Cuarto día de la Novena de Navidad: La Sinceridad - La Novena especial de Navidad hace un llamado a la calma dentro de un mundo acelerado
Novena especial de Navidad: Día 4: La Sinceridad.
La Novena especial de Navidad debe llegar al corazón de quien realiza esta devoción con humildad. Son oraciones previas para recibir al Señor que aumentan nuestras ganas de recibirlo y acogerlo como es debido. A través del cuarto día de la Novena de Navidad vamos a presentarnos ante el pesebre con un corazón sincero. Nos arrepentimos de todas nuestras malas acciones y que sea la sinceridad la que se abra paso en nuestras vidas. Meditamos sobre la sinceridad en este día 4 de la novena.
Adviento y Navidad.
El Adviento es el comienzo de un nuevo año litúrgico (en las iglesias occidentales), y abarca el lapso de tiempo desde el cuarto domingo antes de Navidad, hasta que se celebra la Natividad de Nuestro Señor.
El primer domingo de Adviento es el domingo más cercano a la fiesta de San Andrés Apóstol (que es el 30 de noviembre), por lo que siempre caerá en algún lugar entre el 27 de noviembre a más tardar y el 3 de diciembre a más tardar. El color litúrgico para esta temporada es de color púrpura (por lo general, un color púrpura oscuro en comparación con el tono rojo púrpura más claro asociado con la Cuaresma).
Al igual que la Cuaresma, el Adviento es una temporada preparatoria. Tiene importancia porque es una temporada de esperar algo mayor; tanto para la celebración anual del evento del nacimiento de Cristo, como para el momento en que Cristo vendrá de nuevo.
Muchas personas celebran el Adviento al encender las velas de una corona de Adviento cada día, acompañadas de una oración. Una vela para la semana 1, dos velas para la semana 2, y así sucesivamente.
La corona se compone de tres velas de color púrpura y una de color de rosa, para la alegre tercera semana de Adviento. Están ubicados en un círculo de hojas perennes, que simboliza la vida y el amor infinitos de Dios.
Una quinta vela, una vela blanca de Cristo, puede colocarse en el centro para encenderse en Navidad. La iluminación gradual de las velas representa la luz creciente de Cristo a medida que se acerca su llegada.
Novena de Navidad.
Te suplico, Señor mío, que escuches mi humilde súplica, que te hago con mucha fe a través del cuarto día de la Novena de Navidad, y me concedas, según tus designios, y si es agradable a tus ojos, la siguiente gracia.
Mencionar aquí tu petición.
Cuarto día de la novena: "La Sinceridad".
Bendita sea la hora y el momento en que el Hijo del Dios vivo se encarnó de una virgen purísima en un pequeño establo a la medianoche, en Belén, durante el frío penetrante de aquellas horas nocturnas y bajo la pesada carga de un agotador y largo peregrinaje.
1. Oraciones iniciales.
Con las oraciones de inicio de la Novena de Navidad disponemos el Corazón al Divino Niño Jesús que ya viene.
Señal de la Cruz.
Por la Señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Oración inicial.
Señor Dios, de infinita caridad, que nos has amado tanto y que nos diste en tu Hijo la mejor prenda de tu amor, para que, encarnado y hecho nuestro hermano en las entrañas de la Virgen, naciese en un pesebre para nuestra salud y remedio; te damos gracias por tan inmenso beneficio. En retorno te ofrecemos, Señor, el esfuerzo sincero para hacer de este mundo tuyo y nuestro, un mundo más justo, más fiel al gran mandamiento de amarnos como hermanos. Concédenos, Señor, tu ayuda para poderlo realizar. Te pedimos que esta Navidad, fiesta de paz y alegría, sea para nuestra comunidad un estímulo a fin de que, viviendo como hermanos, busquemos más y más los caminos de la verdad, la justicia, el amor y la paz. Amén.
Rezar el Padre Nuestro.
2. Oración para la familia.
Señor, haz de nuestro hogar un sitio de tu amor. Que no haya injuria porque Tú nos das comprensión. Que no haya amargura porque Tú nos bendices. Que no haya egoísmo porque Tú nos alientas. Que no haya rencor porque Tú nos das el perdón. Que no haya abandono porque Tú estás con nosotros. Que sepamos marchar hacia ti en tu diario vivir. Que cada mañana amanezca un día más de entrega y sacrificio. Que cada noche nos encuentre con más amor. Haz Señor con nuestras vidas, que quisiste unir, una página llena de ti. Haz Señor de nuestros hijos, lo que anhelas, ayúdanos a educarlos, orientarlos por tu camino. Que nos esforcemos en el apoyo mutuo. Que hagamos del amor un motivo para amarte más. Que cuando amanezca el gran día de ir a tu encuentro nos conceda el hallarnos unidos para siempre en ti. Amén.
3. Oración a la Virgen.
Soberana María, te pedimos por todas las familias de nuestro país; haz que cada hogar de nuestra patria y del mundo sea fuente de comprensión, de ternura, de verdadera vida familiar. Que estas fiestas de Navidad, que nos reúnen alrededor del pesebre donde nació tu Hijo, nos unan también en el amor, nos hagan olvidar las ofensas y nos den sencillez para reconocer los errores que hayamos cometido. Madre de Dios y Madre Nuestra, intercede por nosotros. Amén.
4. Oración a San José.
Santísimo San José, esposo de María y padre adoptivo del Señor, tú fuiste escogido para hacer las veces de padre en el hogar de Nazaret. Ayuda a los padres de familia; que ellos sean siempre en su hogar imagen del padre celestial, a ejemplo tuyo; que cumplan cabalmente la gran responsabilidad de educar y formar a sus hijos, entregándoles, con un esfuerzo continuo, lo mejor de sí mismos. Ayuda a los hijos, oh querido San José, a entender y apreciar el abnegado esfuerzo de sus padres. San José, modelo de esposo y padre, intercede por nosotros. Amén.
Rezar el Padre Nuestro.
5. Meditación para el cuarto día de la novena.
En el día 4 de la Novena de Navidad, se lo dedicamos a la Sinceridad. Una cualidad sin la cual el amor no puede subsistir, ya que no hay amor donde hay mentira. Amar es andar en la verdad, sin máscaras, sin el peso de la hipocresía y con la fuerza de integridad.
Solo en la verdad somos libres, como lo anunció Jesucristo: Juan 8,32. Solo sobre la roca firme de la verdad puede sostenerse una relación en las crisis y los problemas.
Con la sinceridad nos ganamos la confianza y con la confianza llegamos al entendimiento y la unidad. El amor nos enseña a no actuar como los egoístas y los soberbios que creen que su verdad es la verdad.
Si la Navidad nos acerca a la verdad, es una buena Navidad: es una fiesta en la que acogemos a Jesús como luz verdadera que viene a este mundo: (Juan 1,9).
Luz verdadera que nos aleja de las tinieblas nos mueve a aceptar a Dios como camino, verdad y vida. Ojalá nuestro amor esté siempre iluminado por la verdad, de modo que esté también favorecido por la confianza.
6. Oración al niño Dios.
Señor, Navidad es el recuerdo de tu nacimiento entre nosotros, es la presencia de tu amor en nuestra familia y en nuestra sociedad. Navidad es certeza de que el Dios del cielo y de la tierra es nuestro padre, que tú, Divino Niño, eres nuestro hermano. Que esta reunión junto a tu pesebre nos aumente la fe en tu bondad, nos comprometa a vivir verdaderamente como hermanos, nos dé valor para matar el odio y sembrar la justicia y la paz. Oh Divino Niño, enséñanos a comprender que donde hay amor y justicia, allí estas tú y allí también es Navidad. Amén.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era en un principio ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.
7. Gozos al Niño Jesús.
Oh, sapiencia suma del Dios soberano que, a la altura de un niño te hayas rebajado. Oh Divino Infante, ven para enseñarnos la prudencia que nos hace verdaderamente sabios.
Repetir la siguiente jaculatoria luego de cada frase:
"Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! Ven no tardes tanto".
Niño del pesebre, nuestro Dios y Hermano, tú sabes y entiendes del dolor humano; que cuando suframos dolores y angustias siempre recordemos que nos has salvado. (R).
Oh lumbre de oriente sol de eternos rayos que entre las tinieblas tu esplendor veamos, Niño tan precioso, dicha del cristiano, luzca la sonrisa de tus dulces labios. (R).
Rey de las naciones, Emmanuel, preclaro de Israel, anhelo pastor del rebaño. Niño que apacientas con suave cayado, ya la oveja arisca, ya el cordero manso. (R)
Ábrase los cielos y llueva de lo alto bienhechor rocío, como riego santo. Ven hermoso niño, ven Dios hecho hombre, luce hermosa estrella, brota flor del campo. (R).
Tú te hiciste Niño en una familia llena de ternura y calor humano. Vivan los hogares aquí congregados, el gran compromiso del amor cristiano. (R).
Del débil auxilio, del doliente amparo, consuelo del triste, luz de desterrado. Vida de mi vida, mi sueño adorado, mi constante amigo, mi divino hermano. (R).
Ven ante mis ojos de ti enamorados, bese ya tus plantas, bese ya tus manos. Prosternado en tierra, te tiendo los brazos y aún más que mis frases te dice mi llanto. (R).
Haz de nuestra patria una gran familia; siembra en nuestro suelo tu amor y tu paz. Danos fe en la vida, danos esperanza y un sincero amor que nos una más. (R).
Ven Salvador nuestro por quien suspiramos, ven a nuestras almas, ven no tardes tanto. Amén. (R).
Novena de Navidad completa.
A continuación, puedes tener a la mano todos los días de la Novena de Navidad para que reces en cualquier momento del día.
La Novena de Navidad nos dispone a la Gracia y a las Bendiciones que el Niño Jesús, sabe que necesitamos. La sinceridad es cuando abrimos el corazón a Dios y nos dejamos llenar de su gracia. Sacamos de nuestro interior todo aquello que nos perturba. Somos sinceros ahora con ese dulce Niño que se presenta para salvarnos. A través del cuarto día de la Novena especial de Navidad, encontramos que esa sinceridad debe ser una muestra de la Verdad de Dios que penetra en nuestros corazones. Que el Niño Jesús, en este día 4 de la novena, encuentre nuestro corazón dispuesto para recibir todo lo bueno que él quiere darnos.