San José Vaz: Primer Santo de Sri Lanka: Misionero

San José Vaz fue un sacerdote oratoriano y misionero en Sri Lanka, conocida entonces como Ceilán. Nació en el seno de una familia católica y pasó sus años de formación estudiando filosofía y teología, y fue ordenado sacerdote en 1675. Sus primeros años de sacerdocio se caracterizaron por su cercanía a los pobres y su profundo discernimiento de que su espíritu misionero era necesario en Sri Lanka. Había llegado durante la ocupación holandesa, cuando estaban imponiendo el calvinismo como la religión oficial. Viajó por toda la isla llevando la Eucaristía y los sacramentos a grupos clandestinos de católicos. Más adelante, encontró refugio en el Reino de Kandy, donde pudo trabajar libremente. Para el momento de su muerte, San José Vaz había logrado reconstruir la Iglesia Católica en la isla.

Fiesta: 16 de enero.

Martirologio Romano: En Kandy, en Sri Lanka, en el océano Índico, San José Vaz, un sacerdote de la Congregación del Oratorio, que se entregó con inusitado fervor a predicar el evangelio de salvación a los católicos dispersos por aquellas tierras, confirmando en la fe a los que permanecían escondidos.

Biografía de San José Vaz.

San José Vaz nació en Benaulim (India), entonces Goa, colonia portuguesa, el 21 de abril de 1651, de padres cristianos aunque descendientes de brahamanes.

Después de llevar a cabo sus estudios humanísticos y literarios en la ciudad de la Vieja Goa, se ordenó sacerdote en 1676 y fue comisionado como Vicario Apostólico de la región de Kanará en 1681, aunque en su corazón estaba el deseo de partir a la isla de Ceylán, donde los católicos carecían de sacerdotes desde la colonización holandesa y la introducción del protestantismo calvinista.

Convencido de que solo no podía realizar muchas cosas a favor de la fe en Ceylán, San José Vaz decidió formar un núcleo de sacerdotes con ideales misioneros, para acoger vocaciones originarias del lugar y así contrarrestar el rechazo hacia los europeos a quienes veían como invasores portugueses u holandeses.

Creación de la comunidad misionera.

Con treinta y un años de edad, San José Vaz inició una pequeña comunidad que se estableció en la iglesia de la Santa Cruz de los Milagros.

Surge entonces la necesidad de darse un estatuto para normalizar su vida y trabajo comunitario, y deciden adoptar las constituciones de la Congregación del Oratorio, fundada por el gran San Felipe Neri en Roma, dedicándose a la oración, la predicación y la caridad con los hambrientos que abundaban en la "Dorada Goa".

Así las cosas, se resuelven ir a Ceylán dos sacerdotes, un hermano y un joven laico en 1687. Entran clandestinamente en la isla, como mendigos errantes, para poder atender a los católicos ocultos.

Se extienden de la costa al centro de la isla, en el reino de Kandy, desarrollando una amistad con el rey Vimaladharma Surya II, y a su muerte, en 1708, con su hijo Narendrasinha, ambos budistas pero bien dispuestos con los misioneros católicos. Recorrió Ceylán, descalzo, pidiendo comida de puerta en puerta.

Al igual que sannyasis de la India, San José Vaz llevaba cuentas de oración alrededor de su cuello (él llevaba el rosario) quizás también un cántaro.

Durante sus viajes, San José Vaz se aferra a las cuentas del rosario y lo recita alternadamente con sus compañeros con gran devoción a la Santísima Virgen, de quien se declara "esclavo de María".

Muerte de San José Vaz.

San José Vaz visitaba a los enfermos (especialmente durante la epidemia de viruela que se inició en 1697) y a los cristianos en la cárcel, reanimando la fe de los católicos, hasta el día de su muerte el 16 de enero de 1711. Será recordado por sus habitantes como Maha Swamy (gran padre) y por su Congregación del Oratorio de Goa reconocida por las autoridades eclesiásticas de la India, Portugal y Roma, manteniendo su espíritu hasta la supresión de las órdenes religiosas por las autoridades de Portugal en 1835.

Durante su vida, los éxitos pastorales de San José Vaz llamaron la atención de las autoridades eclesiásticas de Portugal y Roma. Después de su muerte, el celo ejemplar que demostró como misionero lo convirtió en una inspiración continua para los sacerdotes misioneros de su isla de adopción y de otras. Su apostolado en la isla dejó un enorme legado: 70.000 católicos, 15 iglesias y 400 capillas. Llegó a ser conocido como el Apóstol de Ceilán.

Su causa de canonización se inició en 1737, pero quedó dormida. Solo dos siglos más tarde, el 21 de enero de 1995, en Colombo, fue beatificado por el papa Juan Pablo II, con ocasión de su visita apostólica a Sri Lanka, la antigua Ceylán.

En su homilía de Canonización realizada el 14 de enero de 2015, el Papa Francisco afirmó que el nuevo santo es modelo para los cristianos por muchas razones, pero quiso centrarse en tres razones principales. La primera, indicó, es que fue un sacerdote ejemplar. El Papa Francisco, además, expresó de San José Vaz, lo siguiente: "En San José Vaz vemos un signo espléndido de la bondad y el amor de Dios para con el pueblo de Sri Lanka, así como un estímulo para perseverar, crecer en santidad y testimoniar el Evangelio. Los animo a encontrar en San José Vaz una guía segura. Él nos enseña a salir a las periferias, para que Jesucristo sea conocido y amado en todas partes".