Papa Francisco: Nunca debemos conversar con este mentiroso y tramposo que busca nuestra ruina y que por esta razón será arrojado al abismo
El demonio engaña y arruina tu vida, nunca abras puertas a sus deseos maliciosos de que te condenes por toda la eternidad. Nunca converses con el demonio de ninguna manera.
El demonio es demoninado en las Sagradas Escrituras como el gran tentador, el mentiroso que engaña a los hijos de Dios para llevarlos a la perdición. Es por ello que el Papa Francisco ha querido traernos esta reflexión sobre el demonio, advirtiéndonos de los peligros de tratar de acercarnos a él de alguna manera.
"La condenación eterna no es una cámara de tortura sino la distancia de Dios", así lo aseveró el Papa Francisco durante su misa celebrada el viernes por la mañana en la capilla de la residencia Santa Marta.
El Papa Francisco advirtió a los cristianos que nunca conversen con el demonio, porque es el gran seductor que arruina las vidas de los que le rinden cultos.
Continuando sus reflexiones sobre el fin del mundo, la homilía del Papa Francisco se centró en la lectura del día del Libro de la Revelaciones (Apocalipsis 20,1-4.11-15.21,1-2) que describe cómo el ángel agarra la serpiente, la encadena y la arroja al abismo que entonces es encerrado y sellado.
El demonio: padre de la mentira y tramposo.
La serpiente o el diablo es arrojado al abismo para que ya no llevaría a las naciones por el mal camino, porque es el seductor.
El diablo es un mentiroso y lo que es más, es el padre de la mentira, él genera mentiras y es un tramposo. Él te hace creer que si comes esta manzana serás como un Dios. Él te lo vende así y lo compras y al final te engaña, te engaña y arruina tu vida. "Pero padre, ¿qué podemos hacer para evitar ser engañados por el diablo?"
Nunca conversar con el demonio.
Jesús nos enseña: nunca converses con el diablo. Uno no conversa con él. ¿Qué hizo Jesús con el diablo? Lo persiguió, le preguntó su nombre pero no mantuvo un diálogo con él.
Cuando Jesús estuvo en el desierto se defendió respondiendo al diablo usando la Palabra de Dios y la Palabra de la Biblia.
Por lo tanto, nunca debemos conversar con este mentiroso y tramposo que busca nuestra ruina y que por esta razón será arrojado al abismo.
La segunda muerte.
El Papa señaló que la lectura del Libro del Apocalipsis (20,1-4.11-15.21,1-2) describe cómo el Señor juzgará a los grandes y humildes "de acuerdo con sus hechos" con los condenados arrojados al estanque de fuego y afirmó que ésta es la "segunda muerte".
La condenación eterna no es una cámara de tortura. Esa es una descripción de esta segunda muerte: es una muerte.
Y los que no serán recibidos en el Reino de Dios, es porque no se han acercado al Señor. Estas son las personas que viajaron a lo largo de sus propios caminos, distanciándose del Señor y pasando delante del Señor, para, a continuación, elegir alejarse de Él.
La condenación eterna es continuamente distanciarse a sí mismo de Dios. Es el peor dolor, un corazón insatisfecho, un corazón que fue creado para encontrar a Dios, pero que, por arrogancia y confianza en sí mismo, se distancia de Dios.
Distanciarse de Dios, quien es el que da la felicidad y quien nos ama tanto, es el "fuego" y el camino a la condenación eterna
Una esperanza al final.
Observando cómo la imagen final en la lectura de Apocalipsis termina con una visión de esperanza, el Papa Francisco concluyó su homilía diciendo que si abrimos nuestros corazones con humildad también nosotros tendremos gozo y salvación y seremos perdonados por Jesús.
La esperanza es lo que abre nuestros corazones al encuentro con Jesús. Esto es lo que nos espera: el encuentro con Jesús.
Es hermoso, muy hermoso. Y Dios sólo nos pide que seamos humildes y digamos "¡Señor!", basta con decir esa palabra y Él hará lo demás ".