Sacerdote de 72 años enfermo de coronavirus falleció en Italia luego de haber renunciado al respirador para donarlo a un paciente más joven
Italia, 23/03/2020.- Sacerdote de 72 años que presentaba el coronavirus falleció hace unos días en Italia luego de haber renunciado al respirador que necesitaba para que se lo dieran a un paciente más joven.
Don Giuseppe había sido Arcipreste de Casnigo en Italia durante casi catorce años y habría concluido su misión en Casnigo. Lo terminó antes, en un hospital afectado por la epidemia del coronavirus.
El Padre Giuseppe ya había tenido problemas de salud el año pasado. Su perenne sonrisa, su disponibilidad, pero también su activismo en la realización de importantes y costosas obras, esa sonrisa ocultaba sus preocupaciones.
"Era una persona sencilla y franca de gran amabilidad y disponibilidad para todos, creyentes y no creyentes por igual. Su saludo fue "paz y bien". Siempre cordial y servicial con la administración pública, las asociaciones y no sólo con las de la parroquia, participaba en todos los eventos sin ser nunca intruso.
En la fiesta de los reclutas en 1947 nunca faltó. Incluso en las vigilias de los funerales, primero preguntaba a sus parientes si su presencia era apreciada, para decir lo discreto que era.
Don Giuseppe, como era conocido con cariño por sus amigos, era muy querido por todos, seguía siendo visitado por sus antiguos feligreses después de años.
También tenía una increíble habilidad para resolver problemas económicos, para llamar a las puertas correctas para pedir ayuda. La construcción de un nuevo Oratorio, su mayor trabajo, que le preocupaba mucho. Un arcipreste amado por todos. Este es el testimonio de Giuseppe Imberti
Don Giuseppe murió como sacerdote.
El antiguo Operador Sanitario de la Casa de Reposo San Giuseppe de Casnigo, expresó:
"Estoy profundamente conmovido por el hecho de que el arcipreste de Casnigo, Don Giuseppe Berardelli, a quien la comunidad parroquial había comprado un respirador, lo entregó por voluntad propia a alguien más joven que él"
Así es, el Padre Don Giuseppe había renunciado al respirador, aunque lo necesitaba, y esta es quizás la mejor imagen del alma de un sacerdote que en los años pasados en Val Seriana había conquistado a todos.
"Era un sacerdote que escuchaba a todos, sabía escuchar, quien se dirigía a él sabía que podía contar con su ayuda", así comienza el recuerdo de Clara Poli, quien fue durante años alcaldesa de Fiorano, donde Don Giuseppe había sido párroco durante mucho tiempo, y para el pueblo de Fiorano era un excelente párroco, "gracias a él y a Don Luigi Manenti que estaba en Semonte, conseguí abrir el Centro Auto Aiuto que permitió ayudar a tantas familias y a tantos rezagados, sin él habría sido imposible", indicó la ex-alcaldesa.
El Arcipreste de Casnigo, Don Giuseppe Berardelli tenía 72 años. Nacido el 21 de agosto de 1947, era originario de Fonteno. Ordenado sacerdote el 30 de junio de 1973, su primer destino fue como vice-párroco en la parroquia de San Giuseppe en la ciudad alta, luego en Calolzio de 1976 a 1984.
Más tarde se convirtió en párroco de Gaverina y desde 1993 en párroco de Fiorano al Serio.
En el año 2006 fue nombrado arcipreste de Casnigo. Había tenido problemas de salud pero luchó con su habitual sonrisa y esa determinación a los que se confían a Dios.
El Padre Don Giuseppe murió en el hospital de Lovere. No hubo funeral, pero la gente de Casnigo lo saludó a su manera, al mediodía del lunes 16 de marzo miraron al balcón de la casa y lo saludaron con aplausos. Don Giuseppe, que acababa de convertirse en Arcipreste de Casnigo en 2006, trabajó inmediatamente en el proyecto de renovación del nuevo oratorio dedicado a San Juan Bosco y a San Juan Pablo II, el Papa del cual Casnigo conserva su féretro-relicario en el Santuario de Nuestra Señora de Herbia.
Don Giuseppe era un sacerdote mariano, muy apegado al Santuario y querido por todos. "La suya es una despedida, no nos deja solos, desde allí arriba nos vigila y sigue corriendo por las nubes con su moto, quién sabe cuántos proyectos está haciendo allí arriba, incluso para nosotros", concluye Clara Poli.
Qriswell Quero, Venezolano, esposo y padre de familia, servidor, ingeniero y misionero de la fe. Comprometido con el anuncio del Evangelio. Creyente sólido de que siempre existen nuevos comienzos. Quien a Dios tiene nada lo detiene.
