Día 4 de la Novena a la Inmaculada Concepción de María. La Virgen María fue llenada con el amor de Dios, rica en la Gracia en este cuarto día de la novena.
Novena a la Inmaculada Concepción. Día 4: María la llena de gracia.
Con la Novena a la Inmaculada Concepción declaramos a la Virgen María como la llena de Gracia, tal cual el Ángel Gabriel, en la anunciación, se lo hizo saber. Ella es la que siempre fue, es y será llena de la gracia de Dios por siempre. Para el cuarto día de esta Novena a la Inmaculada, nos llenamos de esperanza en saber que contamos con el poder santo de la llena de Gracia, que nos cuida y nos ama como a sus propios hijos. María, como madre del Redentor, necesitaba que su carne fuese completamente libre del poder del pecado, y Dios le dio ese privilegio. María fue santificada en todos los tiempos para poder traer al mundo al Hijo de Dios encarnado que no tuvo contacto con el pecado.
La Inmaculada Concepción.
Los católicos celebramos la Fiesta de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María el día 8 de diciembre.
La Inmaculada Concepción no es un nacimiento virginal. Los católicos creemos por dogma de fe que María fue concebida de manera normal, pero Dios la hizo inmune al pecado por herencia de los padres. Desde que existe, la Virgen María ha estado libre de pecado. Esto le permitió ser la "segunda Eva" para dar a luz al "segundo Adán" (leer 1 Corintios 15:45).
Cubierta por el Espíritu Santo (Lucas 1:35), la Virgen María es la nueva Arca de la Alianza, pues ella era un "arca" pura y santa, apta para llevar al Hijo del Dios vivo que nunca tuvo contacto con el pecado. Así como el arca del Señor en los días de Moisés llevaba los elementos de la Antigua Alianza dentro de ella, del mismo modo María llevaba al Autor de la Nueva Alianza en su vientre virginal. Por eso el Ángel Gabriel se refirió a ella como "la llena de gracia".
Novena a la Inmaculada Concepción.
Para este cuarto día de la novena a la Inmaculada concepción, reflexionamos sobre un aspecto fundamental de María: llena de gracia. La Virgen Inmaculada se presenta como un vaso espiritual puro y sin mancha para traer al mundo a El Salvador. A continuación te indicamos el modo de rezar el día 4 de la novena a la Inmaculada.
Oraciones de preparación.
A continuación, tienes las oraciones de preparación para el cuarto día de la Novena a la Inmaculada Concepción. Procuremos, en este día 4, un momento de silencio y meditar cada palabra en el corazón.
Señal de la Cruz.
Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor Dios nuestro. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Acto de contrición.
Jesús, mi Señor y Redentor: Yo me arrepiento de todos los pecados que he cometido hasta hoy, y me pesa de todo corazón, porque con ellos, ofendí a un Dios tan bueno. Propongo firmemente no volver a pecar, y confió en que, por tu infinita misericordia, me has de conceder el perdón de mis culpas y me has de llevar a la vida eterna. Amén.
2. Oración inicial.
A ti, purísima Madre, restauradora del caído linaje de Adán y Eva, venimos confiados y suplicantes en esta novena, para rogarte que nos concedas la gracia de ser verdaderos hijos tuyos y de tu Hijo Jesucristo, libres de toda mancha de pecado. Acuérdate, Virgen Santa, que has sido hecha Madre de Dios, no solo para tu dignidad y gloría, sino también para nuestra salvación y provecho de todo el género humano.
Acuérdate que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a tu protección e implorado tu auxilio, haya sido desamparado. No me dejes, pues, a mí tampoco, porque si me dejas me perderé; que yo tampoco quiero dejarte, antes bien, cada día quiero crecer más en tu verdadera devoción. Alcánzame principalmente estas tres gracias: la primera, no cometer jamás pecado mortal; la segunda, un grande aprecio de la virtud cristiana, y la tercera, una buena muerte. Además, dame la gracia particular que te pido en esta novena.
Realizar aquí su petición.
3. Meditación del cuarto día: Dios te salve llena de gracia.
A través del pecado, Adán y Eva arrojaron la vida divina que llamamos gracia. Y puesto que ellos fueron los antepasados de todos nosotros, hemos perdido, a través de su error, la herencia que por derecho debería ser nuestra.
Todos los hombres, los hijos de Adán y Eva, nacieron sin la gracia, sin vida divina, sin el poder de mirar el rostro de Dios, ni conocer o poseerlo.
Entonces vino María. Debido a que ella iba a ser la Madre de Cristo, el Salvador, era justo y apropiado que ella tuviese todo lo que nuestros primeros padres poseían. La que iba a ser la Madre de Dios tiene que ser también la hija amada del Dios vivo.
Oración del cuarto día.
Oh María, Madre de Dios, dotada en tu gloriosa Inmaculada Concepción de la plenitud de la gracia; única entre las mujeres en que eres madre y virgen; Madre de Cristo y Virgen de Cristo, te pedimos que mires hacia abajo con un tierno corazón desde tu trono y escuches nuestras oraciones mientras pedimos encarecidamente que nos consigas el favor que ahora te pedimos. Oh María de la Inmaculada Concepción, Madre de Cristo, tú tuviste influencia con tu Divino Hijo mientras estuviste en la tierra; tú tienes la misma influencia ahora en el Cielo. Ruega por nosotros y obtén para nosotros la concesión de esta petición si es la Divina Voluntad. Amén
Bendita sea tu pureza y eternamente lo sea, pues todo un Dios se recrea en tan graciosa belleza. A ti, celestial Princesa, Virgen sagrada María, te ofrezco en este día alma, vida y corazón. Mírame con compasión, no me dejes, Madre mía.
Rezar tres Avemarías.
Jaculatoria: "Tu Inmaculada Concepción, oh Virgen Madre de Dios, anunció alegría al universo mundo".
4. Oración final a la Inmaculada Concepción.
Oh Dios, que por la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María, hiciste preparar una morada digna de tu Hijo, te suplicamos que, así como a ella, la preservaste de toda mancha en previsión de la muerte del mismo Hijo, concédenos también que, por medio de su intercesión, podamos llegar purificados de todo pecado a tu presencia. Por el mismo Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo, en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
Novena a la Inmaculada Concepción.
Vamos a rezar la Novena a la Inmaculada Concepción, poniendo toda nuestra confianza en ese amor dulce y maternal que quiere traer bendiciones a todos sus hijos. Encomendemos toda nuestra vida a nuestra Madre, que es Inmaculada y pura, la llena de Gracia por los siglos de los siglos A través del cuarto día de la novena a la Inmaculada, nos unimos maravillados a la expresión del Ángel Gabriel para referirnos a nuestra Madre como la llena de Gracia. Ella siempre será bendita por todas las generaciones, la Virgen Pura que se donó en amor a Dios y ahora lo hace por cada uno de nosotros. La Inmaculada Concepción de María fue un hecho realmente necesario, porque sin ella, Jesús habría recibido su carne de alguien que era esclavo del pecado, cuyas obras Jesús vino a destruir (1 Juan 3,8)
Qriswell Quero, Venezolano, esposo y padre de familia, servidor, ingeniero y misionero de la fe. Comprometido con el anuncio del Evangelio. Creyente sólido de que siempre existen nuevos comienzos. Quien a Dios tiene nada lo detiene.
