Jesucristo, Rey del universo, gobierna con soberanía universal. En la Solemnidad de Cristo Rey confesamos al Señor Jesucristo como Rey del cielo y de la tierra
Jesucristo Rey del Universo. ¡Solemnidad de Cristo Rey!.
Jesucristo Rey es una Fiesta Solemnidad de la Iglesia Católica en honor a Jesucristo, Rey del Universo, Rey del Cielo y de la tierra que vino a gobernar con soberanía sobre todos. La fiesta de Jesucristo, Rey del Universo, pone fin al año litúrgico en el que se ha meditado sobre todo el misterio de su vida, su predicación y el anuncio del Reino de Dios para dar inicio al tiempo de Adviento. Viva Cristo Rey para siempre, es el grito de muchos cristianos en la actualidad que han dejado que el Reino de Cristo viva en sus corazones.
Fiesta: Último domingo del año litúrgico.
Jesucristo, Rey del universo, nos enseña muchas cosas: Las personas necesitamos tiempos que marquen y ordenen nuestras vidas y sean como pequeñas metas. Tiempos para mirar atrás, evaluar lo vivido y comprometer lo que aún está por delante, con coherencia y fidelidad. Tiempos que nos recuerden la exigencia de vivir en serio, empeñando la vida sin mediocridades, apostándolo todo por algo que merezca la pena. Viva Cristo Rey.
"El reino de Dios es un reino de verdad y vida, un reino de santidad y gracia, un reino de justicia, amor y paz". (Prefacio de la Plegaria Eucarística).
La Fiesta de Cristo Rey es, como las fiestas católicas, una relativamente reciente. Fue establecida por el Papa Pío XI en 1925, para recordar a los católicos (y al mundo en general) que Jesucristo es el Señor del Universo, como Dios y como Hombre. Leamos a continuación su historia.
Jesucristo, Rey del Universo.
El Papa Pío XI, el 11 de diciembre de 1925, instituyó esta solemnidad de Cristo Rey que cierra el tiempo ordinario. Su objetivo es recordar la soberanía universal de Jesucristo. Lo confesamos supremo Señor del cielo y de la tierra, de la Iglesia y de nuestras almas.
Durante el anuncio del Reino, Jesús nos muestra lo que este significa para nosotros como Salvación, Revelación y Reconciliación ante la mentira mortal del pecado que existe en el mundo.
Revelación de Jesucristo, Rey del universo.
Jesús responde a Pilatos cuando le pregunta si en verdad Él es el Rey de los judíos: "Mi Reino no es de este mundo. Si mi Reino fuese de este mundo, mi gente habría combatido para que no fuese entregado a los judíos; pero mi Reino no es de aquí". (Juan 18,36).
Jesucristo no es el Rey de un mundo de miedo, mentira y pecado, Él es el Rey del Reino de Dios que trae y al que nos conduce. Cristo Rey anuncia la Verdad y esa Verdad es la luz que ilumina el camino amoroso que Él ha trazado, con su Vía Crucis, el camino hacia el Reino de Dios.
"Sí, como dices, soy Rey. Yo para esto he nacido y para esto he venido al mundo: para dar testimonio de la verdad. Todo el que es de la verdad escucha mi voz." (Juan 18, 37)
Jesús nos revela su misión reconciliadora de anunciar la verdad ante el engaño del pecado.
Jesucristo Rey es Jesús, pastor humilde.
Esta fiesta celebra a Cristo como el Rey bondadoso y sencillo que como pastor guía a su Iglesia peregrina hacia el Reino Celestial y le otorga la comunión con este Reino para que pueda transformar el mundo en el cual peregrina.
La posibilidad de alcanzar el Reino de Dios fue establecida por Jesucristo, al dejarnos el Espíritu Santo que nos concede las gracias necesarias para lograr la Santidad y transformar el mundo en el amor. Esa es la misión que le dejó Jesús a la Iglesia al establecer su Reino.
Se puede pensar que solo se llegará al Reino de Dios luego de pasar por la muerte, pero la verdad es que el Reino ya está instalado en el mundo a través de la Iglesia que peregrina al Reino Celestial.
Justamente con la obra de Jesucristo Rey, las dos realidades de la Iglesia -peregrina y celestial- se enlazan de manera definitiva, y así se fortalece el peregrinaje con la oración de los peregrinos y la gracia que reciben por medio de los sacramentos.
"Todo el que es de la verdad escucha mi voz." (Juan 18, 37)
Todos los que se encuentran con el Señor, escuchan su llamado a la Santidad y emprenden ese camino, se convierten en miembros del Reino de Dios.
Sobre la Fiesta de Jesucristo Rey, el Papa León XIII dijo: "Si Cristo reinara entre nosotros: curaría tantas heridas, todo derecho recobraría su valor antiguo, volverían los bienes de la paz, caerían de las manos las espadas y las armas, cuando todos proclamen que el Señor es nuestro Rey".
En esta fiesta de Jesucristo Rey, abramos nuestro corazón a Jesús, Él es nuestro Rey para siempre, nuestro querido Pastor que da la vida por sus ovejas. Él es mi maravilloso, siempre fiel y cariñoso amigo. Cristo Rey es nuestro Salvador y Redentor. Que todas nuestras obras puedan glorificar a Dios bajo el estandarte de Cristo Rey del Universo y que seamos dignos de reinar con Él para siempre en su trono en el Cielo.
El reinado de Cristo Rey nos recuerda que todo nuestro poder, fuerza y esperanza vienen de Él. Las habilidades y talentos que poseemos son del Rey generoso que, en su infinito amor, quiso regalarnos. El perdón ofrecido en la Cruz y que todos apreciamos viene de un Rey de misericordia que murió por nosotros. La vida del Espíritu Santo que nos sostiene fue enviada por Jesucristo Rey.
Oración a Jesucristo, Rey del universo.
Oh Cristo Jesús, te reconozco por Rey universal. Todo lo que ha sido hecho, ha sido creado para Ti. Ejerce sobre mí todos tus derechos. Renuevo mis promesas del Bautismo, renunciando a Satanás, a sus pompas y a sus obras, y prometo vivir como buen cristiano. Y muy en particular me comprometo a hacer triunfar, según mis medios, los derechos de Dios y de vuestra Iglesia ¡Divino Corazón de Jesús!, te ofrezco mis pobres acciones para que todos los corazones reconozcan vuestra Sagrada Realeza, y que así el reinado de vuestra paz se establezca en el Universo entero. Amén.
Sigamos unidos en oración para que el Reino de Cristo viva en nuestros corazones y venga a nuestro mundo.
Padre todopoderoso, Dios de amor, has elevado a nuestro Señor Jesucristo de la muerte a la vida, resplandeciente de gloria como Rey de la creación. Oh, Cristo, Rey del universo, abre nuestros corazones, libera a todo el mundo para que se regocije en su paz, para que se glorifique en su justicia, para que viva en su amor. Padre, reúne a todos los pueblos en Jesucristo, tu Hijo, Cuyo Reino está contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, por siempre y para siempre.
Sobre Cristo Rey.
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