San Benigno de Todo sufrió la persecución cristiana: Por predicar la fe, San Benigno fue encarcelado y atormentado con muchos suplicios. Biografía y vida
San Benigno de Todi, Predicador mártir: Abogado de los presos.
San Benigno de Todo, o Padre Benigno, fue un sacerdote y obispo mártir reconocido por su entera nobleza y servicio a los más necesitados. San Benigno fue asesinado bajo la cruel y sangrienta persecución cristiana que desataron los emperadores Diocleciano y Maximiano a comienzos del siglo IV.
Fiesta: 13 de febrero.
Martirologio Romano: En Todi de la Umbría, san Benigno, Presbítero y Mártir; el cual, en tiempo de los Emperadores Diocleciano y Maximiano, como no cesaba de predicar, con la palabra y el ejemplo, la fe cristiana, fue preso por los idólatras, y atormentado con varios suplicios, coronó el ministerio sacerdotal con la gloria del martirio.
Biografía de San Benigno de Todi.
San Benigno vivió en Todes durante la segunda mitad del siglo III, es una de las primeras ciudades evangelizadas de Hungría. Allí, San Benigno se ha dado conocer entre los suyos como un insigne propagador de la fe cristiana; predica con gran alegría y con notable entusiasmo.
El obispo Ponciano conoce su afán apostólico y está al tanto de la sinceridad de su vida; un día lo consagra presbítero para apoyarse en él en el cumplimiento obligado de atender a su grey y de extender la Salvación.
Llegada la persecución de Maximiano y Diocleciano, la comunidad de creyentes está confortada por la atención espiritual que con riesgo constante de su vida le presta a su buen amigo sacerdote San Benigno.
Así entonces, San Benigno socorre a los confesores de la fe presos en las cárceles; visita las casas de los débiles y les busca por los campos que los cobijan para darles aliento; y se las arregla para estar cerca de los que son torturados, acompañando hasta donde es posible humanamente a los que se disponen al martirio.
San Benigno: Predicador sin miedo.
Pasado el peor momento de estupor, San Benigno se llena de la audacia del Espíritu Santo y comienza a predicar con fortaleza de Jesucristo. Ahora lo hace públicamente en el intento de convertir a los paganos que están en el terrible error de la idolatría.
El principal foco de atención de su discurso es hacerles comprender que los ídolos son una necedad y el culto que se les tributa supone una verdadera ofensa al único Dios que merece adoración y puede darles la salvación ofrecida a todos los hombres sin excepción. Ya no le importa su vida.
San Benigno se sabe portador de la verdad y conoce bien que ella no es exclusivamente para él. Solo Jesús es el Señor y todos han de servirle.
Martirio de San Benigno.
Lo que era presumible con ese comportamiento se hace realidad. San Benigno es apresado y obligado a apostatar, siendo inútiles los tormentos que tuvo que soportar el fiel y valiente discípulo. Muere el 13 de febrero del año 303 con la cabeza cortada.
Cuenta la tradición que un fraile, en un arrebato de falsa devoción, quiso llevarse a su convento la cabeza de San Benigno que reposaba dentro de un relicario de plata en el monasterio de benedictinas que se llama "De las Milicias", en Todes.
En su intento, y sin saber muy bien lo que pasaba, no pudo salir del templo por no poder localizar las puertas de salida que hasta hace poco se le había hecho fácil conseguir. Así, se vio obligado a devolver y depositar la reliquia de San Benigno en el sitio que le correspondía.
La catequesis, es decir, llevar a Cristo a los demás, comporta la responsabilidad de ser fiel a lo que se propone y ni que decir tiene que en este contexto la vida humana no es ningún valor absoluto.
Qué bien lo supo hacer san Benigno sin tener que darle vueltas a los textos de las bibliotecas de las universidades que aún no se habían inventado. Fue sencillamente el don del Espíritu Santo.
Hoy también hacen bastante falta, sacerdotes como San Benigno, cuidadosos, menos de su propia vida que de la Salvación que ofrecen y obispos que los descubran.
Oración a San Benigno de Todi.
Padre de misericordia, que en tu infinita bondad te dignaste de elegir a tu siervo San Benigno de Todi para que su boca se llenara de santas palabras del Espíritu Santo, haz que también nosotros sintamos ese celo ardiente por predicarte con amor. Que tu Espíritu Santo venga sobre la vida de cada cristiano, haciéndolo también un servidor de tu Palabra. Lo pedimos por intercesión de San Benigno y por el mismo Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
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