Nuestra Señora de Luján se encuentra en el Santuario de Luján, centros de peregrinación más importantes de Latinoamérica: Historia de la Virgen de Luján
Nuestra Señora de Luján: Patrona de Argentina, Uruguay, Paraguay.
Nuestra Señora de Luján es un famoso icono de la Virgen María, madre de Jesucristo, del siglo XVI. La imagen, también se le conoce como la Virgen de Luján, se exhibe en la Basílica de Luján en Argentina. La Virgen de Luján es la Patrona de Argentina, Uruguay y Paraguay.
Fiesta: 8 de mayo.
La historia de la devoción a la Virgen María bajo la advocación de "Luján", en las comarcas del Río de la Plata, se remonta al año 1630, cuando dos imágenes traídas desde el Brasil fueron cargadas en el puerto de Santa María del Buenos Aires sobre una de las tantas carretas que pacientemente hacían el recorrido entre Buenos Aires y el norte del País.
El milagro de Nuestra Señora de Luján.
Un portugués afincado en Santiago del Estero quiso levantar una capilla en la cual se pudiera celebrar misa y, a la vez, honrar a la Virgen Santísima en el misterio de su Inmaculada Concepción.
Este portugués, llamado Farías, pidió a un amigo suyo, probablemente Andrea Juan, marino de profesión, que le enviara una imagen de la Purísima, adquirida en una de las imaginarias de renombre que existían en São Paulo.
El marino Andrea Juan, contestó a su amigo de Santiago enviándole, en sendos cajones, dos imágenes de la Virgen: una de la Inmaculada, otra de la Virgen con el Niño. El convoy salió de la ciudad fundada por Garay cincuenta años atrás (11 de junio de 1580).
De los dos caminos que conducían a Córdoba, el viejo y el nuevo, el convoy tomó por el camino viejo, actual ruta 8. Pasó la segunda noche en la estancia de Diego Rosendo, que lindaba con el camino viejo real y estaba en esta banda (sobre la margen derecha) del río de Luján.
Al amanecer del tercer día la caravana que se dirigía a Córdoba de Tucumán, no pudo salir del lugar, pues la carreta que llevaba las dos imágenes no arrancó de su sitio, por más yuntas de bueyes que le colocaron. Después de muchos esfuerzos, los intrigados arrieros bajaron el cajoncito que contenía la imagen de la Inmaculada, y la carreta arrancó como pluma que lleva el viento.
Los conductores del convoy comprendieron entonces que Dios quería que esa imagen, que empezaba ya a obrar portentos, no siguiese el itinerario fijado, sino que permaneciese en esos parajes.
Así lo interpretaron. Así lo hicieron. Juzgaron inútiles los esfuerzos que hacían para mover la carreta, después de diversos intentos por cargar la Imagen. Esto es lo que se llamó "La detención de la carreta" o "El Milagro de Luján".
La Sagrada Imagen de Nuestra Señora de Luján impactó a aquellos sencillos carreteros, incapaces de inventar semejante hecho. Y lo suficientemente realistas y hombres de Fe para descubrir el "paso" de Dios en ese "paso" del río Luján.
Los arrieros llevaron la Imagen a la casa vecina de la estancia, que era de don Diego Rosendo. Luego prosiguieron su viaje sin tropiezo, conduciendo la otra Imagen, conocida como "Nuestra Señora de la Consolación" y que se venera hoy en Sumampa, de Santiago del Estero.
Divulgado el Milagro de la carreta, los campesinos y viajantes principiaron a venerar a la Virgen Santísima en esa Imagen, cuya fama fue propagándose en los alrededores y, seguramente, a lo largo del "camino viejo", en todas las postas frecuentadas.
El Negrito Manuel, el cuidador.
Los Rosendo levantaron una pequeña capilla que pronto se convirtió en centro de romerías. Al cuidado de la Imagen dedicaron un negrito oriundo de África, llamado Manuel, quien sirvió a la Virgen cerca de medio siglo.
La tradición nos dice que Manuel, realizaba curas milagrosas con el sebo de las velas de la capilla y relataba a los peregrinos los viajes de la Santa Virgen, que salía de noche para dar consuelo a los afligidos
Una Devota rescata la imagen de Nuestra Señora de Luján.
Algo más de treinta años después esta capilla, por diversas razones, fue quedando en despoblado (1662-1671) Aquí aparece un personaje de gran interés en esta segunda etapa de la Sagrada Imagen. Temerosa de la indiada y del abandono del lugar.
Doña Ana de Matos compró al Cura de la Catedral de Buenos Aires, Don Juan de Oramas (heredero de los Rosendo y a quien correspondía jurisdiccionalmente la atención espiritual de dicha Capilla), la Milagrosa Imagen, y la trasladó a su hacienda, situada en la actual ciudad de Luján (1671) Luego de confirmar la veracidad de lo sucedido la Autoridad Eclesiástica, autorizó oficialmente el culto público a la "Pura y Limpia Concepción del Río Luján".
Doña Ana donó el terreno para la realización del nuevo templo en el año 1677, lugar en donde actualmente se encuentra la hermosa Basílica de Luján.
Manuel Casco de Mendoza y el Capellán Don Pedro de Montalbo, quien estaba muy enfermo y desahuciado, fue curado milagrosamente por Nuestra Señora de Luján. Ellos ayudaron a la construcción del Templo.
A todo esto, la Imagen había empezado a ser llamada "La Virgen de Luján", del nombre que ya tenía el río, en cuya orilla quiso Ella quedarse. La Virgen de Luján no dio su nombre al río, sino que lo recibió de él.
El pueblo de Luján.
El lugar empezó a poblarse con los devotos de la Virgen. De esta forma el paraje se convirtió en una aldea que se llamó Pueblo de Nuestra Sra. de Luján, en 1755 se le otorgó el título de Villa.
La devoción por Nuestra Señora de Luján fue creciendo año tras año, así como los milagros que ocurrían y el 23 de octubre de 1730, Luján era instituida Parroquia.
Hacia el año 1872, el arzobispo de Buenos Aires, Monseñor Federico Aneiros, entregó la custodia del templo a los sacerdotes de la congregación de la Misión, conocidos como Padres Lazaristas.
En aquel entonces el teniente Cura Jorge María Salvaire fue herido en un viaje por los indios y estuvo al borde de la muerte, en ese momento realizó una promesa a la Santísima Virgen y milagrosamente fue sanado. La promesa del Padre Salvaire fue, "Publicaré tus milagros..., engrandeceré tu Iglesia" En cumplimiento de este voto, publicó en 1885 la "Historia de Nuestra Sra. de Luján".
En 1889 fue nombrado Cura Párroco de Luján y dedicó su vida y esfuerzos para edificar la gran Basílica a Nuestra Señora de Luján, con el apoyo de Monseñor Aneiros y la colaboración de sus compañeros de Congregación, inició la construcción de la actual Basílica Nacional.
Coronación de la Virgen de Luján.
El Padre Salvaire, en 1886, presentó al Papa León XIII, la petición del Episcopado y de los fieles del Río de la Plata para la coronación de Nuestra Señora de Luján, el Pontífice bendijo la corona y le otorgó Oficio y Misa propios para su festividad, que quedó establecida en el sábado anterior al IV domingo después de Pascua. La Coronación se realizó en mayo de 1887.
La imagen de la Virgen de Luján (Nuestra Señora de Luján) es pequeña (38 centímetros), está modelada en arcilla cocida (terracota), su rostro es ovalado, de color moreno. Los pies de la Santa Imagen se apoyan sobre nubes, desde las cuales surge una media luna y cuatro cabezas de querubines, con sus pequeñas alas desplegadas.
Está cubierta con vestiduras: túnica blanca y manto azul celeste. Tiene las manos juntas en el pecho. El Padre Salvaire hizo recubrir la Santa imagen con una coraza de plata para impedir su deterioro. Antes de esta operación se sacaron moldes que permitieron su reproducción auténtica.
En 1887, el Padre colocó la Imagen sobre una base de Bronce, le adosó la rayera gótica con la inscripción: "Es la Virgen de Luján la primera Fundadora de esta Villa" y una aureola de doce estrellas. Ornamentada en esta forma, fue coronada con la corona Imperial bendecida por León XIII.
El 3 de diciembre de 1871 se realizó la primera peregrinación general al Santuario de Luján, desde entonces millones de personas concurren cada año. Es uno de los centros de peregrinación más importantes de Latinoamérica. Actualmente, la fiesta principal de Nuestra Señora de Luján se celebra el 8 de mayo. Dios, en su misericordia, ha permitido que se construyan muchos santuarios de este tipo para la Virgen, en todo el mundo. Pero lo más importante es que todos hagamos un santuario para Jesús y María en nuestros corazones. Este será el mejor santuario de todos para Jesús y María. Nuestra Señora de Luján, ruega por nosotros.
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