Juan Duns Escoto, Teólogo y filósofo: Doctor Sutil, Biografía y vida

Juan Duns Escoto, llamado también el Doctor Sutil, es generalmente considerado como uno de los tres filósofos teólogos más importantes de la Alta Edad Media. Duns Escoto Desarrolló un argumento complejo para la existencia de Dios, y defendió la Inmaculada Concepción de la Virgen María. Fue un notable filósofo-teólogo muy influyente dentro de la espiritualidad y teología Iglesia Católica. Muchos de sus grandes trabajos aún existen hoy en día.

Fiesta: 8 de noviembre.

Martirologio romano: En Colonia, en Lotaringia, ahora en Alemania, el Beato Juan Duns Scoto, sacerdote de la Orden de los Franciscanos Menores, quien era de ascendencia escocesa, fue llamado Doctor Sutil, por su extraordinaria e ingeniosa capacidad intelectual y admirable piedad, e insigne por su pobreza y santidad de vida.

Biografía de Juan Duns Escoto.

Juan Duns Escoto nació en la ciudad de Duns (Escocia), en torno al año 1265. Su familia estaba muy vinculada con los hijos de San Francisco de Asís, los cuales, imitando a los primeros predicadores del Evangelio, habían llegado a Escocia desde los albores de la Orden.

Hacia el año 1280 Juan Duns Escoto fue acogido en la Orden de los Frailes Menores por su tío paterno, fray Elías Duns, que era el vicario de la Vicaría de Escocia, que acababa de fundarse.

Grandes responsabilidades.

Juan Duns Escoto poseía una inteligencia viva y aguda. Recibió la ordenación sacerdotal el 17 de marzo de 1291. Fue enviado a París para completar sus estudios.

Dadas sus eximias virtudes sacerdotales, le fue encomendado el ministerio de confesor, tarea entonces de gran prestigio. Juan Duns Escoto obtuvo los grados académicos en la Universidad de París y comenzó su enseñanza universitaria, que prosiguió en Cambridge, Oxford y Colonia

Fiel a la enseñanza de San Francisco, que en su Regla (Rb 12) prescribe a sus frailes que sean plenamente obedientes al Vicario de Cristo y a su Iglesia, Juan Duns Escoto rehusó firmar el libelo de Felipe IV, rey de Francia, contra el Papa Bonifacio VIII. Por ese motivo fue expulsado de París. Sin embargo, al año siguiente pudo volver y reanudar la enseñanza filosófica y teológica. Después fue enviado a Colonia. 

Juan Duns Escoto centraba en Jesucristo todos sus pensamientos y afectos, y tuvo un profundo y sincero amor a la Iglesia. Utilizó sabiamente las dotes recibidas de Dios desde su nacimiento, y fijó los ojos de la mente y los latidos de su corazón en las profundidades de las verdades divinas; se elevó muy alto en la contemplación y en el amor a Dios.

"Reza para que permanezcamos fieles al camino de la perfección cristiana y cosechemos las recompensas de la felicidad eterna en el Cielo". (Juan Duns Escoto)

Talentos de Juan Duns Escoto.

El filósofo y teólogo Juan Duns Escoto sobresalió entre los grandes maestros de la doctrina escolástica por el excepcional papel que desempeñó en la filosofía y en la teología; brilló especialmente como defensor de la Inmaculada Concepción y eximio defensor de la suprema autoridad del Romano Pontífice.

Con su doctrina y sus ejemplos de vida cristiana, gastada enteramente en buscar la gloria de Dios, ha atraído a muchos fieles, a lo largo de los siglos. Juan Duns Escoto condujo a muchos hacia el seguimiento del divino Maestro y a caminar más expeditamente por el camino de la perfección cristiana.

La vida de Juan Duns Escoto estuvo rodeada por la fama de virtudes y sabiduría, que fue aumentando y consolidándose después de su muerte, tanto en Colonia como en otras ciudades.

Aunque su fama de santidad se difundió, enriquecida por testimonios de culto, inmediatamente después de su muerte, no ha disminuido hoy en día los aportes de Juan Duns Escoto. Sin embargo, la Providencia ha dispuesto que fuese en nuestros tiempos cuando se llevara a término el proceso de su glorificación, mediante el reconocimiento del culto que se le ha tributado desde tiempo inmemorial y de sus virtudes heroicas que refulgen en la Iglesia santa.

Obras y composiciones de Duns Escoto.

Juan Duns Escoto es conocido, además, por sus grandes contribuciones a la filosofía medieval y la teología. A lo largo de su vida, escribió numerosas obras, pero algunas de las más importantes y conocidas son las siguientes:

1. "De Primo Principio" (Sobre el Primer Principio): Este trabajo aborda cuestiones fundamentales sobre la existencia de Dios y los atributos divinos.

2. "De Immaculata Conceptione" (Sobre la Inmaculada Concepción): Juan Duns Escoto defendió la doctrina de la Inmaculada Concepción de la Virgen María en este trabajo.

3. "De Rerum Principio" (Sobre el Principio de las Cosas): En esta obra, Duns Escoto discute temas relacionados con la creación y la causalidad divina.

4. "Quaestiones de Perfectione Evangelica" (Cuestiones sobre la Perfección Evangélica): En este trabajo, Escoto aborda cuestiones relacionadas con la pobreza evangélica y el voto de pobreza.

5. "Tractatus de Rerum Principio et Causis" (Tratado sobre el Principio y las Causas de las Cosas): Escoto exploró la relación entre Dios como causa y las criaturas en esta obra.

6. "Tractatus de Incarnatione Verbi" (Tratado sobre la Encarnación del Verbo): Un trabajo en el que Escoto reflexiona sobre la encarnación de Cristo.

7. "Ordinatio" (también conocida como "Opus Oxoniense"): Esta es su obra más extensa y se considera una de las más importantes. En ella, Escoto aborda una amplia gama de temas filosóficos y teológicos.

8. "Reportatio Parisiensis" (también conocida como "Reportatio I-A" y "Reportatio II-A"): Estas son versiones de sus conferencias en París sobre temas teológicos y filosóficos.

9. "De cognitione Dei et animae humanae" (Sobre el Conocimiento de Dios y del Alma Humana): Este trabajo, Juan Duns Escoto examina la relación entre el conocimiento divino y el conocimiento humano.

10. "Quaestiones Quodlibetales": Escoto respondió preguntas específicas sobre una variedad de temas en estas conferencias públicas.

11. "Collationes Oxonienses": Estas son una serie de debates académicos que Escoto mantuvo con otros eruditos en Oxford.

12. "Sententiae" (También llamado "Scriptum" o "Lectura"): Este trabajo recopila las lecciones de Escoto sobre las "Sentencias" de Pedro Lombardo, una obra teológica influyente.

13. "Brevarium Coloniae" (También conocido como "Brevarium"): Una obra en la que Juan Duns Escoto trató temas específicos relacionados con la Trinidad y la Encarnación.

14. "Quaestiones Disputatae" (También llamadas "Disputed Questions"): Escoto abordó una variedad de cuestiones filosóficas y teológicas en estas disertaciones académicas.

15. "De primo rerum principio" (Sobre el Primer Principio de las Cosas): Escoto aborda cuestiones metafísicas y teológicas fundamentales en este tratado.

16. "Prologus in I-II Sententiarum": Una introducción a su comentario sobre las "Sentencias" de Pedro Lombardo.

17. "De cognitione Dei et animae humanae" (Sobre el Conocimiento de Dios y del Alma Humana): Este trabajo examina la relación entre el conocimiento divino y el conocimiento humano.

Estas son algunas de las obras más destacadas de Juan Duns Escoto, pero escribió muchas otras obras y comentarios durante su vida que han influido en la teología y la filosofía medievales.

Juan Duns Escoto: Defensor de la Inmaculada Concepción.

El título de "Doctor Sutil" que le dieron a Juan Duns Escoto, dice toda su sublimidad. Sus teorías sobre la Virgen y sobre la encarnación obtienen después de siglos la confirmación en el dogma de la Inmaculada Concepción y en el culto a la realeza de Cristo.

Después de Jesús, la Virgen Santísima ocupó el primer puesto en su vida. Duns Escoto es el teólogo por excelencia de la Inmaculada Concepción.

El estudio de los privilegios de María ocupó un puesto importantísimo en su vida. En una disputa pública, permaneció silencioso hasta que unos 200 teólogos expusieron y probaron sus sentencias de que Dios no había querido libre de pecado original a la Madre de su Hijo.

Por último, después de todos, se levantó Juan Duns Escoto, tomó la palabra, y refutó uno por uno todos los argumentos aducidos contra el privilegio mariano; y demostró con la Sagrada Escritura, con los escritos de los Santos Padres y con agudísima dialéctica, que un tal privilegio era conforme con la fe y que por lo mismo se debía atribuir a la gran Madre de Dios.

"¡Oh, Señor, nuestro Dios! Eres uno en la naturaleza. Eres uno en número. Verdaderamente, has dicho que aparte de ti no hay ningún Dios. Aunque muchos se llamen dioses o se piensen dioses, solo tú eres Dios por naturaleza. Eres el verdadero Dios de quien, en quien y a través de quien todas las cosas son; eres bendecido para siempre. Amén." (Juan Duns Escoto)

El 8 de noviembre de 1308, Juan Duns Escoto murió repentinamente; en ese tiempo estaba dedicado a la vida regular y a la predicación de la fe católica. Su cuerpo fue enterrado en la Iglesia de los Frailes Menores. La inscripción de su tumba dice: "Escocia me trajo al mundo. Inglaterra me sostuvo. Francia me enseñó. Colonia me sostiene".

Culto a Juan Duns Escoto.

El sábado 20 de marzo de 1993, en la basílica de San Pedro, el papa Juan Pablo II, durante la celebración de las primeras vísperas del IV Domingo de Cuaresma, declaró solemnemente el reconocimiento del culto del beato Juan Duns Escoto, que ya había sido oficialmente reconocido el 6 de julio de 1991.

Oración a Juan Duns Escoto.

Bendito siervo de Dios Juan Duns Escoto, te esforzaste por entender, explicar y defender las verdades de la santa fe cristiana a la luz de la razón humana. Porque todas las verdades, naturales y sobrenaturales, son de una misma fuente: el Dios eterno, que es la verdad, la luz y el amor. Y además, también propusiste y expusiste la perfecta pureza y la santidad de la Santísima Virgen María en el primer momento de su Inmaculada Concepción. Por su intercesión y la tuya, que la Santísima Trinidad pueda conceder la conversión de los pecadores y además este favor que te solicito...

Mencione aquí su petición.

Todo esto lo pido, a través de Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Rezar un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria.

Juan Duns Escoto, ruega por nosotros para que seamos guiados por la Sabiduría y el amor de Dios en nuestros corazones. Amén.