Recemos con el tercer día del Triduo a San José, en honor al Santo Protector de la Iglesia, el glorioso Santo San José, modelo de padre y esposo
Triduo a San José, Día 3: ¡El Santo San José!.
A través del Triduo en honor en San José, le expresamos nuestra ferviente devoción a esta gran figura muy significativa en la historia de nuestra Salvación. San José, el gran santo del silencio, la humildad y la obediencia, nos enseña lecciones profundas sobre la virtud de la discreción y la entrega total a la voluntad de Dios. Su humildad es un faro de luz en un mundo de marcado actualmente por el egoísmo y la ambición desenfrenada.
Sobre San José.
En un mundo donde el ruido y la búsqueda constante de reconocimiento pueden dominar nuestras vidas, el glorioso Santo San José nos recuerda la importancia del silencio interior y la escucha atenta de la voz de Dios en nuestras vidas. San José nunca buscó elogios ni reconocimiento. En cambio, dedicó su vida al servicio desinteresado y silencioso a la Sagrada Familia, confiando en que la gloria verdadera proviene de Dios y no de la aprobación de los hombres.
La obediencia de San José es un ejemplo de confianza absoluta en la sabiduría divina. A pesar de las dificultades y los desafíos que enfrentaba, San José obedeció fielmente los mandatos de Dios, confiando en su providencia y guiado por su amor infinito.
Triduo a San José.
El siguiente es el segundo día del Triduo en honor a San José, escrita por el Santo cardenal, San John Henry Newman, quien escribió muchas meditaciones en honor a la Sagrada Familia.
Oh querido San José, con sentimientos de ilimitada confianza, te suplicamos que bendigas este triduo que iniciamos en tu honor.
1. Oraciones iniciales.
Señal de la cruz.
Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Acto de Contrición.
Jesús, mi Señor y Redentor: Yo me arrepiento de todos los pecados que he cometido hasta hoy, y me pesa de todo corazón, porque con ellos, ofendí a un Dios tan bueno. Propongo firmemente no volver a pecar, y confió en que, por tu infinita misericordia, me has de conceder el perdón de mis culpas y me has de llevar a la vida eterna. Amén.
Oración inicial.
Oh Dios, que en tu inefable providencia, te dignaste elegir a San José por Esposo de tu Santísima Madre: concédenos, te rogamos, que merezcamos tener por intercesor en el cielo, al que veneramos como protector en la tierra. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén. (Tomada de las Letanías a San José)
San José, ruega por nosotros.
2. Reflexión del Tercer día.
Considera los Gloriosos Títulos de San José. Él es el Santo San José, porque según la opinión de un gran número de doctores, así como San Juan Bautista, él fue santificado incluso antes de nacer. Es el Santo José, porque su oficio de esposo y protector de María exigía especialmente la santidad. Es el Santo José, porque ningún otro santo, sino él, vivió en tanta y tan larga intimidad y familiaridad con la fuente de toda santidad, Jesús, Dios encarnado, y María, la más santa de las criaturas.
V. Bendito sea el nombre de José.
R. Desde ahora y para siempre. Amén.
3. Oración.
Dios, que en tu inefable Providencia te dignaste elegir al bienaventurado San José como esposo de tu santísima Madre, concédenos, te suplicamos, que nos hagamos dignos de recibirlo por intercesor nuestro en el cielo, a quien en la tierra veneramos como a nuestro santo Protector. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo, en unidad con el Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén. (Vide "La Raccolta.") {270}
- San John Henry Newman.
4. Oración final.
Esta es una oración que habitualmente reza el Papa Francisco (lo relata así en su Carta Apostólica Patris Corde)
Glorioso patriarca san José, cuyo poder sabe hacer posibles las cosas imposibles, ven en mi ayuda en estos momentos de angustia y dificultad. Toma bajo tu protección las situaciones tan graves y difíciles que te confío, para que tengan una buena solución. Mi amado Padre, toda mi confianza está puesta en ti. Que no se diga que te haya invocado en vano y, como puedes hacer todo con Jesús y María, muéstrame que tu bondad es tan grande como tu poder. Amén.
Jaculatoria.
Oh glorioso San José, por el amor que profesas a Jesucristo y por la gloria de su nombre, escucha nuestras oraciones y obtén nuestras súplicas.
San José, ruega por nosotros.
Rezar el Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
"San José, con el amor y la generosidad con que guardó a Jesús, así también guardará tu alma, y ??como lo defendió de Herodes, así defenderá tu alma del Herodes más feroz: ¡el diablo! Todo el cariño que el Patriarca San José tiene por Jesús, lo tiene por ti y siempre te ayudará con su patrocinio. Él te librará de la persecución del malvado y orgulloso Herodes, y no permitirá que tu corazón se separe de Jesús. ¡Ite ad Ioseph! Acude a José con extrema confianza, porque yo, como Santa Teresa de Ávila, no recuerdo haberle pedido nada a san José sin haberlo obtenido de buena gana."
- San Pío de Pietrelcina.
Triduo a San José.
Con el tercer día del Triduo a San José, buscamos aumentar esta preciosa devoción a este querido Santo protector de la Iglesia Universal, que fue el gran Santo escogido por Dios para cuidar su más sagrado tesoro: su Hijo Jesucristo. En la vida de San José encontramos un llamado a vivir con humildad, silencio y obediencia, imitando su ejemplo de entrega total a la voluntad de Dios. Que su vida nos inspire a cultivar una relación más profunda con Dios, a encontrar la paz en el silencio de nuestros corazones y a seguir con valentía el camino que Dios ha trazado para cada uno de nosotros.
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