Álvaro de Córdoba fue un sacerdote predicador que se hizo célebre por contemplar la Pasión del Señor: Es el precursor de la devoción del Vía Crucis
Álvaro de Córdoba. Precursor de la devoción del Vía Crucis.
Álvaro de Córdoba nació en Zamora (España), fue un sacerdote de la orden de predicadores muy conocido por su proeza de predicación en España e Italia. Fue confesor y consejero de la reina Catalina. Reformó la corte y luego la abandonó para fundar un monasterio cerca de Córdoba, donde promovió la vida regular. Allí, "el Escalaceli" (escalera del cielo) que él construyó, se convirtió en un centro de devoción religiosa. Al momento de su muerte fue famoso en toda España por su enseñanza, predicación y santidad. Con su predicación y la contemplación de la Pasión del Señor, Álvaro de Córdoba difundió la práctica del Vía Crucis por todo Occidente. Así que por eso se ha ganado el título como el Precursor de la devoción del Vía Crucis. Murió el 19 de febrero de 1430. El Papa Benedicto XIV lo beatificó en 1741.
Fiesta: 19 de febrero.
Martirologio romano: En Córdoba, en la región española de Andalucía, conmemoración del beato Álvaro de Zamora, presbítero de la Orden de Predicadores, que se hizo célebre por su modo de predicar y contemplar la Pasión del Señor (c. 1430)
Biografía de Álvaro de Córdoba.
Álvaro de Córdoba, nació a mediados del siglo XIV, en Zamora (1360) y murió en Córdoba el año 1430. Perteneció a la noble familia Cardona.
En 1368, Álvaro de Córdoba, ingresó en el convento dominico de San Pablo en Córdoba. Se graduó en Salamanca. Su pensamiento inicial fue el de enseñar las Escrituras, pero sus habilidades extraordinarias se revelaron cuando, por obediencia, se le dio el ministerio de la predicación
Álvaro de Córdoba fue un famoso y ardiente predicador, y con su ejemplo y sus obras, contribuyó a la reforma de la Orden, iniciada por el Beato Raimundo de Capua y sus discípulos.
En Andalucía, el entusiasta predicador Álvaro de Córdoba convirtió muchos corazones con sus apasionantes predicaciones y por intermedio de su ejemplo de vida austera
Después de volver de una peregrinación a Tierra Santa, quedó impactado en el corazón por el doloroso Camino del Calvario, recorrido por nuestro Salvador.
Deseoso de vivir una existencia en soledad y perfección, donde poder templar el espíritu para un apostolado más provechoso, con el favor del rey D. Juan II de Castilla, del que era su confesor, Álvaro de Córdoba pudo fundar, a tres millas de Córdoba, el famoso y observante convento de Santo Domingo Scala Coeli, (Escalera del Cielo), donde había varios oratorios que reproducían la "vía dolorosa"
Esta sagrada representación fue imitada en otros conventos, dando origen a la devoción tan bella del "Vía Crucis", muy apreciada en la piedad cristiana.
De noche, se retiraba a una gruta distante del convento donde, a imitación de su Santo Padre Domingo, oraba y se flagelaba. Con el tiempo, esta gruta se convirtió en meta de peregrinaciones para los fieles. Poseía el don de profecía y obró milagros. Álvaro de Córdoba murió el 19 de febrero de 1430 y fue sepultado en su convento. El Papa Benedicto XIV fue quien lo beatificó en el año 1741.
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