San Heriberto de Colonia fue elegido obispo por voluntad popular. Fundó el monasterio benedictino y la Iglesia de Deutz. Es invocado para conseguir la lluvia
San Heriberto de Colonia: Invocado para conseguir la lluvia.
San Heriberto (San Heriberto de Colonia) nació alrededor del 970. Realizó sus estudios en la Abadía de Gorze y la Catedral de Worms, donde llegó a ser rector y también canciller del emperador Otón III. En el 999, se convirtió en arzobispo de Colonia. Fundó el monasterio benedictino y la iglesia de Deutz, en la que fue enterrado luego de morir cercano al año 1021. San Heriberto es invocado para obtener la lluvia.
Fiesta: 16 de marzo.
Martirologio romano: En Colonia, en Alemania, san Heriberto, obispo, que, siendo canciller del emperador Otón III, fue elegido a la sede episcopal en contra de su voluntad, en la que iluminó incesantemente al clero y al pueblo con el ejemplo de sus virtudes, que instaban en la predicación (1021)
Biografía de San Heriberto de Colonia.
San Heriberto de Colonia nació en Worms, en el año 970. Estudió en la escuela de la catedral de Worms y en el monasterio benedictino de Gorza. Fue nombrado rector de la catedral de Worms.
En el 994, San Heriberto fue ordenado sacerdote y nombrado canciller del reino alemán en Italia por el emperador Otón III, del que fue gran amigo, consejero y compañero de sus viajes a Roma.
En el 999, con 29 años, estando aún en Roma con el emperador, fue elegido por el pueblo como arzobispo de Colonia (antes había rechazado, por humildad, el arzobispado de Würzburg)
Siendo consagrado ya en Colonia, ese mismo año, San Heriberto de Colonia realizó misiones diplomáticas, creó la diócesis de Bamberg y logró la pacificación de Luxemburgo.
San Heriberto: Obispo dedicado al servicio y a los deberes.
San Heriberto se distinguió por su vida de estudio de la Sagrada Escritura, la oración, el celo pastoral y la especial atención a los pobres. Aprende a ser un obispo en serio. Descubre la vida de los pobres, y los deberes de cada hombre de la Iglesia hacia ellos, ya no vuelve a ser el mismo.
En el año 1002, San Heriberto asistió al emperador en su lecho de muerte y acompañó sus restos mortales a Alemania. En este viaje fue apresado por el nuevo emperador, Enrique II, porque Heriberto se había opuesto cuando pretendía el trono, pero que luego acató su reinado después de su elección.
Luego de profesar su obediencia, fue liberado y sirvió fielmente a Enrique, aconsejándolo y sirviéndolo, hasta que, casi 20 años más tarde, el rey reconoció su error y le pidió perdón de rodillas, delante de todo el pueblo.
Milagros de San Heriberto.
San Heriberto se convierte en el salvador y el amigo de todos, el aliado de los pobres. Y sucede entonces que la gente completamente agradecida le comienzan a atribuir milagros estando todavía con vida.
Llegó la lluvia, después de una grave sequía que había colocado a las personas en un periodo de hambruna, entonces todos en Colonia gritaron: "Las oraciones de Heriberto nos han salvado."
Su capellán escapó a una enfermedad grave, una mujer ciega recupera la vista, y cada vez que suenan las voces en el pueblo para decir: "milagros del obispo". Esta reputación persiste por mucho tiempo después de su muerte, y durante siglos se le invoca su intercesión para atraer la lluvia.
Muerte de San Heriberto de Colonia.
Al morir San Heriberto de Colonia, fue enterrado en la iglesia del monasterio de Deutz, donde se veneran aún sus reliquias.
Su proceso de canonización lo comenzó en 1073, el papa San Gregorio VII (25 de mayo), y su culto se aprobó en 1175, fijando su fiesta para el mismo día de su fallecimiento, el 16 de marzo. San Heriberto de Colonia fue oficialmente canonizado hasta 1626, por Urbano VII. San Heriberto, ruega por nosotros para mostrar el verdadero amor hacia Cristo. Amén.
Oración a San Heriberto.
Oh San Heriberto de Colonia, modelo de sabiduría y dedicación en el servicio a Dios y a su Iglesia, te invocamos con humildad y devoción. Tú, que brillaste como rector y canciller, y luego como arzobispo de Colonia, intercede por nosotros ante el Señor para que podamos seguir tu ejemplo de estudio, rectitud y amor por la obra de Dios. Concédenos la gracia de imitar tu fervor al fundar el monasterio benedictino y la iglesia de Deutz, para que podamos construir comunidades sólidas y dedicadas a la gloria de Dios y al servicio de nuestros hermanos. Ruega por nosotros, para que, siguiendo tu ejemplo, podamos vivir una vida de fe y compromiso con la voluntad divina. Amén
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