San Roberto Belarmino, Obispo y Doctor de la Iglesia, fue un gran defensor de la fe, hizo dos catecismos y obras apologéticas: Patrono de los Catequistas
San Roberto Belarmino, Doctor de la Iglesia: Defensor de la fe.
San Roberto Belarmino, obispo, fue un Jesuita; arzobispo de Capua, Cardenal; Declarado Doctor de la Iglesia por sus innumerables escritos en defensa de la fe. Roberto Belarmino fue un gran entusiasta y defensor de la doctrina católica durante y después de la Reforma Protestante. Escribió dos catecismos y numerosas obras de apologética. Por sus obras y predicaciones sobre la defensa de la fe consiguió el título de "martillo de los herejes". Sin embargo, él era un hombre entregado a la humildad, destacándose también con sus labores de caridad hacia los más necesitados. San Roberto Belarmino es el Santo patrono de los catequistas.
Fiesta: 17 de septiembre.
Martirologio romano: San Roberto Belarmino, obispo y doctor de la Iglesia, perteneciente a la Compañía de Jesús (Jesuitas), quien fue capaz de competir con éxito en las controversias teológicas de su tiempo con gran habilidad y perspicacia. Fue arzobispo de Capua, Cardenal, allí se dedicó con entusiasmo al ministerio pastoral en la Iglesia y finalmente a Roma hizo mucho en defensa de la Sede Apostólica y de la doctrina de la fe.
Biografía de San Roberto Belarmino.
San Roberto Belarmino, Sacerdote Jesuita y uno de los cardenales más importantes de la Reforma católica. Llegó a ser confidente de los Papas y Doctor de la Iglesia.
Roberto Belarmino nació en una familia italiana de la nobleza, pero que al poco tiempo cayó en bancarrota y fue empobrecida. Sus tempranos logros intelectuales dieron a su padre la falsa esperanza de que Belarmino restablecería la fortuna de la familia a través de una carrera política, pero fue el deseo de su madre que ingresara a la Compañía de Jesús el que prevaleció.
Al término de sus estudios, San Roberto Belarmino enseñó primero en la Universidad de Lovaina en Bélgica. En 1576 aceptó la invitación del Papa Gregorio XIII (1572 a 1585) para enseñar teología polémica en el nuevo Colegio Romano.
Obras de San Roberto Belarmino.
San Roberto Belarmino pasó los siguientes 11 años enseñando y escribiendo sus "Discusiones sobre los puntos controvertidos", una defensa de tres volúmenes de la fe católica en contra de los argumentos de los reformadores protestantes, la cual enseñaba la verdad con gran autoridad y base y exponía los errores de argumentos poco sólidos.
En estos libros, San Roberto Belarmino explicaba la doctrina de la fe católica ante los errores de los protestantes (luteranos, evangélicos, anglicanos, entre otros) Estos por su parte habían sacado una serie de libros contra los católicos y San Roberto produjo las mejores respuestas y ninguno pudo contrariar ni siquiera una coma de sus escritos.
Sus libros alcanzaron el éxito y tuvieron 30 ediciones en 20 años. Sacerdotes y Catequistas utilizaron estos libros para conseguir los mejores argumentos en sus enseñanzas. Al respecto de otras filosofías, San Roberto Belarmino escribiría en una oportunidad: "En el último día, cuando el examen general se lleve a cabo, no habrá ninguna pregunta sobre el texto de Aristóteles, los aforismos de Hipócrates, o los párrafos de Justiniano. La caridad será el programa completo."
San Roberto Belarmino, también fue un confidente de los papas, ocupó varios cargos, entre ellos el rector del Colegio Romano, examinador de obispos, el cardenal inquisidor, arzobispo de Capua, y obispo de Montepulciano.
Cuando San Roberto Belarmino tenía 50 años, fue nombrado rector del Colegio Jesuita de Roma. Dos años después, en 1594, fue nombrado superior provincial de los jesuitas en Nápoles. El Papa Clemente VIII lo trajo de vuelta a Roma en 1597 para ser su consejero teológico personal y 2 años después lo hizo cardenal. En 1602 fue enviado a Capua como arzobispo, pero en 1605 fue llamado a Roma, donde pasó el resto de su vida como respetado consejero papal.
A través de sus escritos, San Roberto Belarmino estuvo involucrado en asuntos políticos, religiosos y sociales de la época. Discutió con el rey Jaime I de Inglaterra y fue juez en el juicio de Giordano Bruno.
En 1610 escribió un libro defendiendo el poder del Papa. Su cuidadoso pensamiento sobre los derechos naturales de los hombres tuvo una amplia influencia en la filosofía política durante los siguientes 200 años.
"Cuando apelamos al trono de la gracia, lo hacemos a través de María, honrando a Dios, al honrar a su Madre, imitándolo al exaltarla, tocando el acorde más sensible del sagrado corazón de Cristo con el dulce nombre de María." (San Roberto Belarmino)
El Himno compuesto por San Roberto Belarmino.
El Himno que compuso San Roberto Belarmino está incluido en el Breviario Romano.
San Roberto Belarmino se dedicó a la poesía en su juventud y se dice que memorizó muchas de las obras de Virgilio. Incluso escribió un himno a Santa María Magdalena que ahora está incluido en el Breviario Romano, un libro litúrgico que contiene oraciones, himnos, lecturas y salmos para el uso diario de los obispos, sacerdotes y diáconos.
San Roberto Belarmino también se le encargó la misión de comunicar a su amigo Galileo Galilei en 1616, el decreto emitido por la Congregación, que condenaba la doctrina copernicana de los movimientos de la tierra y el sol.
Cuando las teorías de Galileo sobre la rotación de la tierra alrededor del sol crearon una confusión, San Roberto Belarmino aconsejó que se mantuvieran hasta que pudieran ser probadas con un sustento más sólido. Pero, más tarde, en el año en 1616, se le asignó la triste tarea a este cardenal de 75 años, comunicarle a Galileo Galilei, el decreto emitido por la Congregación, el cual condenaba la doctrina copernicana de los movimientos de la tierra y el sol.
Una vida humilde y austera.
A pesar de que fue uno de los hombres más poderosos de Roma, San Roberto Belarmino vivió una vida completamente austera y llena de humildad. Él entregaba la mayor parte de su dinero a los pobres, quedándose solo con lo necesario para comer y trasladarse.
En una oportunidad pagó el rescate de un soldado que había desertado y en otra, le dio los tapices de sus viviendas a los pobres, diciendo que las paredes no tenían frío. Mientras él le tomaba poco respeto a sus propias comodidades, siempre se encargaba de que sus sirvientes y ayudantes tuviesen todo lo que necesitaban.
El alimento que decidía comer San Roberto Belarmino era igual que el de los pobres, pan y ajo y cuando se acercaba el invierno, no tenía ni siquiera leña para poder tener fuego y tener algo de calor en su hogar.
Muerte y canonización de San Roberto Belarmino.
Durante su larga carrera como teólogo y eclesiástico, San Roberto Belarmino fue siempre muy respetado. Era un hombre de fuerte autocontrol, dejando de lado sus propios sentimientos por cumplir con el deber de la Iglesia. Era amable y se preocupaba especialmente por los pobres.
Cuando San Roberto Belarmino notó que su vida estaba llegando a su final, pidió permiso para irse al noviciado de San Andrés, Roma, en donde murió a los setenta y siete años, el 17 de diciembre de 1621, justamente en la celebración de la fiesta de los estigmas de San Francisco de Asís, en la que él mismo había iniciado el culto.
Su espíritu de oración, su delicadeza, de conciencia y libertad de pecado, su espíritu de humildad y de pobreza, junto con el desinterés que mostró tanto, bajo las vestiduras del cardenal como bajo el vestido del jesuita, su gran amor y generosidad para con los pobres y su dedicación al trabajo, se habían combinado para impresionar a todos los que conocían a San Roberto Belarmino y que ya sabían de antemano que este ejemplar imitador de Cristo, ya pertenecía al número de los Santos del Cielo.
San Roberto Belarmino fue canonizado por el Papa Pío XI en 1930 y, al año siguiente, fue declarado Doctor de la Iglesia en 1931. Sus restos, con una túnica roja de cardenal, se exhiben detrás de un vidrio bajo un altar lateral en la Iglesia de San Ignacio de Loyola, la capilla del Colegio Romano, junto al cuerpo de su estudiante, San Luis Gonzaga, como él mismo había deseado. En el calendario romano general, la fiesta de San Roberto Belarmino es el 17 de septiembre, día de su muerte; pero algunos siguen utilizando calendarios anteriores a 1969, en los que durante 37 años su fiesta era el 13 de mayo. Es el santo patrono de los catequistas y de los apologetas.
"La paz y la unión son las cosas más necesarias para los hombres que viven en común, y nada sirve tan bien para establecerlas y mantenerlas como la indulgente caridad con la que soportamos los defectos de los demás.". San Roberto Belarmino.
Reflexión sobre San Roberto Belarmino.
San Roberto Belarmino, aunque llegó a ser obispo, siempre se mantuvo con una humildad increíble. Fue un destacado erudito de las Escrituras y devoto siervo de Dios. Su espiritualidad estuvo marcada pro su vida de oración y conocimiento de la Biblia. Defendió la Sede Apostólica contra los anticlericales de Venecia y contra los principios políticos de Jaime I de Inglaterra. Compuso un exhaustivo trabajo apologético contra los herejes de su época. En el campo de las relaciones iglesia-estado, tomó una posición basada en principios en la que dice que la autoridad se origina en Dios, pero está investida en el pueblo, que la confía a gobernantes idóneos.
Destacado por sus enseñanzas, San Roberto Belarmino llegó a ser el padre espiritual de San Luis Gonzaga, ayudó a San Francisco de Sales a obtener la aprobación formal de la Orden de Visitación, y en su prudencia se opuso a una acción severa en el caso de Galileo. Nos ha dejado una gran cantidad de importantes escritos, incluyendo obras de devoción y de enseñanzas católicas profundas.
Oración a San Roberto Belarmino.
Dios Padre de todos, Tú que le diste a San Roberto Belarmino una sabiduría y bondad, ricas en tu amor, para así defender la fe de tu Iglesia. Por sus oraciones, que siempre nos regocijemos en la profesión de nuestra fe y nunca tengamos miedos en proclamar tu amor y tus bondades. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén
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