San Leandro de Sevilla fue quien ordenó que en la Misa se recitara el Credo actual. San Leandro hizo florecer el cristianismo en España. Biografía y vida
San Leandro, Obispo que hizo florecer el cristianismo en España.
San Leandro de Sevilla fue quien introdujo el Credo actual en la Misa. Además, San Leandro fue el instrumento principal en la conversión al catolicismo de las tribus de visigodos que invadieron a España y el que logró que su rey se hiciera un fiel y devoto creyente. San Leandro, San Isidoro y sus hermanos (todos ellos santos) pertenecían a una familia de élite de ascendencia hispano-romana de Carthago Nova.
Fiesta: 13 de noviembre
Martirologio Romano: En Sevilla, en Hispania, san Leandro, obispo, hermano de los santos Isidoro, Fulgencio y Florentina, que con su predicación y diligencia convirtió, contando con la ayuda de su rey Recaredo, a los visigodos de la herejía arriana a la fe católica.
Biografía de San Leandro de Sevilla.
San Leandro nació en Cartagena, España, hacia el año 540, de Severiano y Teodoro, ilustres por su virtud. San Isidoro y San Fulgencio, ambos obispos, eran sus hermanos, y su hermana, Florentina, también se cuenta entre los santos de la Iglesia Católica.
Cuando San Leandro era joven, su familia se mudó a Sevilla. Leandro se convirtió en monje benedictino y en 579 fue nombrado obispo de Sevilla. También estableció una escuela, que llegó a ser conocida como un centro de aprendizaje y ortodoxia. Leandro se convirtió en un gran defensor de la fe contra el arrianismo, que era una herejía que negaba la divinidad de Cristo. Te contamos aquí su historia.
Historia de San Leandro.
Desde niño, San Leandro se distinguió por su facilidad para hablar en público y por la enorme simpatía de su personalidad.
Siendo muy joven, San Leandro entró de monje a un convento de Sevilla y se dedicó a la oración, al estudio y a la meditación.
Responsabilidad de San Leandro.
Cuando murió el obispo de Sevilla, el pueblo y los sacerdotes lo eligieron a él para que lo reemplazara. Desde entonces, San Leandro se dedicó por completo a convertir a los arrianos, esos herejes que negaban que Jesucristo es Dios.
El rey de los visigodos, Leovigildo, era arriano, pero San Leandro obtuvo que el hijo del rey, San Hermenegildo, se hiciera católico. Esto disgustó enormemente al arriano Leovigildo, el cual mandó matar a Hermenegildo.
El joven heredero del trono prefirió la muerte antes que renunciar a su verdadera religión y murió mártir. La Iglesia lo ha declarado santo. La conversión de Hermenegildo fue un fruto de las oraciones y de las enseñanzas de San Leandro.
San Leandro fue enviado con una embajada o delegación a Constantinopla y allá trabó amistad con San Gregorio Magno, que era embajador del sumo pontífice. Desde entonces estos dos grandes santos y sabios tuvieron una gran amistad que fue de mucho provecho para el uno y el otro. Se escribían, se consultaban y se aconsejaban frecuentemente. Y se cumplió lo que dice la Sagrada Escritura: "Encontrar un buen amigo, es mejor que encontrar un tesoro".
Superando las pruebas.
El rey desterró al obispo San Leandro por haber convertido a Hermenegildo al catolicismo. Y el santo aprovechó el destierro para escribir dos libros contra el arrianismo, probando que Jesucristo sí es verdadero Dios y que los herejes que dicen que Cristo no es Dios, están totalmente equivocados.
El rey Leovigildo, estando moribundo, se dio cuenta de la injusticia que había hecho al desterrar a San Leandro de Sevilla y lo mandó volver de España y antes de morir le recomendó que se encargara de la educación de su hijo y nuevo rey de España, Recaredo. Y esto fue algo providencial, porque el santo obispo se dedicó a instruir sumamente bien en la religión a Recaredo y lo hizo un gran católico.
Y luego San Leandro demostró tal sabiduría en sus discusiones con los jefes arrianos que logró convertirlos al catolicismo. Y así toda España se hizo católica: El rey Recaredo, sus ministros y gobernadores y los jefes de los arrianos. El que más alegría sintió por esto fue el sumo pontífice San Gregorio Magno, el cual envió a San Leandro una carta de felicitación y lo nombró arzobispo.
San Leandro y el Credo.
San Leandro reunió a todos los obispos de España en un Concilio en Toledo y allí dictaron leyes sumamente sabias para obtener la santificación de los sacerdotes, y el buen comportamiento de los fieles católicos.
La próxima vez que recites el Credo Niceno en la Misa, piensa en San Leandro, porque fue él quien, introdujo la práctica en el siglo VI. San Leandro lo vio como una manera de ayudar a reforzar la fe de su pueblo y como un antídoto contra la herejía del arrianismo, que negaba la divinidad de Cristo. Al final de su vida, San Leandro había ayudado a que el cristianismo floreciera en España en un momento de agitación política y religiosa.
Martirio de San Leandro.
Dios, a las personas que quiere hacer llegar a mayor santidad las hace sufrir más, para que ganen más premios en el cielo. San Leandro sufrió de muchas enfermedades con gran paciencia. Y uno de los males que más lo atormentó fue la gota, en las piernas (o inflamación dolorosa de las articulaciones por cristalización del ácido úrico).
El Papa San Gregorio, que también sufría de ese mismo mal, le escribió diciéndole: "Dichosa enfermedad que nos hace ganar méritos para el cielo y al obligarnos a estar quietos nos brinda la ocasión de dedicarnos más al estudio y a la oración".
San Leandro de Sevilla murió en el año 596 y España lo ha considerado siempre como un gran benefactor y como Doctor de la Iglesia. Su hermano, San Isidoro de Sevilla, escribiría una pequeña alabanza sobre la vida de San Leandro: "Este hombre de suave elocuencia y eminente talento brilló tanto por sus virtudes como por su doctrina. Por su fe y celo, el pueblo gótico se ha convertido del arrianismo a la fe católica".
Reflexión sobre San Leandro.
San Leandro, consciente de la importancia de la oración, se esforzó particularmente en fomentar la verdadera devoción en todas las personas, pero sobre todo en las de la profesión monástica. Su carta a su hermana Florentina, que como monja dirigió cuarenta conventos y más de mil religiosas, se llama la regla de Vida Monástica. Se centra principalmente en el desprecio del mundo y en los ejercicios de la oración. San Leandro de Sevilla también fue un gran reformador de la liturgia española
Al rezar el Credo de Nicea todos los domingos, podríamos reflexionar sobre el hecho de que esa misma profesión de fe no solo la recitaban todos los católicos en todo el mundo, sino también muchos otros cristianos.
San Leandro de Sevilla introdujo su recitación como un medio para unir a los fieles. Oremos a San Leandro para que la recitación del Credo pueda mejorar esa unidad hoy en día.
Oración a San Leandro.
San Leandro, tú naciste en lo que hoy en día es España, en el seno de una familia noble. Fuiste un monje benedictino muy dedicado al servicio y más tarde fuiste nombrado obispo. Luchaste enérgicamente contra la herejía del arrianismo, que muchos gobernantes y otros obispos defendían en esa época. Por inspiración divina, eres responsable de que recitemos el Credo Niceno en la misa cada semana, como lo compusiste en el arrianismo e hiciste que tu congregación lo rezara. Y trabajaste incansablemente por la conversión de sus gobernantes arrianos. Por todo esto, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, te pedimos que ruegues por nosotros y por nuestros gobernantes políticos, para que abracen los valores cristianos y actúen en nombre del pueblo por esos valores. Oh, San Leandro de Sevilla, intercede por todos nuestros seres queridos que se han alejado de la fe. San Leandro, fuiste un buen sirviente que invirtió tus talentos sabiamente. Reza para que podamos tener la gracia de la perseverancia final. Amén.
San Leandro de Sevilla: que también los gobernantes de ahora se conviertan, como tu discípulo Recaredo, en fervientes católicos. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén. San Leandro, ruega por nosotros
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