El amor de Dios te sana, te bendice y te llena de fuerzas
Aun transitando por caminos sombríos, siempre habrá luz al final del túnel, paz al final de la tormenta. Dios te ama, Dios te sana, te bendice y te da fuerzas
Debes confiar en que Dios te ama, Dios te sana, te bendice y te da fuerzas. El apóstol Santo Pablo, en una de sus cartas, nos dice que el don de la sanación, así como todos los dones espirituales, se da para el "bien común" de la Iglesia (1 Corintios 12,7).
Con esto, podemos decir que, la sanación, puede convertirse en una obra de misericordia para la esposa enferma, en un estímulo y avivamiento de fe para el esposo que la cuida, fortaleza y testimonio de constancia para amigos y familiares que observan, oportunidades únicas para compartir el poder del amor de Dios, y sin duda otros numerosos propósitos que Dios concede en su maravilloso plan de renovación de la fe.
La sanación de una persona nunca es un mero acto de bendición individual. Se otorga por el "bien común" de la Iglesia.
Debemos dejar de pensar que estamos solos. Tú no estás solo, tienes a una persona viva que está pendiente de ti. Dios te ama, Dios te sana, te bendice y te da fuerzas en el momento en que más lo necesites. Recuerda sus palabras:
"Cuando yo pienso que voy a caer, tu misericordia Señor, me sostiene. Cuando estoy cargado de preocupaciones, Tus consuelos Señor, me llenan de alegría". (Salmo 94,18-19)
Dios te ama, Dios te sana, te bendice y te da fuerzas
No importa el tamaño de ese problema al que le estás haciendo frente en este momento, porque si tienes fe, Dios te llenará de fuerzas para vencerlo. No desesperes.
Aun transitando por caminos sombríos, siempre habrá luz al final del túnel, alegría después de la tristeza, paz al final de la tormenta y el amanecer después de la noche.
Que nada te robe la felicidad ni la esperanza, porque todas esas situaciones difíciles que atraviesas hoy o mañana, se convertirán en victoria si las pones en las manos de Dios.
Dios te ama, Dios te sana, Dios te bendice, Dios te da fuerzas. Pon ese pensamiento en tu corazón y sal a construir tu felicidad desechando todo odio o resentimiento.
Que tu alma, cuerpo y mente y corazón, mantengan viva la llama de la fe. Vive tus retos unidos a la fuerza de Dios y nada te podrá derrotar. Con Dios todo lo vas a lograr. Así lo dice su Palabra:
"El Señor asegura los pasos del hombre en cuyo camino se complace: aunque caiga no quedará postrado, porque el Señor lo lleva de la mano". (Salmo 37,23-24)
Confía ahora en el Señor, tu Dios, Él no te fallará no te dejará solo. Confía en su amor protector. Debes estar seguro de que Dios te ama, te bendice y te llena de fuerzas el corazón para salir adelante de cualquier problema o situación difícil que se ha puesto en tu camino. Todo lo superarás con Dios como aliado. Amén