Tercer día de la Novena de Navidad: La Comprensión - La Novena especial de Navidad nos invita al encuentro con el corazón del Niño Jesús que viene
Novena especial de Navidad: Día 3: El Respeto.
La Novena especial de Navidad nos invita a abrazar la fragilidad de un pequeño Niño que vino al mundo para darnos la alegría de una salvación que solo podíamos recibir por Amor de Dios. A través del tercer día de la Novena de Navidad preparamos el corazón para que en Él vengan a habitar todos los consuelos que el Niño Dios quiere darnos. Meditamos sobre el respeto que debemos tenernos unos a otros. El respeto es una muestra de amor.
Adviento y Navidad.
El Adviento es una temporada litúrgica de espera en la que preparamos el corazón para recibir la llegada del Niño Dios. Se trata de un período hermoso y tranquilo que vale la pena marcar y seguir en todas sus pautas.
El Adviento es la temporada de nuevos comienzos. Un nuevo año litúrgico comienza en el Primer Domingo de Adviento y nos atrae con imágenes de transformación y esperanza. Es la temporada de lo imposible haciéndose posible.
Es la temporada de anhelo y luz. Semana tras semana, las velas se encienden en la corona de Adviento, lo que significa nuestro anhelo de la luz de Cristo, ya que el momento de su nacimiento se acerca.
Sin embargo, el Adviento anuncia más que el nacimiento de Cristo. Allana nuestro camino hacia la celebración de Cristo como Dios-con-nosotros, Dios en carne humana. Este es un profundo misterio en el corazón de nuestra fe, y es la causa de nuestra alegría en Navidad.
Novena de Navidad.
Te suplico, Señor mío, que escuches mi humilde súplica, que te hago con mucha fe a través del tercer día de la Novena de Navidad, y me concedas, según tus designios, y si es agradable a tus ojos, la siguiente gracia.
Mencionar aquí tu petición.
Tercer día de la Novena: "El respeto".
Bendita sea la hora y el momento en que el Hijo del Dios vivo se encarnó de una virgen purísima en un pequeño establo a la medianoche, en Belén, durante el frío penetrante de aquellas horas nocturnas y bajo la pesada carga de un agotador y largo peregrinaje.
1. Oraciones iniciales.
Con las oraciones de inicio de la Novena de Navidad disponemos el Corazón al Divino Niño Jesús que ya viene.
Señal de la Cruz.
Por la Señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
Oración inicial.
Señor Dios, de infinita caridad, que nos has amado tanto y que nos diste en tu Hijo la mejor prenda de tu amor, para que, encarnado y hecho nuestro hermano en las entrañas de la Virgen, naciese en un pesebre para nuestra salud y remedio; te damos gracias por tan inmenso beneficio. En retorno te ofrecemos, Señor, el esfuerzo sincero para hacer de este mundo tuyo y nuestro, un mundo más justo, más fiel al gran mandamiento de amarnos como hermanos. Concédenos, Señor, tu ayuda para poderlo realizar. Te pedimos que esta Navidad, fiesta de paz y alegría, sea para nuestra comunidad un estímulo a fin de que, viviendo como hermanos, busquemos más y más los caminos de la verdad, la justicia, el amor y la paz. Amén.
Rezar el Padre Nuestro.
2. Oración para la familia.
Señor, haz de nuestro hogar un sitio de tu amor. Que no haya injuria porque Tú nos das comprensión. Que no haya amargura porque Tú nos bendices. Que no haya egoísmo porque Tú nos alientas. Que no haya rencor porque Tú nos das el perdón. Que no haya abandono porque Tú estás con nosotros. Que sepamos marchar hacia ti en tu diario vivir. Que cada mañana amanezca un día más de entrega y sacrificio. Que cada noche nos encuentre con más amor. Haz Señor con nuestras vidas, que quisiste unir, una página llena de ti. Haz Señor de nuestros hijos, lo que anhelas, ayúdanos a educarlos, orientarlos por tu camino. Que nos esforcemos en el apoyo mutuo. Que hagamos del amor un motivo para amarte más. Que cuando amanezca el gran día de ir a tu encuentro nos conceda el hallarnos unidos para siempre en ti. Amén.
3. Oración a la Virgen.
Soberana María, te pedimos por todas las familias de nuestro país; haz que cada hogar de nuestra patria y del mundo sea fuente de comprensión, de ternura, de verdadera vida familiar. Que estas fiestas de Navidad, que nos reúnen alrededor del pesebre donde nació tu Hijo, nos unan también en el amor, nos hagan olvidar las ofensas y nos den sencillez para reconocer los errores que hayamos cometido. Madre de Dios y Madre Nuestra, intercede por nosotros. Amén.
4. Oración a San José.
Santísimo San José, esposo de María y padre adoptivo del Señor, tú fuiste escogido para hacer las veces de padre en el hogar de Nazaret. Ayuda a los padres de familia; que ellos sean siempre en su hogar imagen del padre celestial, a ejemplo tuyo; que cumplan cabalmente la gran responsabilidad de educar y formar a sus hijos, entregándoles, con un esfuerzo continuo, lo mejor de sí mismos. Ayuda a los hijos, oh querido San José, a entender y apreciar el abnegado esfuerzo de sus padres. San José, modelo de esposo y padre, intercede por nosotros. Amén.
Rezar el Padre Nuestro.
5. Meditación para el tercer día de la novena.
Dedicado al Respeto. Una cualidad del amor que nos mueve a aceptar a los otros tal como son. Gracias al respeto valoramos la gran dignidad de toda persona humana hecha a imagen y semejanza de Dios, aunque esa persona esté equivocada.
El respeto es fuente de armonía porque nos anima a valorar las diferencias, como lo hace un pintor con los colores o un músico con las notas o ritmos.
Un amor respetuoso nos impide juzgar a los demás, manipularlos o querer moldearlos a nuestro tamaño. Siempre que pienso en el respeto, veo a Jesús conversando amablemente con la mujer samaritana, tal como lo narra San Juan en el capítulo cuatro de su evangelio.
Es un diálogo sin reproches, sin condenas y en el que brilla la luz de una delicada tolerancia, Jesús no aprueba que la mujer no conviva con su marido, pero en lugar de juzgarla la felicita por su sinceridad. Actúa como buen pastor y nos enseña a ser respetuosos si de verdad queremos entendernos con los demás.
6. Oración al niño Dios.
Señor, Navidad es el recuerdo de tu nacimiento entre nosotros, es la presencia de tu amor en nuestra familia y en nuestra sociedad. Navidad es certeza de que el Dios del cielo y de la tierra es nuestro padre, que tú, Divino Niño, eres nuestro hermano. Que esta reunión junto a tu pesebre nos aumente la fe en tu bondad, nos comprometa a vivir verdaderamente como hermanos, nos dé valor para matar el odio y sembrar la justicia y la paz. Oh Divino Niño, enséñanos a comprender que donde hay amor y justicia, allí estas tú y allí también es Navidad. Amén.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era en un principio ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.
7. Gozos al Niño Jesús.
Oh, sapiencia suma del Dios soberano que, a la altura de un niño, te hayas rebajado. Oh Divino Infante, ven para enseñarnos la prudencia que nos hace verdaderamente sabios.
Repetir la siguiente jaculatoria luego de cada frase:
"Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! Ven no tardes tanto".
Niño del pesebre, nuestro Dios y Hermano, tú sabes y entiendes del dolor humano; que cuando suframos dolores y angustias siempre recordemos que nos has salvado. (R).
Oh lumbre de oriente sol de eternos rayos que entre las tinieblas tu esplendor veamos, Niño tan precioso, dicha del cristiano, luzca la sonrisa de tus dulces labios. (R).
Rey de las naciones, Emmanuel, preclaro de Israel, anhelo pastor del rebaño. Niño que apacientas con suave cayado, ya la oveja arisca, ya el cordero manso. (R).
Ábrase los cielos y llueva de lo alto bienhechor rocío, como riego santo. Ven hermoso niño, ven Dios hecho hombre, luce hermosa estrella, brota flor del campo. (R).
Tú te hiciste Niño en una familia llena de ternura y calor humano. Vivan los hogares aquí congregados, el gran compromiso del amor cristiano. (R).
Del débil auxilio, del doliente amparo, consuelo del triste, luz de desterrado. Vida de mi vida, mi sueño adorado, mi constante amigo, mi divino hermano. (R).
Ven ante mis ojos de ti enamorados, bese ya tus plantas, bese ya tus manos. Prosternado en tierra, te tiendo los brazos y aún más que mis frases te dice mi llanto. (R).
Haz de nuestra patria una gran familia; siembra en nuestro suelo tu amor y tu paz. Danos fe en la vida, danos esperanza y un sincero amor que nos una más. (R).
Ven Salvador nuestro por quien suspiramos, ven a nuestras almas, ven no tardes tanto. Amén. (R).
Novena de Navidad completa.
A continuación, puedes tener a la mano todos los días de la Novena de Navidad para que reces en cualquier momento del día.
La Novena de Navidad nos dispone a la Gracia y a las Bendiciones que el Niño Jesús, sabe que necesitamos. El respeto es una cualidad muy importante en nuestras vidas. Sin respeto, perderíamos también el amor, pues respetar es amar al otro. A través del tercer día de la Novena especial de Navidad, encontramos que ese respeto Dios también nos lo ha dado como signo de su amor por nosotros. Que el Niño Jesús, en este día 3 de la novena, encuentre nuestro corazón dispuesto para recibir todo lo bueno que él quiere darnos.