Conversando con el amor. Muéstrame tu rostro. No me retires tu presencia
Conversando con el amor te ayuda a encontrar la paz en tu corazón. Muéstrame tu rostro. No me retires tu presencia jamás Dios mío
Muéstrame tu rostro, no me retires tu presencia, es un diálogo humilde y sencillo antes Dios que realizamos a y través de Conversando con el amor, para ayudar a encontrar la paz en tu corazón, una paz que muchas veces nos dejamos robar debido a circunstancias imprevistas de la vida.
Conversando con el amor: me reconozco pequeño sin Ti.
Señor. Tú sabes que quiero hacer las cosas bien, que a diario lucho y pongo lo mejor de mí para ser mejor persona y dejar huellas de amor como Tú lo hiciste a tu paso, pero circunstancias imprevistas han llegado a mi vida tratando de socavar mi fe y mi confianza en Ti.
Hago lo mejor que puedo, pero soy débil y me reconozco pequeño sin Ti, y por eso, sé que necesito de tu auxilio para no permitir que el desespero me atrape en sus redes y me haga perder el control de mis emociones, terminando por actuar como si no tuviese valentía en mi corazón.
Muéstrame tu rostro. No me retires tu presencia.
Perdóname Señor, por tener una fe tan voluble y dependiente del tamaño de mis problemas. Mi fe debe estar depositada en tu poder.
Te pido que me llenes de confianza, pon en mi corazón las fuerzas que necesito para vencer estas angustias y no llenarme de ansiedad en este camino. Me confío de tu palabra:
"Yo te amo, Señor, mi fuerza. El Señor es mi roca y mi fortaleza; es mi libertador y es mi Dios, es la roca que me da seguridad; es mi escudo y me da la victoria. Invoco al Señor que es digno de alabanzas, y me veo libre de mis enemigos". (salmo 18,2-4)
Ahora mi Señor, pongo en tus manos mi vida toda, muéstrame tu rostro, no me retires tu presencia. Lléname el corazón de esperanzas, consuélame en la divina fuente de tus gracias.
Confío en tu amor que viene sobre mí en este momento y purifica mi mente de esos pensamientos negativos que en nada son productivos y que me generan preocupación.
Libérame Señor, libérame de mi ansiedad, de mis miedos, sana mis dolores y heridas pasadas. Hazme caminar lleno de vida y con entusiasmo para lograr todos mis propósitos. Amén.