Novena a la Divina Misericordia. En el quinto día de la Novena a la Misericordia presentamos a los hermanos separados en el mar de la misericordia del Señor
Novena a la Divina Misericordia. Día 5: Por los hermanos separados.
La Novena a la Divina Misericordia es muy especial para el pueblo católico, porque en ella, nos postramos a Dios con humildad, para interceder por todas aquellas almas alejadas de las bondades y de las gracias celestiales. En el día 4 de la Novena de la Misericordia, vamos a presentar a Cristo Jesús, a todos los hermanos separados, quienes aún no creen en la totalidad de la Iglesia y se encuentran sumergidos en errores de la fe.
La Divina Misericordia.
La Iglesia Católica enseña que es muy posible que aquellos de otras religiones y aquellos que no han oído el Santo Nombre de Jesús pueden ser bienvenidos al cielo; pero que ellos deben llegar por medio de sus obras y su impecabilidad. Tienen que ganarse el Cielo.
La única entrada, el único Camino, es a través de Jesucristo. Su gracia y Su misericordia son la única esperanza para cualquiera, en cualquier lugar del mundo. Sin Él, somos condenados, cada uno de nosotros, por nuestra propia naturaleza pecaminosa y rebelde.
Jesús le dijo a Santa Faustina Kowalska que los incrédulos y los que nunca habían oído Su Nombre estuvieron en Sus pensamientos desde que Él sufrió y murió hace dos mil años. No murió solo por ti y por mí. Murió por todos, por todos los tiempos, redimiendo a la humanidad perdida con su sangre, a toda la humanidad. Todo lo que las personas tienen que hacer para ganarse su salvación es elegirlo antes que al mundo.
Dios pone ante nosotros la Vida y la Muerte y nos permite elegir entre estas dos opciones. El infierno eterno, en sí mismo, una elección que hacemos como seres humanos libres haciendo uso de nuestro libre albedrío. Nosotros, con nuestros actos, elegimos donde queremos estar
Novena a la Divina Misericordia.
Estamos llamados a dar lo mejor de nosotros y honrar Nuestro Señor. Estamos llamados a ser Luz en un mundo lleno de tinieblas
Comenzamos ahora con el quinto día de la novena a la Divina Misericordia en la que encomendamos a las almas de los hermanos separados.
1. Oración inicial.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Dios, Padre Misericordioso, te damos gracias por los favores extraordinarios que concediste a tu hija Santa Faustina a través de quien has manifestado de modo especial el abismo de tu Misericordia sobre la humanidad dolorida y alejada de Ti Te rogamos, con gran confianza, que también con nosotros manifiestes tu Misericordia concediéndonos las gracias que te pedimos en esta Novena si no son contrarias a nuestra salvación. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén
2. Oración para el quinto día de la Novena.
En el quinto día de la Novena vamos a estar presentando a la Misericordia de Dios los hermanos separados que todavía no aceptan la fe verdadera.
Intención del quinto día de la Novena.
"Hoy, atráeme a las almas de los hermanos separados, y sumérgelas en el mar de Mi misericordia. Durante Mi amarga Pasión, desgarraron Mi cuerpo y Mi Corazón, es decir, Mi Iglesia. Según regresan a la Iglesia, Mis llagas cicatrizan y de este modo alivian Mi Pasión" (Diario de Sor Faustina, 1218)
Oración por la misericordia.
Jesús sumamente misericordioso, que eres la bondad misma, Tú no niegas la luz a quienes Te la piden. Acoge en la morada de Tu muy compasivo Corazón a las almas de los hermanos separados y llévalas con Tu luz a la unidad de la Iglesia; no las dejes alejarse de la morada de Tu compasivísimo Corazón, sino que haz que también ellas glorifiquen la generosidad de Tu misericordia
También para aquellos que rasgaron la vestidura de Tu unidad brota de Tu Corazón la fuente de piedad. La omnipotencia de Tu misericordia, oh Dios, puede sacar del error también a estas almas
Oración: Padre Eterno, mira con misericordia a las almas (de los herejes y de los cismáticos)* que han malgastado Tus bendiciones y han abusado de Tus gracias por persistir obstinadamente en sus errores. No mires sus errores, sino el amor de Tu Hijo y su amarga Pasión que sufrió por ellos, ya que también ellos están acogidos en el sumamente compasivo Corazón de Jesús. Haz que también ellos glorifiquen Tu gran misericordia por los siglos de los siglos. Amén. (Diario de Sor Faustina, 1219)
3. Rezar la coronilla de la Divina Misericordia.
Usando un Santo Rosario como guía, empezamos diciendo:
Padre Nuestro, Ave María y El Credo
Donde comúnmente se reza el misterio del rosario, en la Coronilla a la Divina Misericordia se pronuncia lo siguiente:
"Padre Eterno, te ofrezco el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de Tu Amadísimo Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, para el perdón de nuestros pecados y los del mundo entero".
En cada cuenta pequeña de las decenas se dice:
"Por su dolorosa Pasión, ten misericordia de nosotros y del mundo entero"
Al finalizar todos los misterios de la coronilla, repetir tres veces:
"Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros y del mundo entero".
Jaculatoria: "Oh, sangre y agua que brotaron del Sagrado Corazón de Jesús como fuente de misericordia para nosotros, Jesús en Ti confío".
Si deseas una explicación más profunda y de forma gráfica, y también en video, puedes consultar: Cómo rezar la Coronilla a la Divina Misericordia paso a paso.
Nota: La novena a la Divina Misericordia ha sido traducida siguiendo textualmente el manuscrito de Sor Faustina.
Novena a la Divina Misericordia completa.
A continuación, tienes todos los días de la Novena de la Misericordia para meditarla en cualquier momento que creas conveniente o necesites de la misericordia de Dios en tu vida.
- Novena a la Divina Misericordia - Día 1.
- Novena a la Divina Misericordia - Día 2.
- Novena a la Divina Misericordia - Día 3.
- Novena a la Divina Misericordia - Día 4.
- Novena a la Divina Misericordia - Día 5.
- Novena a la Divina Misericordia - Día 6.
- Novena a la Divina Misericordia - Día 7.
- Novena a la Divina Misericordia - Día 8.
- Novena a la Divina Misericordia - Día 9.
A través de la Novena de la Divina Misericordia, Jesús ha querido derramar gracias, bendiciones y fuerzas indescriptibles, a todos aquellos que acudan a Él con confianza y conviertan sus corazones a su amor. Con el quinto día de la Novena a la Misericordia, vamos a poner en oración a los hermanos separados. Ellos necesitan la luz de Cristo en todo su esplendor, y solo la Iglesia Católica es capaz de dárselas a la Luz del Evangelio verdadera.