Santa María de la Encarnación Guyart Martin difundió el Evangelio entre los indígenas, aprendió su lengua y les explicó el Catecismo y el amor a Dios
Santa María de la Encarnación, Mística: Patrona de las Ursulinas.
Santa María de la Encarnación Guyart Martin fue una monja ursulina de la orden francesa que se distinguió por su vida mística, un gran espíritu de oración y su celo por la propagación de la fe católica. El tiempo revelaría su generoso corazón, su aguda inteligencia y su carácter inusualmente fuerte. Aunque era religiosa, fue una verdadera mujer de negocios y de Dios. Su vida espiritual y mística estaba arraigada en su familia y en los pobres que la rodeaban. Su presencia fue crucial en la difusión del catolicismo en Nueva Francia. A Santa María de la Encarnación se le atribuye la fundación de la primera escuela femenina del Nuevo Mundo. También es celebrada por la Iglesia Anglicana.
Fiesta: 30 de abril.
Martirologio romano: En Quebec, en Canadá, Santa María de la Encarnación Guyart Martín, que, siendo aún madre de la familia, y después de la muerte de su esposo, confió a su pequeño hijo al cuidado de su hermana e ingresó entre las Ursulinas haciendo su profesión de fe. Abrió su primer Instituto en Canadá, en donde realizó muchas obras famosas.
Biografía de Santa María de la Encarnación Guyart.
Santa María de la Encarnación Guyart Martin nació el 28 de octubre 1599 en Tours, en Francia, proveniente de una familia de panaderos. Desde muy joven su camino de vida estuvo marcado por las experiencias místicas, que la convenció de que tenía un llamado a la vida religiosa. Pero su familia, ya tenía otros planes con ella.
En 1617, sus padres la ofrecieron en Matrimonio con el dueño de una fábrica de seda, del quién le nació su hijo Claudio. Solo seis después de esto, María de la Encarnación se quedó viuda y le tocó asumir, además de la educación de su hijo, la dirección de la fábrica de su difunto esposo.
La vida como mujer de negocios "gerente" de Santa María de la Encarnación no interrumpió para nada las experiencias místicas que la empujaban cada vez más a la consagración. Pero eso no significaba que ella renunciaría a los deberes de la vida familiar o a la difícil tarea de que la fábrica de seda siguiese en marcha.
Es innegable que esta experiencia le enseñó a combinar la vida del espíritu con la vida activa entre los hombres. Es importante destacar que para aquel entonces las mujeres no tenían una figura importante en la vida económica y empresarial.
Desde entonces, Santa María de la Encarnación comenzó un viaje espiritual hasta que toma la decisión de entrar entre las ursulinas de Tours el 21 de enero 1631 e hizo su profesión religiosa el 15 enero de 1633.
Mientras tanto, las visiones continuaron y con ello, percibió la magnitud de la misión a la que fue llamada: ofrecer la vida de Dios.
Vida misionera de Santa María de la Encarnación.
Su vocación misionera poco a poco fue madurando gracias a la colaboración y ayuda de los misioneros jesuitas en Canadá.
Santa María de la Encarnación decidió dejar de Quebec, donde llegó el 1 de agosto de 1639, con la intención de fundar un monasterio para la educación de las niñas indígenas de América.
En América, María de la Encarnación continuó con la determinación de sus actividades: se construyó un monasterio, que fue consumido por el fuego y fue inmediatamente reemplazado por una nueva casa religiosa.
Y aquí, llegaron numerosos religiosos de diferentes congregaciones. Para ellos, María escribió una nueva norma, que fue aprobada en 1662 por el obispo Francisco de Laval.
Para difundir el Evangelio entre los nativos americanos, Santa María de la Encarnación aprendió su lengua y escribió para ellos el catecismo, la gramática, y algunos diccionarios. Contó con el apoyo de los misioneros, que en esos años sufrieron muchos martirios. Invadida por la mala salud, en 1669 abandonó la dirección del convento.
Su muerte.
Ya un poco debilitada en su salud, Santa María de la Encarnación murió EL 30 de abril de 1672 con gran fama de santidad, dejando una comunidad de monjas que se convertirán en las Ursulinas de Canadá.
Santa María de la Encarnación fue declarada venerable en el año 1911. Fue beatificada el 22 de junio 1980, como Madre de la Iglesia católica en el Canadá, por San Juan Pablo II. El 3 de abril de 2014, el Papa Francisco avivó el fuego de la fe de la Iglesia canadiense y a su población proclamando Santa a Santa María de la Encarnación.
Legado de María de la Encarnación.
Un documental sobre la historia y vida de Santa María de la Encarnación, realizado por Jean-Daniel Lafond, en el año 2008, fue titulado como "Folle de Dieu" (La Loca de Dios).
Santa María de la Encarnación Guyart se encargó de fundador la Orden de las Ursulinas en la Nueva Francia colonial. Su intensa labor misionera con los amerindios fue tan valiosa, que fue reconocida hasta por la Iglesia Anglicana de Canadá. Son muchas las escuelas católicas llevan su nombre.
Además, a Santa María de la Encarnación se le hizo una estatua para celebrar su memoria que se encuentra frente al Parlamento de Quebec. Esto, debido a su reconocida contribución con Canadá. La escultura se encuentra ubicada en la Basílica de Santa Ana.
Oración a María de la Encarnación.
Padre celestial, que diste a Santa María de la Encarnación una fuerza heroica ante las adversidades que encontró en el camino de la vida. Que nosotros, tus hijos, a través de su intercesión, soportemos con valentía todas las pruebas y perseveremos hasta el final en tu amor. Te lo pedimos por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
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