Dios pudo haber elegido a una princesa de un país poderoso. Pero en la Anunciación del Señor decide elegir a María, mujer humilde ¡Alégrate! Llena de Gracia
La Anunciación del Señor: importancia de María en la Salvación.
En el Evangelio de Lucas (1,26-38) se narra el acontecimiento más grande de la humanidad: la Anunciación del Señor. Cuando el Hijo de Dios se encarnó en María para regalarnos la salvación a todos los hombres. En este, el Ángel Gabriel es enviado para dar este gran anuncio a María, a quien llegaría a convertirse, en la Madre de Dios, diciéndole: "¡Alégrate!, llena de gracia, el Señor está contigo... También tu parienta Isabel concibió un hijo a pesar de su vejez, y la que era considerada estéril, ya se encuentra en su sexto mes, porque no hay nada imposible para Dios".
Significado de la Anunciación.
Vamos a conocer ahora la importancia de la Virgen María en el plan de salvación de Dios revelado en la Anunciación del Señor. Este acontecimiento encierra un significado muy profundo para la teología bíblica. La grandeza del Señor se encuentra con la humildad de una pequeña sierva de Nazaret. El Ángel del Señor se presenta ante María y le anuncia la Buena noticia de la Salvación. ¡Alégrate!, Llena de Gracia, el Señor está contigo"
¿Es importante María en la salvación?
El Libro de Revelaciones (Apocalipsis), en el Capítulo 12, nos cuenta una escena, que parece una película de ciencia ficción.
"Entre relámpagos y truenos apareció en el cielo una Mujer, vestida del sol, con la luna bajo sus pies, y una corona de doce estrellas sobre su cabeza. Se le nota que está encinta y que está a punto de dar a luz. Pero de pronto apareció también frente a ella un gran Dragón rojo, con siete cabezas y diez cuernos, y sobre sus cabezas siete diademas. Su cola arrastró la tercera parte de las estrellas del cielo y las precipitó sobre la tierra. Él se detuvo delante de la Mujer que va a dar a luz, para devorar a su Hijo en cuanto nazca. Por fin la Mujer dio a luz a un Hijo varón, pero fue arrebatado por los ángeles hasta Dios y hasta su trono. Al mismo tiempo la mujer huyó al desierto, donde tiene un lugar preparado por Dios, para estar allí escondida. Y se oyó una fuerte voz de un ángel que decía en el cielo: Ahora ya ha llegado la salvación, el poder y el reinado de nuestro Dios y la potestad de su Cristo"
Esta es la representación de la lucha entre el bien y el mal, entre el amor y el egoísmo. Pero al final vence el bien, el amor.
¿Quién es este dragón?
- Cuando San Juan Evangelista escribió el Apocalipsis, para él este dragón se materializaba en el poder de los emperadores romanos anticristianos, desde Nerón hasta Domiciano.
- En el siglo pasado, el dragón fue la dictadura del nazismo (en Alemania).
- También fue la dictadura del comunismo y de Stalin (en Rusia y otros países).
- Lo fue asimismo el capitalismo injusto y marginador, causante del sufrimiento de mucha gente y de muchos pueblos.
- También hoy existe el dragón, de maneras nuevas, diferentes. Existe en la forma de las ideologías materialistas y excluyentes, del consumismo, del egoísmo, de la diversión por encima de todo, de la crisis económica. Y este dragón quiere eliminar todas nuestras esperanzas. Pero Dios, en Jesús, está con nosotros. Él llena de confianza a su Iglesia para que no se canse en el anuncio de la Buena Noticia y en la práctica, día a día, del seguimiento de Jesús.
¿Quién es la mujer del Apocalipsis?
Esta revelación tiene varios significados:
1. La Virgen María
El primer significado que podemos darle es que, sin duda, se refiere a la Santísima Virgen María.
- María vestida de sol, es decir de Dios; María, que vive totalmente en Dios, rodeada y penetrada por la luz de Dios.
- Circundada de doce estrellas, es decir, de las doce tribus de Israel, de todo el Pueblo de Dios, de toda la comunión de los santos y,
- A sus pies, la luna, imagen de la mortalidad. María fue llevada al Cielo sin morir (Asunción de María). María ha dejado tras de sí la muerte; está totalmente vestida de vida.
2. La Iglesia.
Un segundo significado es que puede ser la Iglesia. Ella trae a Cristo al mundo. En todos los tiempos es perseguida. Pero la Iglesia siempre vence.
3. La humanidad.
La mujer también puede simbolizar la humanidad entera, de la que nacen niños, amenazados de ser devorados por el dragón del mal. Pero al final, el bien triunfa sobre el mal. (Biblia Latinoamericana 1972)
¿Por qué en la Anunciación del Señor, Dios eligió una mujer pobre como María?
Efectivamente. Dios podía haber elegido una princesa de familia real, a una mujer rica, de un país poderoso. Pero elige a la Virgen María, una mujer joven, humilde y pobre de un pueblo muy pequeño del norte del país.
En la Anunciación del Señor, María recibe el anuncio del Arcángel San Gabriel, que la sorprende, pero sabe reconocer la acción de Dios en el anuncio, y le dice SÍ a Dios.
¿Te preparas en tiempos de Navidad?
Te voy a contar el cuento de "El zapatero que esperaba a Jesús". Este es un hermoso relato de León Tolstói.
"Un zapatero amaba mucho a Dios. Y cercana ya la Navidad, le preparó a Jesús unos buenos zapatos para el frío, una torta bien rica y una bolsita con plata. Todo para Jesús. Y se puso a esperarlo. De pronto escuchó que la frutera gritaba: "Ratero, ladrón!..." Y vió cómo agarraba a un muchachito, que le había sacado una manzana. El zapatero agarró la platita que tenía para Jesús, le pagó a la señora su fruta y le aconsejó al muchachito que se fuera rapidito a su casa, antes de que llegara la policía.
De nuevo estaba esperando a Jesús cuando vio por la ventana unos pies descalzos caminando por la nieve. Era una mamá con su hijito descalzo, bien pobrecita. Y le dio los zapatos. Por fin, apareció un anciano tambaleándose por la calle. Lo metió en su casa para que se calentara. Y le ofreció la torta al abuelito, que tanta hambre tenía que por poco se la come enterita.
El viejo zapatero se sentó luego, triste y contento a la vez, y se durmió. En sueños se le presentó Jesús y le dijo:
- "Me esperabas, ¿verdad?"
- El zapatero le contestó: "Sí, pero "
- "Pues Yo te he visitado hoy tres veces. Gracias por tus regalos", le dijo Jesús.
Y el zapatero vio que Jesús tenía en sus manos las moneditas, los zapatos y la torta".
La Navidad y la Anunciación del Señor.
En Navidad, ha habido una invasión de símbolos que no tienen que ver con el contenido de la Navidad: pino, bolas de colores, acebos, renos e incluso botellas de whisky, vino y ron. Ellos inundan los escaparates y constituyen el principal motivo de los adornos y las guirnaldas luminosas que jalonan las calles de nuestros pueblos y ciudades. Inclusive han eliminado al Niño Jesús y los símbolos cristianos en los adornos navideños callejeros y de las tiendas.
Hay que reflexionar y estar prevenidos para no olvidar lo esencial y acoger en verdad la causa de nuestra alegría: el nacimiento del Niño Jesús en Navidad y el misterio de la Anunciación del Señor.
La Anunciación del Señor debemos entenderla como la concepción del Hijo de Dios altísimo ya con vida desde el seno materno de María. El Espíritu Santo descendió sobre María y descansó la presencia de la segunda persona de la Santísima Trinidad, Jesucristo, en el vientre de maría.
Importancia de la Anunciación del Señor.
El Padre Frank Pavone, del ministerio Sacerdotes por la vida, nos deja una interesante reflexión sobre el misterio de la anunciación del Señor que sería bueno meditar nuevamente:
"... La Anunciación, cuando se le dice a la Virgen María que ha sido elegida para ser la Madre de El Salvador, constituye el momento en que "el Verbo se hizo carne". El eterno Hijo de Dios comenzó a existir como un ser humano no en su nacimiento en Belén, sino en el vientre de María... Dios fue una vez un niño no nacido. Cada niño no nacido, por lo tanto, está de alguna manera unido a Dios. Como el Concilio Vaticano II afirmó, "Por su encarnación, el Hijo de Dios se ha unido de alguna manera con cada ser humano" (Constitución Pastoral sobre la Iglesia en el Mundo Moderno Gaudium et Spes, 22).
En los escritos de los Padres de la Iglesia, encontramos reflexiones sobre el tema de que Cristo nos redimió asumiendo todos los diferentes aspectos de nuestra vida en la tierra, incluyendo nuestra infancia, nuestra vida de trabajo, nuestra vida familiar, nuestros sufrimientos y nuestra muerte.
En una época en la que, como dice el Santo Padre, "es posible hablar en cierto sentido de una guerra de los poderosos contra los débiles" (El Evangelio de la Vida, 12), también debemos reflexionar sobre el hecho de que el Hijo de Dios compartió nuestra vida en el seno materno.
¿Sería posible que los creyentes que meditan en el niño no nacido que fue Dios, no vean que los niños no nacidos están hechos a imagen de Dios? ¿Sería probable que aquellos que piensan que nuestro Todopoderoso Protector era un bebé en el vientre no vean que los bebés en el vientre merecen protección? ¿Será que los cristianos, que reconocen que su Señor y hermano fue un embrión y un feto, no verán que cada embrión y feto es un hermano y una hermana en el Señor?
Sin embargo, las maravillas reveladas por la Anunciación no se detienen ahí. Está también el misterio de la libertad de María, su "Fiat": "Hágase en mí según tu palabra" (Lucas 1,38). Esta es la libertad de elección que sirve a la verdad, en contraposición a la "pro-elección" que pretende crear su propia verdad. Esta es la elección al servicio de la vida, en lugar de la pervertida elección de quitar la vida. Este es el momento en que María entregó su cuerpo a Aquel que traería la vida al mundo diciendo "Este es mi cuerpo", deshaciendo para siempre el pecado de aquellos que justifican el aborto diciendo "¡Este es mi cuerpo!"
Sí, celebremos la Anunciación del Señor con más solemnidad que nunca. Unámonos al espíritu de las naciones que han declarado el 25 de marzo como el día del niño no nacido. Comprometamos de nuevo a amar y servir a los más débiles de entre nosotros.
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