Recemos con el segundo día del Triduo a San José, en honor al Santo Protector de la Iglesia y padre de nuestro Señor, Jesús, modelo de padre y esposo
Triduo a San José, Día 2: Padre del Hijo de Dios.
A través del Triduo en honor en San José, le expresamos nuestra ferviente devoción a esta gran figura muy significativa en la historia de nuestra Salvación. San José, el padre terrenal de Jesucristo, personifica el llamado a la responsabilidad paterna en su forma más elevada. Su papel como padre putativo fue esencial en el desarrollo y el cuidado de El Salvador del mundo. San José enfrentó desafíos inimaginables: proteger a su familia de la persecución, proveer para ellos con recursos limitados y guiar a Jesús en su crecimiento físico, espiritual y emocional. A través de todo esto, San José demostró una devoción inquebrantable y un profundo amor por Jesús y María.
Sobre San José.
La vida de San José estuvo marcada por el silencio, la meditación, la prudencia, la fortaleza y la fe inquebrantable en la Providencia Divina. San José confió en Dios en medio de la incertidumbre y la adversidad, mostrando al mundo que la verdadera grandeza radica en la confianza total en la voluntad de Dios.
Para nosotros, San José representa un modelo de paternidad responsable, amorosa y sacrificada. Su ejemplo nos desafía a ser protectores y proveedores para nuestros seres queridos, a guiar con sabiduría y amor, y a confiar en la Providencia Divina, incluso en los momentos más oscuros.
Triduo a San José.
El siguiente es el segundo día del Triduo en honor a San José, escrita por el Santo cardenal, San John Henry Newman, quien escribió muchas meditaciones en honor a la Sagrada Familia.
Oh querido San José, con sentimientos de ilimitada confianza, te suplicamos que bendigas este triduo que iniciamos en tu honor.
1. Oraciones iniciales.
Señal de la cruz.
Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Acto de Contrición.
Jesús, mi Señor y Redentor: Yo me arrepiento de todos los pecados que he cometido hasta hoy, y me pesa de todo corazón, porque con ellos, ofendí a un Dios tan bueno. Propongo firmemente no volver a pecar, y confió en que, por tu infinita misericordia, me has de conceder el perdón de mis culpas y me has de llevar a la vida eterna. Amén.
Oración inicial.
Oh Dios, que en tu inefable providencia, te dignaste elegir a San José por Esposo de tu Santísima Madre: concédenos, te rogamos, que merezcamos tener por intercesor en el cielo, al que veneramos como protector en la tierra. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén. (Tomada de las Letanías a San José)
San José, ruega por nosotros.
2. Reflexión del Segundo día.
Considera los Gloriosos Títulos de San José. Suyo fue el título de padre del Hijo de Dios, porque fue Esposo de María, siempre Virgen. Fue padre de nuestro Señor, porque Jesús le rindió siempre obediencia de hijo. Era el padre de nuestro Señor, porque a él le fueron confiados, y por él fueron fielmente cumplidos, los deberes de un padre, al protegerlo, darle un hogar, sostenerlo y criarlo, y proporcionarle un oficio.
V. Bendito sea el nombre de José.
R. Desde ahora y para siempre. Amén.
3. Oración.
Dios, que en tu inefable Providencia te dignaste elegir al bienaventurado San José como esposo de tu santísima Madre, concédenos, te suplicamos, que nos hagamos dignos de recibirlo por intercesor nuestro en el cielo, a quien en la tierra veneramos como a nuestro santo Protector. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo, en unidad con el Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén. (Vide "La Raccolta.") {270}
- San John Henry Newman.
4. Oración final.
Esta es una oración que habitualmente reza el Papa Francisco (lo relata así en su Carta Apostólica Patris Corde)
Glorioso patriarca san José, cuyo poder sabe hacer posibles las cosas imposibles, ven en mi ayuda en estos momentos de angustia y dificultad. Toma bajo tu protección las situaciones tan graves y difíciles que te confío, para que tengan una buena solución. Mi amado Padre, toda mi confianza está puesta en ti. Que no se diga que te haya invocado en vano y, como puedes hacer todo con Jesús y María, muéstrame que tu bondad es tan grande como tu poder. Amén.
Jaculatoria.
Oh glorioso San José, por el amor que profesas a Jesucristo y por la gloria de su nombre, escucha nuestras oraciones y obtén nuestras súplicas.
San José, ruega por nosotros.
Rezar el Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
"No me acuerdo hasta ahora haberle suplicado alguna cosa a San José que la haya dejado de hacer. Es cosa que espanta las grandes mercedes que me ha hecho Dios por medio de este bienaventurado Santo, de los peligros que me ha librado, así de cuerpo como de alma; que a otros santos parece les dio el Señor gracia para socorrer en una necesidad, a este glorioso Santo tengo experiencia que socorre en todas y que quiere el Señor darnos a entender que así como le fue sujeto en la tierra, así en el cielo hace cuanto le pide."
- Santa Teresa de Ávila
Triduo a San José.
Con el segundo día del Triduo a San José, buscamos aumentar esta preciosa devoción a este querido Santo protector de la Iglesia Universal, que fue Padre de nuestro Señor Jesucristo, padre putativo del Hijo de Dios. En la figura de San José encontramos una fuente de inspiración y fortaleza para asumir nuestras propias responsabilidades, ya sea como padres, cuidadores o simplemente como personas que buscan vivir según la voluntad de Dios. Que su ejemplo nos guíe en nuestro viaje de fe y nos inspire a vivir con generosidad y entrega al servicio de los demás, siguiendo siempre el camino de la virtud y el amor. San José, ruega por nosotros.
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