Papa Francisco: La fuerza de San Pablo proviene de ser un hombre de oración que constantemente busca y encuentra al Señor.
"La vida de San Pablo, caracterizada por la predicación, las persecuciones y la oración, lo convierte en un modelo para todos los cristianos de hoy". Así lo expresó el Papa fue en una de sus homilias en la Casa de Santa Marta.
Reflexionando sobre la primera lectura de los Hechos de los Apóstoles, el Papa Francisco describió a San Pablo como un hombre de muchas acciones. Sus palabras a continuación:
"Es difícil imaginarse a San Pablo relajándose bajo una sombrilla en la playa, porque siempre estaba en movimiento y rara vez se podía encontrar sentado frente a un escritorio".
Pasión por la predicación.
De esta manera, San Pablo fue impulsado por una pasión a la predicación y estaba siempre en movimiento, evangelizando, anunciando a Jesucristo al mundo.
Esta pasión por la predicación llevó a esta segunda característica de la vida del apóstol, la persecución, la cual sufrió a manos de los líderes religiosos de su tiempo.
San Pablo fue inspirado por el Espíritu y fue capaz de sembrar divisiones entre los saduceos, que no creían en la resurrección y los fariseos, que sí lo hacían.
Sin miedo a la persecución.
Hablando delante del Sanedrín, Pablo dijo:
"Hermanos míos, soy fariseo, hijo de fariseos, y estoy siendo juzgado por mi esperanza en la resurrección de los muertos".
Inmediatamente estalló un argumento ya que estos custodios de la ley estaban divididos por sus creencias. Habían perdido su fe porque habían transformado sus leyes y doctrinas en ideologías.
Actitud de oración.
El tercer aspecto de la vida de Pablo, del que habló el Papa Francisco, fue el de la oración, su íntima relación con el Señor.
Junto a la incansable misión de predicar hasta los confines de la tierra y luchar contra aquellos que lo perseguían, Pablo muestra una dimensión mística de su encuentro con Cristo resucitado, a quien conoció por primera vez en el camino de Damasco.
La fuerza de San Pablo proviene de ser un hombre de oración que constantemente busca y encuentra al Señor.
También nosotros podemos recibir la gracia de aprender estas tres actitudes: de predicación, de resistir la persecución y de encontrarnos con Cristo por medio de la oración.