén
Rezar un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria.
Invocación milagrosa a Santa Teresa de Lisieux.
Oh Gloriosa Santa Teresita del Niño Jesús, a quien Dios Todopoderoso ha levantado para ayudar e inspirar a la familia humana, imploro tu milagrosa intercesión. Eres tan poderosa en obtener cada necesidad de cuerpo y espíritu del Corazón de Dios. La Santa Madre Iglesia te proclama "Prodigio de los Milagros, una de las más grandes santas de los tiempos modernos". Ahora, te ruego fervientemente que responda a mi petición
Menciona aquí tu petición.
Te suplico que me concedas este favor, para así cumplir tus promesas de pasar el cielo haciendo el bien en la tierra, de dejar caer del cielo una lluvia de rosas.
Pequeña Flor de Jesús, concédeme un poco de esa fe infantil, para ver el rostro de Dios en la gente y las experiencias de mi vida, y para amar a Dios con plena confianza.
Oh Santa Teresita del Niño Jesús, mi hermana carmelita, cumpliré tu súplica de "ser conocida en todas partes" y seguiré llevando a otros a Jesús a través de ti. Amén.
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