San Cristóbal Magallanes Jara y los mártires cristeros fueron odiados y perseguidos en diversas regiones de México: Asesinados por confesar a cristo Rey
San Cristóbal Magallanes y Compañeros Mártires Cristeros.
San Cristóbal Magallanes Jara fue un sacerdote mártir de la guerra cristera y un santo venerado por la Iglesia Católica. Fue asesinado sin juicio en el camino a la Santa Misa, durante la cruel persecución de los cristianos, en lo que se llamó: la Guerra de los cristeros, en México.
Fiesta: 21 de mayo.
Martirologio Romano: Santos Cristóbal Magallanes, presbítero, y compañeros, mártires, que, perseguidos en diversas regiones de México en odio al nombre cristiano y a la Iglesia católica, por haber confesado fielmente a Cristo Rey alcanzaron la corona del martirio.
San Cristóbal Magallanes y compañeros mártires.
San Cristóbal Magallanes Jara creció en el México rural, trabajando como un pequeño pastor. A los 19 años, sintió el llamado de Dios y decidió ingresar en el Seminario Conciliar de San José de Guadalajara, en donde fue ordenado sacerdote. Su amor a Cristo crecía día a día, sobre todo a la Eucaristía y a la Santísima Virgen María.
Con el tiempo, San Cristóbal Magallanes llegó a ser el párroco en Jalisco. Fundó un seminario y también escuelas para adultos y niños. Para tratar de promover el amor a Dios entre todos, fundó también un periódico con el que evangelizaba a las personas de los poblados cercanos.
En medio de tantas personas necesitadas de este pequeño pueblo para entonces, San Cristóbal Magallanes tuvo compasión por todos. Juntó todo lo que podía y estaba en sus manos para ayudar a las personas que se acercaban a su congregación. A muchos les dio empleo mediante la organización de talleres de carpintería y un molino eléctrico del que estuvo a cargo. El padre Cristóbal fomentó la cooperación de su congregación con los pueblos indígenas de la región, formando juntos una cooperativa agrícola que tuvo bastante éxito.
La guerra cristera: guerra contra Cristo Eucaristía
En 1917, se promulgó en México, una nueva Constitución, basada en principios anticlericales, firmado por el presidente Don Venustiano Carranza. Originalmente, fue la primera fase de una violenta persecución religiosa que estaba por suceder. El episcopado mexicano expresó su oposición a la nueva ley promulgada, y esto provocó una fuerte reacción por parte del gobierno.
Desde 1926 en adelante, bajo la presidencia de don Plutarco Elías Calles, la persecución se hizo más violenta, todavía con la expulsión de sacerdotes extranjeros, se cerraron muchas escuelas y algunas organizaciones de caridad.
Los laicos de México, se organizaron en un grupo al que llamaron la Liga en Defensa de la Libertad Religiosa, la cual, en una proclamación, escribieron: "Deploramos la guerra, pero nuestra dignidad y por el hecho de ser perseguidos en la fe y ofendidos, procuraremos defendernos en el mismo campo en el que se desarrollen los ataques"
Las personas, ya no podían soportar las penurias de este boicot religioso implementado por el gobierno de México, por lo que decidieron defender su libertad religiosa por medio de las armas, sin la intervención directa del clero. Así comenzó la guerra civil, más conocida en México como "La guerra de los cristeros".
Este movimiento no era promovido por la jerarquía eclesiástica, pero todo el pueblo Laico, que aún intentaron que todos los medios que sus pastores los apoyasen, aunque en general el clero estuvo de acuerdo en apoyar la resistencia, pero exclusivamente de forma pacífica.
Algunos sacerdotes estuvieron contrarios al movimiento, mientras que otros abandonaron sus parroquias, algunos de ellos participaron activamente, e incluso, hasta en los combates armados. Entre ellos San Cristóbal Magallanes Jara.
Conocido por su gran devoción a la Virgen María, el Padre Cristóbal Magallanes inspiró a aquellos con los que estuvo en contacto a una mayor santidad. Durante el apogeo de la Guerra Cristera, San Cristóbal Magallanes estableció un seminario clandestino en Totatiche, Jalisco, reuniendo a todos los seminaristas desplazados en un solo lugar, ya que todos los demás seminarios habían sido cerrados en todo el país. Siguió atendiendo a su congregación, aunque se vio obligado a hacerlo en secreto, celebrando la misa a escondidas, recordando a los católicos de Inglaterra, Japón o China en diversos momentos de la historia.
A pesar de que, por una ley injusta contra los cristianos, habían promulgado de ilegal la Santa Misa y la Eucaristía, San Cristóbal Magallanes, no se detuvo, valientemente siguió consagrando y distribuyendo la Eucaristía, así como bautizando a los fieles en la iglesia católica.
A pesar de su predicación contra la violencia, San Cristóbal Magallanes fue detenido cuando se dirigía a una granja local para celebrar la misa. Sin juicio, fue fusilado y asesinado, tras su petición de distribuir sus posesiones entre los pobres, y su absolución general de sus posibles verdugos. Sus últimas palabras fueron:
"Soy inocente y muero inocente. Perdono de todo corazón a los responsables de mi muerte y pido a Dios que el derramamiento de mi sangre sirva para la paz de nuestro México dividido."
Los 25 mártires mexicanos (Cristóbal Magallanes Jara y 24 acompañantes), a través de la voluntad de Dios en nuestro querido San Juan Pablo II, llegaron poco después a la canonización en el Calendario Romano, el 21 de mayo, con el rango de "memoria libre".
En el discurso de Canonización de San Cristóbal Magallanes y los mártires de la guerra cristera de México, el Papa San Juan Pablo II, expresó lo siguiente:
"Después de las duras pruebas que la Iglesia soportó en México durante aquellos turbulentos años, hoy los cristianos mexicanos, animados por el testimonio de estos testigos de la fe, pueden vivir en paz y armonía, aportando a la sociedad la riqueza de los valores evangélicos. La Iglesia crece y avanza, pues es el crisol en el que nacen muchas vocaciones sacerdotales y religiosas, donde se forman las familias según el plan de Dios, y donde los jóvenes, parte sustancial de la población mexicana, pueden crecer con la esperanza de un futuro mejor. Que el ejemplo luminoso de Cristóbal Magallanes y de sus compañeros mártires os ayude a asumir un renovado compromiso de fidelidad a Dios, que pueda seguir transformando la sociedad mexicana para que prevalezcan la justicia, la fraternidad y la armonía entre todos."
A continuación, los nombres de los 25 santos canonizados:
- Cristóbal Magallanes Jara, Sacerdote, 25 de mayo.
- Román Adame Rosales, Sacerdote, 21 de abril.
- Rodrigo Aguilar Alemán, Sacerdote, 28 de octubre.
- Julio Álvarez Mendoza, Sacerdote, 30 de marzo.
- Luis Batis Sainz, Sacerdote, 15 de agosto.
- Agustín Caloca Cortés, Sacerdote, 25 de mayo.
- Mateo Correa Magallanes, Sacerdote, 06 de febrero.
- Atilano Cruz Alvarado, sacerdote, 01 de julio.
- Miguel De La Mora De La Mora, Sacerdote, 07 de agosto.
- Pedro Ramírez Esqueda, Sacerdote, 22 de noviembre.
- Margarito Flores García, sacerdote, 12 de noviembre.
- José Isabel Flores Varela, Sacerdote, 21 de junio.
- David Galván Bermúdez, Sacerdote, 30 de enero.
- Salvador Lara Puente, Lay, 15 de agosto.
- Pedro de Jesús Maldonado Lucero, Sacerdote, 11 de Febrero.
- Jesús Méndez Montoya, Sacerdote, 05 de febrero.
- Manuel Morales, Lay, 15 de agosto.
- Justino Orona Madrigal, Sacerdote, 01 de julio.
- Sabas Reyes Salazar, Sacerdote, 13 de abril.
- José María Robles Hurtado, sacerdote, 26 de junio.
- David Roldán Lara, Lay, 15 de agosto.
- Toribio Romo González, Sacerdote, 25 de Febrero.
- Jenaro Sánchez Delgadillo, Sacerdote, 17 de enero.
- David Uribe Velasco, Sacerdote, 12 de abril.
- Tranquilino Ubiarco Robles, Sacerdote, 05 de octubre.
San Cristóbal Magallanes Jara y todos estos mártires de Cristo, quienes entregaron sus vidas por amor al Evangelio y a la Santa Eucaristía, nos recuerdan que aún hoy existen quienes son perseguidos a causa de la fe. Estos hombres y mujeres santos de México arriesgaron todas sus comodidades para seguir predicando el amor de Cristo. Arriesgaron sus vidas al servicio de Nuestro Señor. Su sacrificio nos inspira a vivir nuestra fe más profunda y visiblemente para el mundo.
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