San Antonio María Gianelli, Obispo y fundador: Devoto de María

San Antonio María Gianelli (12 de abril de 1789 - 7 de junio de 1846) fue un obispo italiano de la Iglesia Católica que se destacó por su gran ayuda hacia los pobres. Pasó años en una parroquia y luego se convirtió obispo de Bobbio en 1838. Durante sus años como obispo, fundó una congregación de misioneros (Misioneros de San Alfonso) y una congregación de hermanas de enseñanza (Congregación de las Hijas de María Santísima del Huerto). San Antonio María Gianelli se dedicó a las necesidades educativas de su pueblo y atendió también sus necesidades espirituales y materiales. Pasaba su tiempo generosamente al lado de los enfermos, y la evangelización, fue el eje principal de su misión episcopal. Fue canonizado en 1951.

Fiesta: 7 de junio.

Martirologio romano: En Piacenza, de la región de Emilia, tránsito de san Antonio María Gianelli, obispo de Bobbio, fundador de la Congregación de las Hijas de María Santísima del Huerto, que se distinguió por su atención hacia los pobres, por la salvación de las almas y, con su ejemplo y dedicación, impulsó la santidad entre el clero (1846).

Biografía de San Antonio María Gianelli.

El humilde siervo de Dios, San Antonio María Gianelli, nació en el año 1789, proveniente de una familia de clase media que vivía cerca de Génova, en el norte de Italia. Siendo aún un niño, las personas, muy a menudo, se quedaban impresionadas por su carácter amable, trabajador y dotado de una inteligencia extraordinaria.

Cuando tuvo la edad suficiente, la dueña de la granja en la que su humilde familia vivía, y a quien se había ganado por su gran dulzura y bondad, se convirtió en su generosa benefactora y financió sus estudios y la entrada en el seminario eclesiástico en Génova.

Las virtudes de San Antonio María.

Rápidamente, San Antonio María Gianelli se distinguió entre los demás por su virtud y excepcional elocuencia, lo que le valió el privilegio, muy inusual, de ser autorizado para predicar cuando todavía era un subdiácono.

En 1812, cuando aún contaba con veintitrés años de edad, se le concedió un permiso especial para ser ordenado sacerdote, dos años antes de la edad canónica requerida.

Aunque San Antonio María Gianelli se dedicaba a su labor docente, también dedicó gran parte de su tiempo a la labor de la predicación y el hospedaje de misiones que se tradujo en una gran cosecha de almas.

Todo esto fue, además de todas sus labores ordinarias y funciones como sacerdote, de hecho, a menudo, estaba confinado en su confesionario durante largos períodos de tiempo con el fin de dar cabida al flujo interminable de penitentes que acudían a él en busca de ayuda espiritual.

San Antonio Gianelli y su amor a María.

San Antonio María Gianelli sentía un amor apasionado hacia María Santísima, tanto así, que a todos cuantos le acompañaban siempre les recordaba que debíamos ser fieles imitadores de María.

Cada vez que se le presentaba una gran necesidad, acudía siempre a orar al santuario de la Virgen del Huerto. Entre sus mejores frases dedicadas a nuestra Santa Madre, tenemos:

"¡María nos pide que tengamos una fe que guíe cada una de nuestras acciones y cada uno de nuestros pensamientos, una fe que se haga evidente en nosotros a tal punto, que los otros puedan decir: así se vive la Fe!". (San Antonio María Gianelli)

"María, nuestra amorosísima Madre, manantial de vida eterna, nos nutre, amamanta, nos da de beber del torrente de sus delicias, nos hace gustar el sabor del Paraíso". (San Antonio María Gianelli)

"María es reina que puede todo lo que quiere y quiero aquello que es nuestro bien: tanto puede ella en misericordia, como Cristo lo puede en justicia: de manera que Ella sea reina de la Misericordia, como Cristo es Rey de Justicia". (San Antonio María Gianelli)

En 1838, por sus rasgos característicos de nobleza y dirección de almas, Antonio María Gianelli es ordenado obispo y nombrado para la diócesis de Bobbio, donde llevó a su rebaño con su extraordinario ejemplo de virtud, prudencia y con una firmeza espiritual.

Muerte y legado.

Después de nueve años de servicio como obispo, San Antonio María Gianelli cayó muy enfermo con una fiebre muy alta que no le bajaba por mucho tratamiento que los doctores le suministraban.  Era el año 1846, falleció a la edad de cincuenta y siete años. En 1925, fue beatificado por el Papa Pío XI, por decreto de virtud heroica, y posteriormente fue canonizado por el Papa Pío XII en 1951.

Los Misioneros de San Alfonso y los Oblatos de San Alfonso se fundaron en 1827-28; pero por desgracia, ambos duraron solo veinte años de edad.

María fue su inspiración para instituir Las Hermanas de Nuestra Señora del Huerto, que fundó en 1829, y allí, las servidoras dedicaron su vida a enseñar a los niños huérfanos pobres y el cuidado de los enfermos en los hospitales y a los más desposeídos. Ellos todavía están activos y son bien conocidas hoy en Italia y en otras partes del mundo

San Antonio María Gianelli fue canonizado en 1951 por el Papa Pío XII. Entre una de sus frases dedicadas a María, Él decía: "María es madre del amor hermoso que nace del amor a Dios y del amor al prójimo. Dejémonos prender de este fuego, porque sin él nos llamaremos en vano hijos de María" (San Antonio María Gianelli)

Reflexión sobre San Antonio María.

Debido a su amor y servicio, San Antonio María Gianelli era muy querido y llegó a ser conocido como el "obispo del pueblo".  Fue muy activo, organizando dos Sínodos, a la vez que dedicaba su tiempo a viajar entre las parroquias de su diócesis. Atendía a los enfermos y a los pobres con un amor desmedido. Que el ejemplo de San Antonio María, sirva para las generaciones de estos tiempos.

Oración a San Antonio María Gianelli.

Oh Dios, cuyo bendito y amado Hijo se hizo pobre para que mediante su pobreza fuésemos nosotros enriquecidos. Líbranos de un amor desordenado de este mundo, para que, inspirados en la fidelidad de tu siervo San Antonio María Gianelli, podamos servirte con sencillez de corazón, y alcanzar las verdaderas riquezas de tu Reino. Por nuestro Señor Jesucristo, que vive y reina contigo, en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.