Papa Francisco: La vida humana es siempre sagrada, válida e inviolable y como tal debe ser amada, defendida y cuidada
Hace algún tiempo atrás, el Papa Francisco realizó una pequeña exhortación a un grupo de médicos católicos, acerca de la sacralidad de la vida humana, y de que como tal, debe ser siempre defendida y cuidada desde el seno materno.
Hoy en día, estamos en tiempos en que muchas naciones favorecen la cultura de la muerte y del descarte, inyectando en la sociedad una falsa compasión para confunfir a la población y así poder favorecer a terribles atrocidades cometidas en detrimento de la vida humana, como lo es el aborto y la eutanasia.
Los cristianos y sobre todos, los médicos cristianos, están llamados a defender y proteger la vida y a ir contracorriente. A continuación, lo expresado en esta exhortación por el Papa Francisco
La vida humana es sagrada e inviolable.
La Iglesia se siente llamada a participar en el debate que tiene como objeto la vida humana, presentando su propia propuesta fundada en el Evangelio.
Para muchos la calidad de la vida está ligada prevalentemente a las posibilidades económicas, al bienestar, a la belleza y a la vida física, olvidando otras dimensiones más profundas (relacionales, espirituales y religiosas) de la existencia.
La vida humana es siempre sagrada y siempre de calidad. No existe una vida humana cualitativamente más significativa que otra, sólo en virtud de medios, derechos, oportunidades económicas y sociales mayores.
Esto es lo que ustedes, médicos católicos, intentan afirmar, ante todo con su estilo profesional. Su obra quiere testimoniar con la palabra y el ejemplo que la vida humana es siempre sagrada, válida e inviolable y como tal debe ser amada, defendida y cuidada.
¿Ayuda o falsa compasión?
El pensamiento dominante propone a veces una falsa compasión: la que se presenta como una ayuda a la mujer el favorecer el aborto; como acto de dignidad procurar la eutanasia; como una conquista científica producir un hijo considerado como un derecho y no como un don; o usar vidas humanas como conejillos de Indias para salvar presumiblemente a otras.
La compasión evangélica, sin embargo, es la que acompaña en el momento de la necesidad, es decir la del Buen Samaritano, que ve, se compadece, se acerca y ofrece ayuda concreta. (cfr Lc 10,33).
Un pecado contra el Dios creador.
La misión de los médicos los pone cada día en contacto con tantas formas de sufrimiento: los aliento a hacerse cargo de ellos como buenos samaritanos, cuidando de forma especial a los ancianos, a los enfermos y a los discapacitados.
La fidelidad al Evangelio de la vida y al respeto de la misma como don de Dios requiere a veces opciones valientes y contracorriente que, en particulares circunstancias, pueden llegar a la objeción de conciencia. Y a tantas otras consecuencias sociales.
Estamos en un tiempo en el que se hacen experimentos con la vida... Mal... Se "hacen hijos", en lugar de acogerlos como don de Dios.
Es un tiempo en que se juega con la vida ¡Cuidado! Éste es un pecado contra el creador. Contra Dios Creador. Que creó las cosas así.
Aborto y Eutanasia es pecado contra Dios
Cuando tantas veces me preguntaban a mí como sacerdote si es un problema religioso, no. No es un problema religioso. No es filosófico. Es científico. Porque es una vida humana y no es lícito liquidar, matar una vida humana para resolver un problema. Pero es el pensamiento moderno...
¡Escucha esto, en el pensamiento antiguo y en el pensamiento moderno la palabra "matar" significa lo mismo!
Y lo mismo vale para la eutanasia. La eutanasia escondida, en la cultura del descarte, con los ancianos... ¡Es pecado contra Dios! Piensen bien en ello.
Les deseo que los setenta años de vida de su Asociación impulsen un ulterior camino de crecimiento y de maduración.
Que puedan colaborar de forma constructiva con todas las personas e instituciones que comparten con ustedes el amor a la vida y se esperan en el servicio a su dignidad, sacralidad e inviolabilidad.
San Camilo de Lelis, sugiriendo la forma más eficaz para cuidar a los enfermos decía simplemente:
"Pongan más corazón en esas manos".
Y éste es también mi deseo. Que la Virgen Santa, Salud de los enfermos, sostenga los propósitos con los que se esmeran e proseguir su acción. Les pido por favor que recen por mí y de corazón los bendigo.