San Atanasio de Alejandría luchó por mantener la fe y el misterio de la Trinidad: Sufrió de muchas conspiraciones. Escribió numerosas obras muy estimadas
San Atanasio, Obispo de Alejandría: Doctor y Padre de la Iglesia.
San Atanasio de Alejandría, también conocido como Atanasio el Grande, Atanasio el Confesor o, sobre todo en la Iglesia Ortodoxa Copta, Atanasio el Apostólico, fue el vigésimo obispo de Alejandría (Atanasio I). Su episcopado duró 45 años (del 8 de junio de 328 al 2 de mayo de 373), dentro de los cuales, sufrió cinco exilios ordenados por cuatro emperadores romanos diferentes. San Atanasio fue un teólogo cristiano, un Padre de la Iglesia Católica, y uno de los principales defensores del trinitarismo contra el arrianismo
Fiesta: 2 de mayo.
Martirologio romano: Memoria de San Atanasio, obispo y doctor de la Iglesia, de gran santidad y doctrina, que en Alejandría, Egipto, desde la época del emperador Constantino, luchó valientemente por mantener la fe verdadera, y sufrió de muchas conspiraciones de los arrianos. Fue enviado al exilio en varias ocasiones; Finalmente regresó a la Santa Sede, después de haber luchado y sufrido mucho con una paciencia heroica. En el cuadragésimo sexto año de su sacerdocio descansó en la paz de Cristo.
Biografía de San Atanasio de Alejandría.
San Atanasio nació en Egipto a finales del siglo III, y fue desde su juventud piadosa, aprendió, y profundamente versado en los escritos sagrados, como correspondía a aquel a quien Dios había escogido para ser el campeón y defensor de su Iglesia contra la herejía arriana.
Así entonces, San Atanasio recibió su formación filosófica y teológica de Alejandría; en el año 325.
Aunque solo era un diácono, fue elegido por su obispo para que lo asistiera en el Concilio de Nicea, y atrajo la atención de todos por el aprendizaje y la habilidad con la que defendió la fe.
Por sus cualidades, San Atanasio de Alejandría fue el más apto de los candidatos para suceder a Alejandro cuando este murió en el año 328. Los primeros años de su episcopado los dedicó a la visita de su extenso patriarcado, que incluía todo Egipto y Libia.
Durante este tiempo se establecieron importantes contactos con los monjes coptos de Egipto superior y su líder Pacomio.
Pronto, San Atanasio de Alejandría comenzó la lucha con los eclesiásticos imperialistas y arrianos que ocuparían gran parte de su vida. Él utilizó su enorme influencia en contra de los melecianos, seguidores del cismático obispo Melecio de Licópolis, que ya había hecho planes en Nicea para su reencuentro con la Iglesia; pero Atanasio refutó cargos de traición a los arrianos y melecianos que se negaban a reconocer el concilio general de la Iglesia.
Cuando ambas partes se reunieron el emperador, San Atanasio fue acusado de amenazar a interferir con el suministro de grano de Egipto, y sin ningún juicio formal fue exiliado a treveris.
El destierro de San Atanasio.
Aún cueste un poco creerlo, San Atanasio de Alejandría fue desterrado cinco veces y cuando la autoridad civil quiso obligarlo a que recibiera de nuevo en el seno de la Iglesia a Arrio, excomulgado por el concilio de Nicea, Atanasio, cumpliendo con gran valor su deber, rechazó tal propuesta y perseveró en su negativa, a pesar de que el emperador Constantino, en 336, ya lo había desterrado por esto
Durante dos años permaneció San Atanasio en esta ciudad, al cabo de los cuales, al morir Constantino, pudo regresar a Alejandría entre el júbilo de la población. Inmediatamente, renovó con energía la lucha contra los arrianos y por segunda vez, en 342, tuvo que emprender el camino del destierro que lo condujo a Roma.
Ocho años más tarde se encontraba de nuevo en Alejandría con la satisfacción de haber mantenido en alto la verdad de la doctrina católica. Pero llegó a tanto el encono de sus adversarios, que enviaron un batallón para prenderlo.
Providencialmente, San Atanasio de Alejandría logró escapar y refugiarse en el desierto de Egipto, donde le dieron asilo durante seis años los anacoretas, hasta que pudo volver a reintegrarse a su sede episcopal; pero a los cuatro meses tuvo que huir de nuevo.
Después de un cuarto retorno, San Atanasio de Alejandría se vio obligado, en el año 362, a huir por quinta vez. Finalmente, pasada aquella furia, pudo vivir en paz en su sede.
San Atanasio es el prototipo de la fortaleza cristiana. Falleció el 2 de mayo del año 373. Escribió numerosas obras muy estimadas. Él es honrado como uno de los más grandes de los Doctores de la Iglesia.
Oración a San Atanasio de Alejandría
Padre de los Cielos, Tú te dignaste tener entre tus santos a tu siervo San Atanasio para ser un defensor sobresaliente de la verdad de la divinidad de Cristo. Por su enseñanza y protección, que podamos también nosotros crecer en tu conocimiento y en tu amor. Te lo pedimos, a través de nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por siempre y para siempre. Amén. San Atanasio de Alejandría, ruega por nosotros y alcánzanos de Dios la gracia de la Sabiduría.
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