San Nicolás Tavelic es el primer croata canonizado: San Nicolás predicó el Evangelio a los musulmanes, murió junto con sus compañeros mártires franciscanos
San Nicolás Tavelic y Compañeros Mártires Franciscanos..
San Nicolás Tavelic perteneció a la tercera orden de los frailes menores capuchinos y es el primer croata canonizado. La figura de San Nicolás Tavelic se destaca grandemente en el ambiente de su tiempo. Junto con sus compañeros mártires franciscanos entregaron sus vidas por la predicación de Cristo y su Evangelio.
Fiesta: 14 de noviembre.
Martirologio romano: En Jerusalén, santos, Nicolás Tavelic, Deodato Aribert, Esteban de Cúneo y Pedro de Narbone, presbíteros de la Orden de los Hermanos Menores y mártires, que por predicar libremente en la plaza pública la religión cristiana a los sarracenos y confesar constantemente a Cristo como Hijo de Dios, fueron quemados vivos (1391).
Biografía de San Nicolás Tavelic.
San Nicolás Tavelic nació hacia el año 1340, en la ciudad dálmata de Sebenic. San Nicolás era el hijo de una familia noble y rica de. Sus ilustres padres le dieron una buena educación, y su progreso en el aprendizaje fue maravilloso, pero no menos maravilloso fue su progreso en la virtud de la santidad y de la fe.
Cuando San Nicolás Tavelic terminó sus estudios, un futuro brillante le sonrió. Todo lo que el mundo podía dar estaba a sus órdenes y esperaba gustoso por él. Sin embargo, San Nicolás decidió abandonar el mundo e ingresar a la Orden de San Francisco
Ingresó adolescente en la Orden de los hermanos Menores y luego fue ordenado sacerdote.
San Nicolás Tavelic y su llamado misionero.
En el año 1372, el vicario general fray Bartolomé de la Verna había lanzado una llamada a los religiosos para participar en una singular cruzada misionera en Bosnia.
Gregorio XI, en una bula con fecha 22 de junio del mismo año presentaba buenas perspectivas para el avance de la verdadera fe en aquellas zonas devastadas por la herejía de los bogomiles, secta de marcado carácter maniqueo, que unía a sus errores dogmáticos una rígida austeridad de vida.
Dios los unió.
A la llamada respondió el humilde fraile San Nicolás Tavelic y también fray Deodato de Rusticinio o de Rodez, sacerdote de la provincia franciscana de Aquitania. Ambos trabajaron juntos, unidos por una íntima y fraternal amistad, soportando doce años de dificultades y fatigas interminables.
La relación "Sibinicensis" describe tanto la expedición apostólica en Bosnia como la relación del martirio en Jerusalén.
En 1384, San Nicolás Tavelic y Deodato se embarcaron rumbo a Palestina, y se instalaron en el convento de San Salvador de Jerusalén, donde se encontraron con los hermanos Pedro de Narbona y Esteban de Cúneo.
Esteban pertenecía a la provincia franciscana de Liguria, profesó la regla franciscana en Génova y había trabajado ocho años en la isla de Córcega, antes de embarcarse para Tierra Santa.
Pedro, perteneciente a la provincia de Narbona, procedía de los primeros eremitorios umbros fundados esos mismos años por el beato Paoluccio Trinci, iniciador de la Observancia franciscana.
San Nicolás Tavelic y la evangelización atrevida.
Los cuatro permanecieron en Jerusalén, dedicados al estudio y la oración, hasta que, después de mucho sopesarlo, San Nicolás Tavelic, en el espíritu de san Francisco, llevado por el celo de la fe y el deseo del martirio, proyectó una evangelización audaz: anunciar públicamente en Jerusalén, ante los principales dirigentes de la ciudad, la doctrina de Cristo, demostrando que el islamismo no es la verdadera religión, y que Jesucristo, Dios y hombre, era el verdadero enviado de Dios para salvar al mundo, y no Mahoma.
Previa consulta con dos teólogos, se prepararon un buen discurso, en el que exponían la doctrina cristiana y refutaban el islamismo. El 11 de noviembre de 1391 salieron a la calle, decididos a realizar su descabellado proyecto. Cada uno llevaba un pliego escrito en latín y en árabe. Trataron de entrar en la mezquita, pero les impidieron el paso. Al ser interrogados respondieron que querían ver al Cadí, "para decirle cosas muy útiles y saludables para su alma". Les respondieron que el Cadí no vivía allí, y los condujeron hasta su palacio.
Una vez en presencia del Cadí o juez islámico de la ciudad, y de muchos musulmanes, expusieron sus escritos, y presentaron sus razones con gran firmeza y valentía, hablando extensamente del mensaje de Cristo.
La turba de mahometanos los escucharon primero con asombro, luego irritados y, al final, abiertamente hostiles, pues jamás habían escuchado semejantes afirmaciones contra el Corán y contra su religión.
El Cadí, visiblemente airado, interrogó a San Nicolás Tavelic y a sus compañeros acerca de si eran conscientes de lo que decían, o lo hacían en un momento de exaltado fanatismo, sin control de la razón, como tontos o locos.
También les preguntó que si los enviaba el Papa o alguno de sus reyes. Más ellos respondieron que ellos iban enviados por Dios, y que si no creían en Jesucristo y no se bautizaban en su nombre, no tendrían la vida eterna. Al ver que no se retractaban de sus afirmaciones, San Nicolás Tavelic y sus compañeros franciscanos fueron condenados a morir ejecutados el 14 de noviembre.
El martirio de San Nicolás Tavelic.
San Nicolás Tavelic y sus compañeros franciscanos permanecieron por tres días en prisión, soportando toda clase de torturas. Por fin, el día señalado, fueron conducidos a la plaza pública, donde se solía castigar a los criminales, ante el Emir y el Cadí y una inmensa multitud de sarracenos y soldados con espadas y cimitarras desenvainadas, y una gran llamarada ardiendo en el centro, donde se les dio otra vez la oportunidad de retractarse. Una vez más se les preguntó si deseaban renunciar a lo que habían dicho y convertirse en sarracenos y así escapar de la muerte. Más ellos se negaron respondiendo: "No, esto es lo que queremos, y les exhortamos de nuevo que se conviertan a la fe de Cristo y se bauticen. Sepan que por Cristo y sus enseñanzas no tememos ni a ninguna llamarada ni a la muerte corporal".
Cuando la multitud de sarracenos escuchó estas palabras, se enfurecieron y todos se abalanzaron sobre ellos, cortándolos en pedazos con sus espadas, de tal manera que no se podía reconocer nada humano en lo que quedaba. Entonces los arrojaron a la gran llamarada; y, aun así, sus cuerpos así desmembrados se negaron a arder. Y durante todo ese día la multitud no abandonó este espectáculo grotesco. Al final, los musulmanes hicieron desaparecer sus restos, para evitar que fuesen venerados por los cristianos. Su muerte fue descrita en una relación del Custodio de Tierra Santa, el padre Geraldo Calveti, dos meses después del martirio.
El culto de los cuatro mártires en la orden franciscana se remonta al siglo XV. En 1889, el papa León XIII confirmó solamente el culto de San Nicolás Tavelic, que era muy venerado en Croacia. Pablo VI confirmó el culto de los otros tres mártires en 1966, fijando su fecha en el 17 de septiembre, aunque en martirologio franciscano se mantiene el 14 de noviembre, fecha de su martirio. Por último, el 21 de junio de 1970 fueron canonizados por el mismo papa.
Oración a San Nicolás Tavelic y compañeros.
Oh Dios, tú glorificaste a tu humilde siervo franciscano San Nicolás Tavelic y a sus compañeros con el celo por difundir la fe y por la palma del martirio. Concédenos, te rogamos, con su ejemplo e intercesión, que nos apresuremos en el camino de tus mandamientos, para que merezcamos recibir la recompensa de la vida eterna. Te lo pedimos por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo, en unidad con el Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
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