Papa Francisco: ¿Cuántas veces vemos esta realidad en las personas malas y parece que les va bien, que son felices, nada les falta? ¿Por qué Señor?
Papa Francisco: ¿Por qué a los malos parece que les va bien?.
A los malos parece que les va bien y son felices, pero ¿qué hay detrás de esta supuesta afirmación?, ¿sucede en realidad que a los malos les va muy bien?, o ¿somos nosotros que no miramos a fondo la situación o con el corazón de Dios?
"Dios no abandona a los justos, mientras que los que siembran el mal son como extraños, cuyos nombres no son recordados en los cielos", fue parte del mensaje de la homilía que el Papa Francisco ha realizado el 8 de octubre 2015, con base en la lectura del Libro de Malaquías (3,13-4,2) en la que hace mención a la diferencia entre los justos y los malvados
Una joven y valiente madre con un esposo y sus tres hijos, y un tumor, "uno de los feos", que la mantiene clavada a su cama. "¿Por qué?" Una mujer anciana, asidua y piadosa en la oración de su corazón, cuyo hijo fue asesinado por la mafia
El Papa Francisco utiliza esta consulta perenne que habita en los corazones de los que aman el bien y desean conocer el plan de Dios, para explicar el modo del misterio de la iniquidad y su relación con la providencia, la justicia y la misericordia de Dios.
Papa Francisco: ¿Por qué a los malos les va bien?
Así entonces, el Papa Francisco ha recordado el fragmento de la lectura del profeta Malaquías, en la que el Señor reprende al pueblo, diciendo:
"Ustedes hablan duramente contra mí, dice el Señor, y todavía preguntan: "¿Qué hemos dicho contra ti?". Ustedes dicen: "Es inútil servir a Dios, ¿y qué ganamos con observar sus mandamientos o con andar enlutados delante del Señor de los ejércitos? Por eso llamamos felices a los arrogantes, ¡prosperan los que hacen el mal; desafían a Dios, y no les pasa nada!"
¿Cuántas veces vemos esta realidad en las malas personas, en las personas que hacen el mal, y parece les va bien en la vida: son felices, tienen todo lo que quieren, a ellos no les falta nada? ¿Por qué, Señor? Esta es una de las muchas preguntas que tenemos.
"¿Por qué este malhechor descarado que no le importa a Dios ni al prójimo, que es una persona injusta, incluso malo, y las cosas le resultan muy bien en toda su vida, él tiene todo lo que quiere, mientras que a nosotros, que queremos hacer el bien, tenemos tantos problemas?", dijo el Papa Francisco.
Dios no se olvida de los buenos.
El Papa Francisco nos regaló la respuesta en el Libro de los Salmos 1, que proclama: "¡Feliz el hombre que no sigue el consejo de los malvados, ni se detiene en el camino de los pecadores, ni se sienta en la reunión de los impíos, sino que se complace en la ley del Señor!".
En este momento no vemos los frutos de este pueblo sufriente, este pueblo que lleva la cruz, como en la que el Viernes Santo y el Sábado Santo, los frutos del Hijo de Dios crucificado, los frutos de sus sufrimientos no estaban aún a la vista: y Todo cuanto Él hace, resulta bien; ¿y qué es lo que dice el Salmo sobre los malvados, de aquellos a quienes creemos que todo les va bien? No es así para los malvados, no es así; ellos son como paja que se lleva el viento. Porque el Señor cuida el camino de los justos, pero el camino de los malvados termina mal.
Esta ruina, esta dispersión y olvido, que es el final de los malvados, es el símbolo de la miseria sin salvación, en la que el rico vividor, negaba al pobre, incluso, las migajas que caían de su mesa, expresó el Papa haciendo referencia a la parábola evangélica de Lázaro.
Hasta el nombre de los malvados quedará en el olvido.
Es curioso que de aquel hombre no se dice su nombre. Es solo un adjetivo: es un rico. De los malvados, en el Libro de la Memoria de Dios, no hay nombre: es un malvado, es un estafador, es un explotador... No tienen nombre, solo tienen adjetivos.
En cambio, todos aquellos que tratan de caminar por la senda del Señor, estarán con su Hijo, que tiene nombre: Jesús Salvador. Pero un nombre difícil de comprender, incluso inexplicable por la prueba de la cruz y por todo aquello que Él sufrió por nosotros.