San Ireneo de Lyon fue un obispo y discípulo de San Policarpo, quien a su vez era discípulo de San Juan Evangelista: Combatió las herejías de los gnósticos
San Ireneo de Lyon: Obispo y Padre de la Iglesia.
San Ireneo de Lyon fue un obispo griego, escritor y mártir de la Iglesia Católica que es considerado un Padre de la Iglesia y gran apologista. Se destacó por su importante papel en la orientación y expansión de las comunidades cristianas en lo que hoy es el sur de Francia y además, por el desarrollo de la teología cristiana al combatir la herejía a través de la verdadera Doctrina de fe y la Tradición apostólica. Sus escritos fueron formativos en el desarrollo temprano de la teología cristiana. Fue residente de Esmirna, escuchó la predicación de San Policarpo, quien era discípulo de San Juan Evangelista, el Apóstol amado del Señor. Su fiesta se celebra el 28 de junio en la Iglesia Católica, y en las iglesias ortodoxas orientales, la celebran el 23 de agosto.
Fiesta: 28 de junio.
Martirologio Romano: En Lyon de Francia, San Ireneo, obispo y Mártir, que, según escribe san Jerónimo, fue discípulo de san Policarpo, obispo de Esmirna, y casi contemporáneo de los Apóstoles. Habiendo denodadamente combatido, de palabra y por escrito, contra los herejes, al cabo, en la persecución de Severo, con casi toda la gente de su ciudad, fue coronado de un glorioso martirio.
Biografía de San Ireneo de Lyon.
San Ireneo nació probablemente entre los años 135 y 140, en Esmirna, donde en su juventud fue alumno del obispo san Policarpo, quien a su vez fue discípulo del apóstol san Juan.
No sabemos cuándo se trasladó de Asia Menor a la Galia, pero el viaje debió de coincidir con los primeros pasos de la comunidad cristiana de Lyon: allí, en el año 177, encontramos a san Ireneo en el colegio de los presbíteros. Precisamente en ese año, San Ireneo fue enviado a Roma para llevar una carta de la comunidad de Lyon al Papa Eleuterio.
La misión romana evitó a San Ireneo de Lyon la persecución de Marco Aurelio, en la que cayeron al menos 48 mártires, entre los que se encontraba el mismo obispo de Lyon, Potino, de noventa años, que murió a causa de los malos tratos sufridos en la cárcel. De este modo, a su regreso, San Ireneo fue elegido obispo de la ciudad. El nuevo pastor se dedicó totalmente al ministerio episcopal.
Poderoso escritor y hombre de Fe.
San Ireneo es ante todo un hombre de fe y un pastor. Tiene la prudencia, la riqueza de doctrina y el celo misionero del buen pastor. Como escritor, busca dos finalidades: defender de los asaltos de los herejes la verdadera doctrina y exponer con claridad las verdades de la fe.
A estas dos finalidades responden exactamente las dos obras que nos quedan de él: los cinco libros "Contra las herejías" y "La exposición de la predicación apostólica", que se puede considerar también como el más antiguo "catecismo de la doctrina cristiana".
En definitiva, San Ireneo de Lyon es el campeón de la lucha contra las herejías. La Iglesia del siglo II estaba amenazada por la "gnosis", una doctrina que afirmaba que la fe enseñada por la Iglesia no era más que un simbolismo para los sencillos, que no pueden comprender cosas difíciles; por el contrario, los iniciados, los intelectuales -se llamaban "gnósticos"- comprenderían lo que se ocultaba detrás de esos símbolos y así formarían un cristianismo de élite, intelectualista.
Obviamente, este cristianismo intelectualista se fragmentaba cada vez más en diferentes corrientes, con pensamientos a menudo extraños y extravagantes, pero atractivos para muchos.
Un elemento común de estas diferentes corrientes era el dualismo, es decir, se negaba la fe en el único Dios, Padre de todos, creador y salvador del hombre y del mundo. Para explicar el mal en el mundo, afirmaban que junto al Dios bueno existía un principio negativo. Este principio negativo habría producido las cosas materiales, la materia.
Cimentándose firmemente en la doctrina bíblica de la creación, San Ireneo refuta el dualismo y el pesimismo gnóstico que devalúan las realidades corporales. Reivindica con decisión la santidad originaria de la materia, del cuerpo, de la carne, al igual que la del espíritu.
Se puede decir que, San Ireneo de Lyon, se presenta como el primer gran teólogo de la Iglesia, el que creó la teología sistemática.
La regla de la fe de San Ireneo.
En el centro de su doctrina está la cuestión de la "regla de la fe" y de su transmisión. Para San Ireneo de Lyon, la "regla de la fe" coincide en la práctica con el Credo de los Apóstoles, y nos da la clave para interpretar el Evangelio, para interpretar el Credo a la luz del Evangelio.
De hecho, el Evangelio predicado por San Ireneo de Lyon es el que recibió de san Policarpo, obispo de Esmirna, y el Evangelio de san Policarpo se remonta al apóstol san Juan, de quien san Policarpo fue discípulo. De este modo, la verdadera enseñanza no es la inventada por los intelectuales, superando la fe sencilla de la Iglesia. El verdadero Evangelio es el transmitido por los obispos, que lo recibieron en una cadena ininterrumpida desde los Apóstoles.
Con esos argumentos, San Ireneo de Lyon confuta desde sus fundamentos las pretensiones de los gnósticos, los "intelectuales": ante todo, no poseen una verdad que sería superior a la de la fe común, pues lo que dicen no es de origen apostólico, se lo han inventado ellos; en segundo lugar, la verdad y la salvación no son privilegio y monopolio de unos pocos, sino que todas las pueden alcanzar a través de la predicación de los sucesores de los Apóstoles y, sobre todo, del obispo de Roma.
San Ireneo y la Tradición.
San Ireneo se dedica a explicar el concepto genuino de Tradición apostólica, que podemos resumir en tres puntos.
1. La Tradición apostólica es "pública", no privada.
Para San Ireneo de Lyon no cabe duda de que el contenido de la fe transmitida por la Iglesia es el recibido de los Apóstoles y de Jesús, el Hijo de Dios. No hay otra enseñanza.
Por tanto, a quien quiera conocer la verdadera doctrina le basta con conocer "la Tradición que procede de los Apóstoles y la fe anunciada a los hombres".
2. La Tradición apostólica es "única".
En efecto, mientras el gnosticismo se subdivide en numerosas sectas, la Tradición de la Iglesia es única en sus contenidos fundamentales que, como hemos visto, san Ireneo llama precisamente regula fidei o veritatis.
Por ser única, crea unidad a través de los pueblos, a través de las diversas culturas, a través de pueblos diferentes; es un contenido común como la verdad, a pesar de las diferentes lenguas y culturas.
3. La Tradición apostólica es guiada por el Espíritu Santo.
La tradición apostólica no se trata de una transmisión confiada a la capacidad de hombres más o menos instruidos, sino al Espíritu de Dios, que garantiza la fidelidad de la transmisión de la fe. Esta es la "vida" de la Iglesia; es lo que la mantiene siempre joven, es decir, fecunda con muchos carismas.
Según la enseñanza de San Ireneo, la fe de la Iglesia debe ser transmitida de manera que se presente como debe ser, es decir, "pública", "única", "pneumática", "espiritual".
A partir de cada una de estas características, se puede llegar a un fecundo discernimiento sobre la auténtica transmisión de la fe en el hoy de la Iglesia.
Según la doctrina de San Ireneo de Lyon, la dignidad del hombre, cuerpo y alma, está firmemente fundada en la creación divina, en la imagen de Cristo y en la obra permanente de santificación del Espíritu.
Esta doctrina es como un "camino real" para aclarar a todas las personas de buena voluntad el objeto y los confines del diálogo sobre los valores, y para impulsar continuamente la acción misionera de la Iglesia, la fuerza de la verdad, que es la fuente de todos los auténticos valores del mundo (Cf. Papa emérito Benedicto XVI, catequesis sobre los Padres de la Iglesia, 28 de marzo de 2007)
Muerte de San Ireneo de Lyon.
A ciencia cierta, no se conoce con precisión la fecha de la muerte de San Ireneo, pero se cree que fue en el año 202. Según la tradición, San Ireneo de Lyon fue martirizado en Lyon con gran parte de los habitantes de esta ciudad, durante la sangrienta persecución de Severo, entre el año 200 y 203.
Los restos corporales de San Ireneo fueron enterrados en una cripta bajo el altar de lo que entonces se llamaba la iglesia de San Juan, pero que más tarde se conoció con el nombre de San Ireneo. Esta tumba o santuario fue destruida por los calvinistas en 1562, y todo rastro de sus reliquias parece haber perecido.
Oración a San Ireneo de Lyon.
Oh Dios, que llamaste al obispo San Ireneo de Lyon para confirmar la verdadera doctrina de la fe y la paz de la Iglesia, concédenos, por su intercesión, que, renovados en la fe y en la caridad, nos esforcemos siempre por fomentar la unidad y la concordia. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
Santos de la semana
Natividad de nuestro Señor: Nacimiento de El Salvador
La Fiesta de la Natividad de nuestro Señor Jesucristo, nos recuerda que el Dios del amor se encarnó por amor a cada uno de nosotros ¡Feliz Navidad!
Santa Paula Isabel Cerioli: Fundadora - Biografía y obras
Santa Paula Isabel donó sus riquezas a los pobres y abrió su casa para recibir a los huérfanos. Fundó el Instituto de las Hermanas de la Sagrada Familia
San Juan Cancio de Kety. Sacerdote y maestro. Biografía y obra
San Juan Cancio de Kety, siendo joven sacerdote, lo nombraron profesor de la universidad. Los ratos libres los dedicaba a visitar pobres y enfermos
Biografía de Santos - Celebraciones y Fiestas de la Iglesia