San Bernardino Realino fue un sacerdote confesor, se entregó al cuidado de presos y enfermos, al ministerio de la Palabra y del Sacramento de la Penitencia
San Bernardino Realino, Auxilio de los enfermos y presos.
San Bernardino Realino (1 diciembre 1530 al 2 julio 1616) fue un sacerdote jesuita de Italia. Un gran predicador y modelo de confesor. Pasó toda su carrera en el ministerio en la zona de Nápoles y en Lecce, ocupándose de la atención a los enfermos y de los presos.
Fiesta: 2 de julio.
Martirologio Romano: En Lecce, en la Apulia, san Bernardino Realino, presbítero de la Compañía de Jesús, ilustre por su caridad y su benignidad, que, despreciando los honores del mundo, se entregó al cuidado pastoral de los presos y de los enfermos, y al ministerio de la palabra y del sacramento de la penitencia. (1530-1616).
Biografía de San Bernardino Realino.
San Bernardino Realino nació en una familia noble de Capri, Italia en 1530. Después de recibir una educación cristiana profunda y devota a manos de su madre, se fue a estudiar medicina en la Universidad de Bolonia, pero después de tres años cambió a leyes y recibió su doctorado en 1563.
La noticia de su aprendizaje, dedicación y brillantez legal se extendió rápidamente, y en 1554 fue convocado a Nápoles para asumir el cargo de auditor y teniente general.
Poco después, siendo aún joven y ejemplar, San Bernardino Realino llegó a la conclusión de que tenía una vocación religiosa y, ayudado por su devoción a la Virgen, se unió a la Compañía de Jesús, siendo ordenado sacerdote en 1567.
Durante tres años trabajó sin descanso en Nápoles, dedicándose con entusiasmo al servicio de los pobres y a los jóvenes, y luego fue enviado a Lecce, donde permaneció durante los últimos cuarenta y dos años de su vida.
Obras y apostolados.
San Bernardino ganó un amplio reconocimiento como resultado de sus labores apostólicas incesantes. Él era un confesor modelo, un poderoso predicador, un maestro diligente de la fe a los jóvenes, un pastor dedicado de almas, así como rector de la universidad jesuita en Lecce y Superior de la Comunidad.
Su caridad a los pobres y los enfermos no tenía límites y su bondad provocó el final de venganzas y escándalos públicos que surgieron de vez en cuando.
Así fue que en gran medida, este santo amado y apreciado por su pueblo, en el año 1616, mientras yacía en su lecho de muerte, muchos magistrados de la ciudad solicitaron formalmente que él debía tomar la ciudad bajo su protección.
Muerte de San Bernardino.
Incapaz de hablar, San Bernardino Realino inclinó la cabeza. Murió con los nombres de Jesús y María en los labios. Su fiesta es el 02 de julio. Tenía 86 años. Después de su muerte en 1616, se reportaron que las reliquias de su sangre manifestaron el milagro de la licuefacción.
San Bernardino Realino fue proclamado Venerable el 31 de julio de 1838, después de que el Papa Gregorio XVI confirmara su vida de virtud heroica. El Papa León XIII beatificó al sacerdote jesuita en la Basílica de San Pedro el 12 de enero de 1896 (tras la confirmación de dos milagros que se le atribuyeron) y el 1 de mayo de 1902 se emitió un decreto para la reanudación de la causa; se celebró un proceso informativo para otros dos milagros y recibió la validación de la Congregación de Ritos el 29 de febrero de 1940, mientras que una comisión preparatoria los aprobó el 1 de abril de 1941. Posteriormente, el Papa Pío XII lo canonizó como santo (tras la confirmación de otros dos milagros) el 22 de junio de 1947.
El Papa Pío XII lo nombró el santo patrono de la ciudad de Lecce, Italia, el 15 de diciembre de 1947
Oración a San Bernardino.
Querido San Bernardino Realino, tú que te llenaste de la misericordia de Dios y atendiste a los enfermos, a los presos, al igual que a los jóvenes, ayúdanos a ser un ejemplo y un estímulo para la fe en los demás. Que otros puedan encontrar consuelo y esperanza en nuestras palabras y podamos conducirles hacia el camino de nuestro Señor Jesucristo. Amén.
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