San Luis Orione fue un Sacerdote Predicador, Confesor, organizador de misiones y peregrinaciones, Don Orione fundó la pequeña obra de la Divina Providencia
San Luis Orione, Fundador de la Obra de la Divina Providencia.
San Luis Orione (Luigi Giovanni Orione en italiano), también llamado Don Orione, fue un sacerdote muy entregado al servicio y a las obras de Dios. A la edad de 13 años entró entre los Frailes Menores de Voghera, pero que dejó por enfermedad. En 1886 ingresó en el oratorio de Turín dirigido por San Juan Bosco. En 1889 entró en el seminario de Tortona para continuar con sus estudios teológicos y se alojó allí en una pequeña habitación en la parte de arriba de la catedral. Allí San Luis Orione tuvo la oportunidad de traer a los muchachos a los que les impartió lecciones de catecismo. Fundó la Congregación de los Hijos de la Divina Providencia y las Pequeñas Hermanas Misioneras de la Caridad; los Ermitaños de la Divina Providencia y las Hermanas Sacramentinas. Murió en San Remo en 1940.
Fiesta: 12 de marzo.
Martirologio romano: En Sanremo en Liguria, San Luis Orione, sacerdote, fundador de la Pequeña Obra de la Divina Providencia para el bien de los jóvenes y de todos los marginados.
Biografía de San Luis Orione.
San Luis Orione nació en Pontecurone en la diócesis de Tortona 23 de junio 1872. De padres honestos y sencillos, sobre todo la madre era una sabia educadora.
En su infancia, San Luis Orione trabajó en el campo con su papá. Asistía a la escuela y estuvo dedicado a las prácticas religiosas. A la edad de 13 años ingresó entre los Frailes Menores de Voghera, pero por desgracia, debido a una neumonía grave, tuvo que regresarse con sus familiares.
Ya restablecido en salud, ayudó a su padre en la pavimentación de carreteras, experiencia que le fue muy beneficiosa para entender el sufrimiento y la mentalidad de los trabajadores.
En 1886, San Luis Orione ingresó en el oratorio de Turín dirigido por San Juan Bosco, donde permanecerá durante tres años.
Las enseñanzas recibidas y la experiencia que logró con el santo innovador, nunca se borraron de su alma, la cual pasarán a ser parte esencial en sus futuras actividades en el ámbito de la juventud.
Obras y fundaciones de San Luis Orione.
Inesperadamente, San Luis Orione tuvo que dejar la comunidad salesiana y en 1889 entró en el seminario de Tortona para estudiar filosofía durante dos años, al final del curso, continuó sus estudios teológicos, se alojó en una pequeña habitación encima de la catedral, y allí mismo tuvo la oportunidad de traer a jóvenes para impartirle lecciones de catecismo.
Más tarde, San Luis Orione se dio cuenta de que su pequeña habitación no era suficiente para albergar a tantos alumnos que se sumaban día a día, por lo que el obispo, dándose cuenta de la ardiente vocación de San Luis y muy consciente de la importancia de esa iniciativa, le dio acceso para que utilizara el jardín del obispado
El 3 de julio de 1892, abrió en Tortona el primer Oratorio para cuidar la educación cristiana de los jóvenes. Al año siguiente, el 15 de octubre de 1893, con tan solo 21 años, abrió un colegio para chicos pobres en el barrio San Bernardino.
El 13 de abril de 1895, San Luis Orione fue ordenado sacerdote y, al mismo tiempo, el obispo impuso el hábito clerical a seis alumnos de su colegio. En poco tiempo, San Luis Orione abrió nuevas casas en Mornico Losana (Pavía), en Noto (Sicilia), en Sanremo, en Roma.
Pequeña obra de la Divina Providencia.
Alrededor del joven Fundador San Luis Orione, crecieron clérigos y sacerdotes que formaron el primer núcleo de la Pequeña Obra de la Divina Providencia.
En 1899 San Luis Orione inició la rama de los ermitaños de la Divina Providencia. El obispo de Tortona, Mons. Igino Bandi, con Decreto del 21 de marzo de 1903, reconoció canónicamente a los Hijos de la Divina Providencia (sacerdotes, hermanos, coadjutores y ermitaños), congregación religiosa masculina de la Pequeña Obra de la Divina providencia, dedicada a «colaborar para llevar a los pequeños, los pobres y el pueblo a la Iglesia y al Papa, mediante las obras de caridad», profesando un IV voto de especial «fidelidad al Papa».
En las primeras Constituciones de 1904, entre los fines de la nueva Congregación, aparece el de trabajar para alcanzar la unión de las Iglesias separadas.
Animado por una gran pasión por la Iglesia y por la salvación de las almas, San Luis Orione se interesó activamente por los problemas emergentes en aquel tiempo, como la libertad y la unidad de la Iglesia, la cuestión romana, el modernismo, el socialismo, la cristianización de las masas obreras.
San Luis Orione socorrió heroicamente a las poblaciones damnificadas por los terremotos de Reggio y de Messina (1908) y por el de la Marsica (1915). Por deseo de Pío X fue Vicario General de la diócesis de Messina durante tres años.
Don Orione y más obras para la caridad.
A los veinte años de la fundación de los Hijos de la Divina Providencia, como en una única planta con muchas ramas, el 29 de junio de 1915, San Luis Orione dio inicio a la Congregación de las Pequeñas Hermanas Misioneras de la Caridad, animadas por el mismo carisma fundacional y, en el 1927, las Hermanas adoratrices Sacramentinas invidentes, a las que se añadirán después las Contemplativas de Jesús Crucificado.
San Luis Orione organizó a los laicos en las asociaciones de las Damas de la Divina Providencia, los exalumnos y los amigos. Después tomará cuerpo el Instituto Secular Orionino y el Movimiento Laical Orionino.
Después de la Primera Guerra Mundial (1914-1918) se multiplicaron las escuelas, colegios, colonias agrícolas, obras caritativas y asistenciales.
Entre las obras más características, San Luis Orione creó los Pequeños Cottolengos, para los que sufren y los abandonados, surgidos en la periferia de las grandes ciudades, como nuevos púlpitos desde los que hablar de Cristo y de la Iglesia, faros de fe y de humanidad.
El celo misionero de Don Orione, que ya se había manifestado con el envío a Brasil en 1913 de sus primeros religiosos, se extendió después a Argentina y Uruguay (1921), Inglaterra (1935) y Albania (1936). En 1921-1922 y en 1934-1937, San Luis Orione hizo dos viajes a América Latina, Argentina, Brasil y Uruguay, llegando hasta Chile.
Gozó de la estima personal de los Papas y de las autoridades de la Santa Sede, que le confiaron numerosos y delicados encargos para resolver problemas y curar heridas tanto dentro de la Iglesia como en las relaciones con el mundo civil.
San Luis Orione fue predicador, confesor y organizador infatigable de peregrinaciones, misiones, procesiones, «belenes vivientes» y otras manifestaciones populares de la fe.
Muy devoto de la Virgen, promovió su devoción por todos los medios y, con el trabajo manual de sus clérigos, San Luis Orione construyó los santuarios de la Virgen de la Guardia en Tortona y de la Virgen de Caravaggio en Fumo.
Muerte.
En el invierno de 1940, intentando aliviar los problemas de corazón y pulmones que sufría, San Luis Orione fue a la casa de Sanremo, aunque, como decía, «no es entre las palmeras donde deseo vivir y morir, sino entre los pobres que son Jesucristo».
¡Después de tan solo tres días, rodeado del afecto de sus hermanos, Don Orione falleció el 12 de marzo de 1940, suspirando: "¡Jesús! ¡Jesús! Voy". El cuerpo de San Luis Orione, intacto en el momento de la primera exhumación en 1965, fu puesto en un lugar de honor en el santuario de la Virgen de la Guardia de Tortona, después de que, el 26 de octubre de 1980, Juan Pablo II inscribiera su nombre en el elenco de los Beatos.
Oración a San Luis Orione (Luigi Orione)
San Luis Orione, que desde tus más tiernos años sentiste una irresistible atracción hacia Dios, y, animado por una devoción filial a la Santísima Virgen, ofreciste la vida entera en holocausto de amor a Cristo y a la Iglesia, en generoso servicio de caridad hacia los hermanos, especialmente hacia los que sufren y los pobres, tus predilectos: alcánzanos la gracia de seguir tu ejemplo, para servir a Dios y al prójimo con tu misma generosidad y difundir ampliamente el mensaje de amor que Dios, por tu intermedio, ha querido comunicar al mundo entero. Por el mismo Jesucristo, nuestro Señor. Amén. San Luis Orione, ruega por nosotros.
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