El martirio de San Juan Bautista es ejemplo de morir como mártir del deber, anunciando la verdad del Señor y denunciando las obras estériles del mal
Martirio de San Juan Bautista: Fiesta conmemorativa.
El martirio de San Juan Bautista es una Fiesta observada por varias iglesias cristianas que siguen las tradiciones litúrgicas, en la que se honra la memoria de San Juan Bautista, el último de los grandes profetas que fue enviado por Dios para preparar al pueblo para el Mesías. Este día conmemora la decapitación de Juan, Precursor del Señor, realizada por orden de Herodes Antipas a través de la petición vengativa de su hijastra Salomé y de su madre Herodías.
Fiesta: 29 de agosto.
Martirologio romano: Memoria del martirio de San Juan el Bautista, al que el rey Herodes Antipas hizo su prisionero en la fortaleza de Maqueronte en Jordania moderna, y el mismo que, en el día de su cumpleaños, a petición de la hija de Herodías, ordenó que lo decapitaran. Para ello, el Precursor del Señor, como lámpara ardiente y que resplandecía, hizo tanto en su vida como en su muerte por el testimonio de la verdad.
El martirio de San Juan Bautista.
La celebración de la memoria y fiesta del martirio de San Juan Bautista, quien murió de forma cruel al ser decapitado por el capricho de una bailarina que sedujo al Rey Herodes. Juan Bautista es el único Santo a quien la Iglesia le celebra su nacimiento (el 24 de junio) y su muerte por medio del martirio.
El martirio de San Juan Bautista es una de las historias más espantosas del Nuevo Testamento. Sin embargo, también es la historia de la victoria del amor, la fe, la verdad y la lealtad sobre la traición y los engaños.
El patético juramento de un Rey que se encontraba en estado de ebriedad, con muy poco sentido del honor. Aunado a aquella danza seductora de una caprichosa bailarina vanidosa (Salomé) y el profundo odio que una reina diabólica llevaba en su corazón, dio como resultado el martirio de San Juan Bautista.
El más grande de los profetas, San Juan Bautista, sufrió el destino de tantos profetas del Antiguo Testamento antes que él: el rechazo, la humillación, el encarcelamiento y el cruel martirio. La "voz que clama en el desierto", no dudó en acusar a los culpables, en denunciar lo que estaba mal a los ojos de Dios, no dudó nunca en decir la verdad. Todo esto le costó la vida, pero su recompensa fue eterna.
¿Cómo ocurrió el Martirio de San Juan?
El martirio de San Juan Bautista, podemos encontrarlo narrado en el Santo evangelio del Apóstol San Mateo (14,3-12). Allí nos narra de la siguiente manera la muerte del gran precursor del Señor.
"Herodes, en efecto, había hecho arrestar, encadenar y encarcelar a Juan, a causa de Herodías, la mujer de su hermano Felipe, porque Juan le decía: "No te es lícito tenerla". Herodes quería matarlo, pero tenía miedo del pueblo, que consideraba a Juan un profeta. El día en que Herodes festejaba su cumpleaños, la hija de Herodías bailó en público, y le agradó tanto a Herodes que prometió bajo juramento darle lo que pidiera. Instigada por su madre, ella dijo: "Tráeme aquí sobre una bandeja la cabeza de Juan el Bautista". El rey se entristeció, pero a causa de su juramento y por los convidados, ordenó que se la dieran y mandó decapitar a Juan en la cárcel. Su cabeza fue llevada sobre una bandeja y entregada a la joven, y esta la presentó a su madre. Los discípulos de Juan recogieron el cadáver, lo sepultaron y después fueron a informar a Jesús".
Herodes Antipas había cometido un pecado que escandalizaba a los judíos porque está muy prohibido por la Santa Biblia y por la ley moral. Se había ido a vivir con la esposa de su hermano. San Juan Bautista lo denunció públicamente.
El martirio de San Juan Bautista nos deja algo muy claro: Se necesitaba mucho valor para hacer una denuncia como la hizo San Juan Bautista. Porque esos reyes de oriente eran muy déspotas y mandaban matar sin más ni más a quien se atrevía a echarles en cara sus errores.
El Rey Herodes, al principio, se contentó solamente con poner preso a San Juan Bautista, porque sentía un gran respeto por él. Pero la adúltera Herodías estaba alerta para mandar matar en la primera ocasión que se le presentara, al que le decía a su concubino que era pecado esa vida que estaban llevando.
Cuando pidieron la cabeza de Juan Bautista, el rey sintió enorme tristeza porque "estimaba mucho a San Juan y estaba convencido de que era un santo" y cada vez que le oía hablar de Dios y del alma se sentía profundamente conmovido.
Pero por no quedar mal con sus compinches que le habían oído su tonto juramento (que en verdad no le podía obligar, porque al que jura hacer algo malo, nunca le obliga a cumplir eso que ha jurado) y por no disgustar a esa malvada, mandó matar al santo precursor.
Este es un caso típico de cómo un pecado lleva a cometer otro pecado. Herodes y Herodías empezaron siendo adúlteros y terminaron siendo asesinos. El pecado del adulterio los llevó al crimen, al asesinato de un santo.
San Juan Bautista: mártir del deber.
San Juan Bautista murió mártir de su deber, porque él había leído la recomendación que el profeta Isaías hace a los predicadores: "Cuidado: no vayan a ser perros mudos que no ladran cuando llegan los ladrones a robar".
El Bautista vio que llegaban los enemigos del alma a robarse la salvación de Herodes y de su concubina y habló fuertemente. Ese era su deber. Y tuvo la enorme dicha de morir por proclamar que es necesario cumplir las leyes de Dios y de la moral. El martirio de San Juan Bautista fue una verdadera expresión del amor y firmeza de la Verdad.
Una antigua tradición cuenta que Herodías, años más tarde, estaba caminando sobre un río congelado y el hielo se abrió y ella se consumió hasta el cuello y el hielo se cerró y la mató. Puede haber sido así o no. Pero lo que sí es histórico es que Herodes Antipas fue desterrado después a un país lejano, con su concubina. Y que el padre de su primera esposa (a la cual él había alejado para quedarse con Herodías) invadió con sus Nabateos el territorio de Antipas y le hizo enormes daños. Es que no hay pecado que se quede sin su respectivo castigo.
Sea como sea que haya sucedido, el martirio de San Juan Bautista es uno de los grandes reflejos de una persona por el Evangelio. Nos llena de fuerzas para continuar en este mundo, buscando hacer el bien, practicando la verdad.
Reflexión sobre el Martirio de San Juan Bautista.
A través del martirio de San Juan Bautista, conocemos la fuerza de quien aceptó el fin de esta vida presente, derramando su sangre por defender la verdad. Predicó las reglas para la verdadera felicidad y la paz, siendo testimonio de la Luz. Sin embargo, fue encerrado en las tinieblas de la prisión.
A aquel, a quien se la había dado el privilegio de bautizar al Hijo del Dios vivo, de escuchar la voz del Padre sobre él, y ver al Espíritu Santo descender sobre Cristo, ahora es bautizado con su propia sangre. El martirio de San Juan Bautista nos enseña que, soportar nuestras pequeñas agonías temporales por el bien de la verdad, no es una carga pesada, es el camino a compartir las bienaventuranzas eternas del Cielo. San Juan Bautista, ruega por nosotros, pecadores.
Los Papas y el martirio de San Juan Bautista.
En la celebración especial por la Fiesta del Martirio de San Juan Bautista, en la audiencia general del 29 de agosto de 2012, el Papa Benedicto XVI expresó las siguientes palabras:
"(...) Celebrar el martirio de San Juan Bautista nos recuerda también a nosotros, cristianos de este tiempo, que con el amor a Cristo, a sus palabras y a la Verdad, no podemos rebajarnos a compromisos. La Verdad es la Verdad; no hay compromisos. La vida cristiana exige, por así decirlo, el "martirio" de la fidelidad cotidiana al Evangelio, el coraje, es decir, dejar crecer a Cristo dentro de nosotros y dejar que sea él quien guíe nuestro pensamiento y nuestras acciones. Sin embargo, esto puede suceder en nuestra vida solo si tenemos una sólida relación con Dios. La oración no es una pérdida de tiempo, no quita tiempo a nuestras actividades, ni siquiera a las actividades apostólicas, sino que es exactamente lo contrario: solo si somos capaces de tener una vida de oración fiel, constante y confiada, Dios mismo nos dará la capacidad y la fuerza para vivir feliz y serenamente, para superar las dificultades y para dar testimonio de él con valentía. San Juan Bautista, intercede por nosotros, para que podamos ser capaces de preservar la primacía de Dios en nuestra vida. Gracias".
El Papa Francisco, comentando sobre el este hecho del martirio de San Juan el Bautista en la homilía de Santa Marta realizada el 8 de febrero, 2019, expresó:
"El martirio de San Juan el Bautista es un gran testimonio que recuerda que la vida tiene valor solo al donarla, al donarla en el amor, en la verdad, en la donación a los otros, en la vida diaria, en la familia"...
Oración por el martirio de San Juan Bautista.
Señor, te rogamos hoy en día por tantas parejas que viven sin casarse y en pecado. Que, a través del ejemplo de verdad y testimonio del martirio de San Juan Bautista, les perdones y les concedas la verdadera conversión. Y te suplicamos que nunca dejes de enviarnos valientes predicadores. Que, como San Juan Bautista, no dejen a los pecadores estar tranquilos en su vida de pecado que los puede llevar a la perdición. Y que despierten las conciencias de sus oyentes para que cada uno prefiera morir antes que pecar. Por el mismo Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
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