Santa Rosalía es la santa patrona de Palermo y defensora contra las enfermedades y pestes, practicó una vida solitaria de humildad, oración y penitencia
Santa Rosalía, Ermitaña: Patrona contra las enfermedades.
Santa Rosalía, o Santa Rosalía de Palermo, fue una joven de la nobleza que se hizo ermitaña por amor a Dios. En su juventud joven vivió rodeada de vanidades terrenales, pero luego entregó su corazón a Dios. Dejó su casa y se fue a vivir en una cueva y en las paredes de la misma, escribió: "Yo, Rosalía, hija de Sinibald, Señor de Rosas y Quisquina, he tomado la decisión de vivir en esta cueva por el amor de mi Señor Jesucristo". Allí permaneció oculta del mundo. Practicaba grandes mortificaciones y vivía en constante oración. Se fue a vivir después al monte Pellegrino, a unos tres kilómetros de Palermo. Murió sola, en el año 1160. Su cuerpo fue descubierto varios siglos más tarde, en 1625.
Fiesta: 4 de septiembre.
Martirologio romano: En Palermo, Santa Rosalía, virgen, de quien se conoce por tradición que practicó una vida solitaria de ermitaña en el Monte Pellegrino.
Biografía de Santa Rosalía.
Santa Rosalía fue la hija de una familia perteneciente a la nobleza. Vivió en una época feliz de renovación cristiana, que los reyes normandos restablecieron en Sicilia, después de expulsar a los árabes que habían ocupado la isla desde el 827 al 1072.
Durante ese periodo hubo una gran propagación monasterios benedictinos, y sintiendo el llamado de Dios, la joven dejó la vida cortesana y se retiró a la oración en una cueva del monte Pellegrino, donde, según los antiguos libros litúrgicos, murió el 04 de septiembre 1160 a la edad de 35 años.
Santa Rosalía: Ermitaña por amor a Dios.
La tradición dice que su padre fue el duque Sinibaldo, y su madre era María Guiscarda, prima del rey normando Roger II
Desde muy joven, Santa Rosalía atraía con su belleza a la admiración de los caballeros nobles. Uno de sus pretendientes de mayor envergadura fue, según la tradición popular, Balduino, el futuro rey de Jerusalén. Pero la joven ya tenía sembrado en su corazón el llamado de Dios.
Siguiendo el ejemplo de anacoretas, quienes dejaban las comodidades y la vida secular, Santa Rosalía se retiró a una cueva en el feudo paterno de Quisquina, a unos 20 km de Madonie, cerca de un monasterio benedictino.
Luego que pasó allí un tiempo de intensa penitencia, Santa Rosalía se trasladó a una cueva del Monte Pellegrino, un hermoso promontorio cerca de Palermo, junto a una iglesia bizantina, en una celda construida sobre un pozo que aún existe
Los benedictinos del monasterio fueron capaces de seguir y ser testigos de la vida de Rosalía, que vivió sumisa en una completa oración, soledad y penitencia; muchas personas locales subían a la montaña, atraídos por su fama de santidad.
Según la tradición, Santa Rosalía murió el 4 de septiembre, probablemente en el año 1160. Su culto se propagó rápidamente y en su honor le fueron construidas algunas iglesias en diversas áreas de Sicilia, así como una capilla en el Monte Pellegrino, cuya imagen se reproduce en las Catedrales de Palermo y Monreale; una iglesia fue construida también en Rivello, provincia de Potenza.
En Monte Pellegrino sus seguidores, los llamados "ermitaños de Santa Rosalía" vivieron en soledad hasta el siglo XVI, en cuevas cercana donde vivía la joven ermitaña.
Hacia mediados del siglo XVI, el virrey John Medina construyó un convento junto a la iglesia que incluía la cueva, por la "Orden Franciscana de Santa Rosalía y Monte Pellegrino".
Los Milagros de las reliquias de Santa Rosalía.
En 1625, durante un brote de peste Negra, un ermitaño tuvo una visión de Santa Rosalía, quien le dio instrucciones para buscar sus restos. Un grupo de monjes, dirigido por el ermitaño, hizo lo que le pidió la Santa y encontró la cueva del monte Pellegrino, donde ella había muerto.
Enfundados en cristal de roca, fueron descubiertas las reliquias de Santa Rosalía como un gran tesoro y numerosos milagros se han atribuido a su presencia a partir de ese momento. Sus restos fueron mostrados en procesión por las calles, y la plaga terminó poco después.
A Santa Rosalía se le acreditó con poner fin al sufrimiento de la plaga, y sus fiestas se elevó al rango de un día de precepto por el Papa Pío XI en 1927, por clamor popular.
La celebración tradicional de Santa Rosalía se sigue produciendo hoy en día en Palermo. Tiene una duración de cinco días y se celebra con una procesión sin igual, anunciada por fuego de cañón.
La capilla de la santa va montada encima de un carro gigantesco lleno de músicos, atraviesa la ciudad arrastrada por cuarenta mulas, acompañados de oraciones, himnos y aclamaciones. Es la patrona de Palermo, en Italia, y tres ciudades de Venezuela: El Hatillo, Zuata y Anzoátegui. También se le invoca contra las enfermedades y pestes. Santa Rosalía, ruega por nosotros. Amén.
Oración a Santa Rosalía.
Santa Rosalía, confesora y virgen, rezamos a Dios por nuestras familias y amigos. A través de sus poderosas oraciones, que podamos obtener salud, vida y salvación eterna. También rezo hoy por esta especial necesidad e intención (den a conocer su intención). Oh gloriosa virgen y confesora, Santa Rosalía, prometo de ahora en adelante recordar y seguir tu ejemplo de fe y amor. Reza por mí y por los míos. Amén.
Novena a Santa Rosalía por una petición especial.
En esta corta novena a Santa Rosalía, puedes pedir la intercesión de esta santa por una gracia especial. Se reza la siguiente oración durante 9 días consecutivos.
Padre amado, te doy gracias porque, a través de la comunión de los santos, puedo acercarme a tu Presencia por medio de las oraciones de Santa Rosalía. A través de su intercesión, te pido que me ayudes a recordar que mi destino es el Cielo.
Como Santa Rosalía, renunció a todas las cosas de este mundo por el bien de tu Reino. Que, a través de sus oraciones, pueda amar más plenamente a tu Hijo nuestro Señor Jesucristo, que junto contigo y el Espíritu Santo son un solo Dios por siempre y para siempre. Amén.
Menciona aquí tu petición.
Oh Dios, Padre nuestro, mírame con ojos de misericordia y concédeme, por la intercesión de Santa Rosalía, que pueda apartarme de los placeres terrenales para dedicarme a las alegrías de la contemplación. Que pueda ser liberado de todo daño aquí en la tierra y que un día pueda ser acogido en el Reino de los Cielos.
Reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria.
Santa Rosalía, ayuda poderosa contra las enfermedades y pestes, ruega por nosotros. Amén.
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