Segundo día de la Novena a Jesucristo, Rey del universo: El Reino de Dios no es pasivo, es un Reino impulsado por la fuerza del amor, de la mansedumbre y la verdad
Novena a Cristo Rey (Día 2): El Reino de Dios es impulsado por el amor.
Novena a Jesucristo, Rey del Universo. Segundo día de la Novena: "El Reino de Dios es impulsado por la fuerza del amor y la mansedumbre". El Reino de Dios, es el reino donde Jesucristo reina como Rey justo y amoroso, donde su mayor y más grande fuerza, es el poder transformador del amor de Dios en los corazones y vidas de los creyentes. "El reino de Dios es un reino de verdad y vida, un reino de santidad y gracia, un reino de justicia, amor y paz". (Prefacio de la Plegaria Eucarística)
La novena a Cristo Rey.
La Novena a Jesucristo, Rey del universo, tiene el siguiente esquema para cada uno de los días. Los Textos y meditaciones han sido extraídos del Regnum Christi.
- Oración inicial.
- Versículo bíblico.
- Reflexión segundo día.
- Oración final.
- Padrenuestro.
1. Oración inicial de la novena.
Venid, adoremos a Jesucristo, Rey de reyes.
Del Señor es la tierra y su plenitud, el mundo y cuanto hay en él. Él es quien la asentó sobre los mares; sobre las aguas la hizo firme.
Venid, adoremos a Jesucristo, Rey de reyes.
2. Versículo bíblico del día 2.
El Reino de Dios es impulsado por el amor.
Al que me reconozca abiertamente ante los hombres, yo lo reconoceré ante mi Padre que está en el cielo. Pero yo renegaré ante mi Padre que está en el cielo de aquel que reniegue de mí ante los hombres. No piensen que he venido a traer la paz sobre la tierra. No vine a traer la paz, sino la espada. (Mateo 10,32-34)
3. Reflexión del segundo día.
No es que Jesús quiera dividir a la gente. Al contrario, Jesús es nuestra paz, es nuestra reconciliación... Esta palabra del Evangelio no autoriza, pues, el uso de la fuerza para difundir la fe. Es exactamente lo contrario: la verdadera fuerza del cristiano es la fuerza de la verdad y del amor, que implica la renuncia a toda forma de violencia. Fe y violencia son incompatibles. En cambio, fe y fuerza van juntas. El cristiano no es violento, es fuerte. ¿Y con qué fuerza? La de la mansedumbre, la fuerza de la mansedumbre, la fuerza del amor (Papa Francisco, Ángelus, 18 de agosto de 2013)
4. Oración final.
Señor Jesucristo, aléjanos de los miedos que nos dividen y nos separan de nuestros hermanos, danos el valor para seguir adelante, la inspiración, la paz y la generosidad del Espíritu Santo para hacer presente tu amor, tú que eres el Reino encarnado. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Señor Jesucristo, reinando con tu celo por las almas, venga a nosotros tu Reino. Amén.
5. Padrenuestro.
Padre nuestro, que estás en el Cielo, santificado sea tu Nombre. Venga a nosotros tu Reino. Hágase tu voluntad en la tierra como en el Cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día. Perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén.
Novena a Cristo Rey en video.
Si lo desea, puede rezar la Novena a Jesucristo, Rey del Universo, para el segundo día, en formato video guiado y con subtítulos.
Reflexión sobre Cristo Rey.
Para el día 2 de la Novena a Cristo Rey, hemos observado que el Reino de Jesucristo se caracteriza por ser impulsado por el poder transformador del amor. Jesús enseñó la importancia del amor a Dios, a uno mismo y a los demás. El concepto de amor "ágape", amor desinteresado e incondicional, es fundamental para construir el Reino de Dios en la tierra. Además, Jesús fue manso y humilde. Su reinado no es de fuerza o violencia, sino de invitación y transformación. Las Bienaventuranzas del Sermón de la Montaña (Mateo 5,3-12) destacan cualidades como la humildad y la mansedumbre.
Novena a Cristo Rey completa.
A continuación, te presentamos todos los días de la Novena a Jesucristo, Rey del universo, que puedes usar para tu devoción personal.
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Qriswell Quero, Venezolano, esposo y padre de familia, servidor, ingeniero y misionero de la fe. Comprometido con el anuncio del Evangelio. Creyente sólido de que siempre existen nuevos comienzos. Quien a Dios tiene nada lo detiene.
