Papa Francisco: Evitar el mal aprendiendo a hacer el bien. La conversión no viene de un hada que nos convierte con una varita mágica
Papa Francisco: La conversión no te la da un hada con varita mágica.
"Evitar el mal, aprendiendo a hacer el bien, y dejarse llevar por el Señor... Porque convertirse no viene de un hada que nos convierte con una varita mágica", este es parte del mensaje del Papa Francisco expresado en su camino de la conversión de Cuaresma, en el cual expresó durante su homilía de la Santa Misa celebrada en la Casa Santa Marta.
El Papa Francisco quiso explicar lo que significa la conversión en este tiempo de Cuaresma tomando como punto de partida las palabras del Profeta Isaías (1,10.16-20) en la que hace un llamado al pueblo para que "cesen de hacer el mal y aprendan a hacer el bien!". El Papa Francisco, en su reflexión, destacó que: "Es una conversión que se manifiesta, no con palabras, sino con cosas concretas".
Evitar el mal y las cosas que envenenan el alma.
Evitar el mal y aprender a hacer el bien - el corazón de la exhortación de Isaías - son etapas a lo largo de este camino. Cada uno de nosotros, cada día, hace algo feo." La Biblia, de hecho, dice que incluso "las personas más santas, pecan, al menos, siete veces al día".
El problema, radica en no adquirir el hábito de "vivir en cosas feas" y evitar aquellas cosas que "envenenan al alma", que la hacen pequeña. Y entonces nosotros tenemos que aprender a hacer el bien:
Aprender a hacer el bien cada día.
No es fácil hacer el bien: tenemos que aprenderlo, siempre. Y Jesús nos enseña. Pero: Aprender. Como niños. A lo largo del camino de la vida, de la vida cristiana, se aprende cada día.
Tienes que aprender todos los días a hacer algo, a ser mejor que el día anterior. Aprender.
La conversión no te la da un hada con una varita mágica.
Evitar el mal y aprender a hacer el bien: esta es la regla de la conversión. Porque convertirse no viene de un hada que nos convierte con una varita mágica: No... Es un viaje. Es un viaje de evitar y de aprender.
Aprende a hacer el bien con acciones concretas, no con palabras
El bien se hace con hechos, no con palabras
Y de este modo, se necesita coraje para aprender a evitar el mal. Y la humildad para aprender a hacer el bien, que se expresa en acciones concretas.
Él, el Señor, nombra tres cosas concretas, pero hay muchas: buscar la justicia, aliviar a los oprimidos, dar justicia a los huérfanos, defender la causa de la viuda ... Pero cosas concretas.
Aprende a hacer el bien con cosas concretas, no con palabras. Con hechos ... Por eso Jesús, en el Evangelio que hemos oído, reprende a esta clase dominante del pueblo de Israel, porque "hablan y no actúan", no saben concretar. Y si no hay concreción, no puede haber conversión.
Dios nos ofrece una mano para ayudar a levantarnos
La Primera Lectura continúa entonces con la invitación del Señor: "Vengan, levántense, vamos a razonar juntos". "Levántate", una palabra hermosa, una palabra que Jesús dirigió a los paralíticos, a la hija de Jairo, así como al hijo de la viuda de Naim.
Y Dios nos da una mano para ayudarnos. Y Él es humilde, Él se baja tanto para decir, "Vengan, vamos a razonar juntos".
¿Y cómo Dios nos ayuda?: Caminando con nosotros para ayudarnos, explicarnos las cosas, tomarnos de la mano". El Señor es capaz de hacer este milagro, es decir, cambiarnos, no durante la noche, sino en un viaje:
"Una Invitación a la conversión, a evitar el mal, aprendiendo a hacer el bien"
"Ven, levántate, ven a mí, vamos a razonar juntos, y vamos a seguir adelante".
Dios perdona y te hace tan blanco como la nieve
Pero, tú podrías decir,"yo tengo tantos pecados...". Pero no te preocupes. Dios responde:
"Si tus pecados fueran como la escarlata, ellos llegarán a ser tan blancos como la nieve".
Y este es el camino de la conversión cuaresmal. Sencillo. Es el Padre quien habla, es el Padre quien nos ama, que realmente nos ama. Y que nos acompaña en este camino de conversión.
Solo Él nos pide que seamos humildes. Jesús dice a los gobernantes:
"El que se enaltece será humillado y el que se humilla será enaltecido".
Recordemos las etapas del camino de la conversión cuaresmal: evitar el mal, aprender a hacer el bien, levantarse e ir con Él. Y entonces todos nuestros pecados serán perdonados.