San Luis Beltrán es santo Patrono de Colombia, como misionero logró la conversión de muchos indígenas: es considerado Abogado de las Almas del Purgatorio
San Luis Beltrán, Predicador y Misionero: Patrono de Colombia.
San Luis Beltrán fue un sacerdote misionero de la orden de los dominicos. Es el Santo Patrono de Colombia. Fue consejero espiritual de Santa Teresa de Ávila. Recorrió con mucha valentía al pueblo de América, convirtiendo y bautizando a muchos indígenas. Su arma de lucha fue la oración continua y las penitencias. San Luis Beltrán es considerado por muchos como uno de los grandes abogados de las Almas del Purgatorio.
Fiesta: 9 de octubre.
Martirologio romano: En Valencia, en España, San Luis Beltrán, sacerdote de la Orden de Predicadores, que enseñó el Evangelio de Cristo en diversos pueblos indígenas de América del Sur y las defendió de los opresores.
Biografía de San Luis Beltrán.
San Luis Beltrán nació en Valencia (España) el 1 de enero de 1526. A los diecinueve años de edad ingresó en los dominicos en Valencia y en 1547 fue ordenado sacerdote.
A la temprana edad de 23 años fue nombrado Maestro de los novicios. Mantuvo esa asignación durante diez años, posteriormente, dado que deseaba ardientemente anunciar el Evangelio, partió como misionero hacia el nuevo mundo.
En 1562, San Luis Beltrán llegó a América y se detuvo en Colombia. Él no dio marcha atrás en ningún momento, y aunque fue muy dura su labor apostólica, caminó a través de las inmensas regiones del Ecuador, Nueva Granada, las islas del Caribe, convirtiendo y bautizando a muchos indígenas.
Desde el púlpito denunció, incluso, los abusos de poder de los conquistadores españoles: uno de ellos quiso cometer un atentado contra su vida, pero al momento de realizar el tiro la escopeta se le transformó en un Crucifijo.
El demonio y San Luis Beltrán.
Durante su vida de predicador y misionero, San Luis Beltrán utilizó un método infalible: frente a las negativas, las dificultades, los malentendidos, comenzó a orar y a flagelarse a sí mismo con mucha disciplina, y todo le funcionaba sin problema alguno.
El demonio, en una oportunidad, trató de frustrar la obra de San Luis Beltrán, intimidándolo con horrorosas visiones, con golpes y ruidos terribles, pero no logró absolutamente nada contra el Santo. Enfurecido, el demonio generó contra él, persecuciones por parte de los indios y de los españoles y trató de debilitar a su integridad moral y su fe, con muchas tentaciones y calumnias.
Habiendo regresado a España, en 1549, San Luis Beltrán tomó de nuevo su deber como maestro de novicios, y luego fue elegido Prior en Valencia. En 1574, la capital dominica de la provincia de Aragón, nominó a Luis Beltrán para ser el orador general (Predicador). También fue el consejero espiritual de Santa Teresa de Ávila, a quien animó a seguir su papel en la Reforma.
El sufrimiento y la muerte.
San Luis Beltrán llegó a enfermarse muy gravemente; pero en medio de sus sufrimientos, continuamente repetía: "Señor, quema aquí, castiga aquí, no perdones aquí, para que me perdones para siempre en la eternidad"
A pesar de que el fuego febril lo devoraba, San Luis Beltrán quiso morir revestido con el hábito de lana de la Orden Dominica. Murió el 9 de octubre de 1581. El Papa Clemente X en el 12 de abril 1671 lo proclamó santo. Alejandro VIII lo declaró Patrono de Colombia.
San Luis Beltrán y las almas del purgatorio.
San Luis Beltrán tenía una gran devoción por las almas del Purgatorio. Después de su ordenación sacerdotal, su padre, que había muerto ocho años antes, se le apareció y le pidió su ayuda.
Un día, después de muchas misas ofrecidas a Dios en su nombre, el Santo vio el alma de su padre muy resplandeciente y liberado de las penas del Purgatorio.
San Luis Beltrán es también el primer sacerdote conocido por su nombre, que fue servido por la concesión del Papa Julio III en Valencia para celebrar tres misas el día de la Conmemoración de los Fieles Difuntos.
Se dice que San Luis Beltrán sentía un verdadero sufrimiento cuando él no podía celebrar la misa, a la que le tenía una gran devoción, sufría particularmente por estar limitado en Navidad porque podía celebrar Misa tan solo tres veces.
En una oportunidad, en una noche, después de la oración de maitines en el coro, él vio a un hermano compañero de su orden que había fallecido, y estaba todo rodeado por llamas que lo hacía sufrir mucho, el difunto se le arrojó a sus pies para pedirle perdón por aquella expresión ofensiva dirigida al santo hace algunos años. El fallecido le pidió que celebrara una misa para él, mediante el cual iba a ser inmediatamente liberado de las penas del Purgatorio.
San Luis Beltrán celebró la misa en su nombre a la mañana siguiente y en la noche de ese, vio a la persona fallecida que estaba rodeada de gloria, entrando en el Paraíso.
"Si por tu predicación los hombres dejan de lado las enemistades, perdonan las injurias, evitan las ocasiones de pecado y escándalos y reforman su conducta, puedes decir que la semilla ha caído en buena tierra. Pero solo a Dios dale toda la gloria y reconoce que eres un siervo inútil". (San Luis Beltrán)
Acá, unimos nuestras voces y pedimos a humilde santo que ruegue por nosotros y por las almas del purgatorio.
Oración a San Luis Beltrán.
Dios todopoderoso y misericordioso, llenaste el corazón de San Luis Beltrán, con el celo de predicar con buenas obras y palabras. Enciende en nosotros las virtudes de la humildad y la paciencia para que nosotros también podamos hacer tu voluntad fielmente. Te lo pedimos por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, ejemplo perfecto de obediencia, que vive y reina contigo y con el Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos.
Novena en honor a San Luis Beltrán.
Durante nueve días consecutivos, repetir la siguiente oración.
1. Señal de la Cruz
2. Credo
3. Oración de la novena.
Oh, glorioso San Luis Beltrán, perfecto discípulo de nuestro Redentor crucificado, concédeme una mirada de piedad y de amor. Recurro a ti con confianza. A lo largo de toda tu vida, siempre te esforzaste por asegurar la salvación de tu prójimo, buscando por todos los medios en poder ganar corazones para Dios. Reza por mí, tu fiel devoto, para que, junto con el perdón de mis pecados, me convierta como tú en un apóstol de la caridad, que compadezca las miserias de mis semejantes, que enjugue las lágrimas de sus ojos y que les ayude en todo lo que pueda en sus necesidades espirituales y corporales. Ruega por mí, oh gran santo, desde el adorable Corazón de Jesús, un aumento constante del amor divino. Sé mi protector durante la vida; consígueme una muerte tranquila y pacífica, bajo la protección de María, la Virgen Madre del Buen Consejo, la Inmaculada Madre de Dios. Amén.
Menciona aquí la gracia que solicita.
Rezar un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria.
San Luis Beltrán, alcánzanos la gracia que solicitamos a través de tu poderosa intercesión. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
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