Evangelio de hoy Viernes - Lecturas del día 1/11/24 (Reflexión Papa Francisco) Evangelio del día, Mateo 5,1-12a: Tendrán una gran recompensa en el Cielo
Alégrense y regocíjense, porque tendrán una gran recompensa en el Cielo.
"Alégrense y regocíjense, porque tendrán una gran recompensa en el cielo", es el mensaje central del Santo Evangelio de hoy, viernes y reflexión con las Lecturas de hoy, 1 de noviembre, 2024. Evangelio del día explicado según San Mateo 5,1-12a, con la Palabra diaria de hoy viernes en la celebración de la Solemnidad de Todos los Santos. "Todos estamos llamados a ser santos, viviendo con amor y ofreciendo el propio testimonio en las ocupaciones de cada día". (Reflexión del Papa Francisco sobre el Evangelio del día de hoy)
En el Evangelio de hoy, vemos que Jesús nos presenta un nuevo orden de valores, donde los humildes, los que lloran, los misericordiosos y los pacíficos son bendecidos. Presta atención a todas las lecturas del día de hoy.
Índice de lecturas.
Santo del día:
Mensaje del Evangelio:
Alégrense y regocíjense, porque tendrán una gran recompensa en el cielo (Cf. Evangelio según San Mateo 5,1-12a)
Lecturas de hoy viernes.
Apocalipsis 7,2-4.9-14: Tuve una visión de una gran multitud, que nadie podía contar, de todas las naciones, razas, pueblos y lenguas.
Yo, Juan, vi a otro Ángel que subía del Oriente, llevando el sello del Dios vivo. Y comenzó a gritar con voz potente a los cuatro Ángeles que habían recibido el poder de dañar a la tierra y al mar: "No dañen a la tierra, ni al mar, ni a los árboles, hasta que marquemos con el sello la frente de los servidores de nuestro Dios". Oí entonces el número de los que habían sido marcados: eran 144.000, pertenecientes a todas las tribus de Israel. Después de esto, vi una enorme muchedumbre, imposible de contar, formada por gente de todas las naciones, familias, pueblos y lenguas. Estaban de pie ante el trono y delante del Cordero, vestidos con túnicas blancas; llevaban palmas en la mano y exclamaban con voz potente: "¡La salvación viene de nuestro Dios, que está sentado en el trono, y del Cordero!". Y todos los Ángeles que estaban alrededor del trono, de los Ancianos y de los cuatro Seres Vivientes, se postraron con el rostro en tierra delante del trono, y adoraron a Dios, diciendo: "¡Amén! ¡Alabanza, gloria y sabiduría, acción de gracias, honor, poder y fuerza a nuestro Dios para siempre! ¡Amén!". Y uno de los Ancianos me preguntó: "¿Quiénes son y de dónde vienen los que están revestidos de túnicas blancas?". Yo le respondí: "Tú lo sabes, señor". Y él me dijo: "Estos son los que vienen de la gran tribulación; ellos han lavado sus vestiduras y las han blanqueado en la sangre del Cordero". Palabra de Dios.
Salmo de hoy.
Salmo 24(23): Señor, este es el pueblo que anhela ver tu rostro. (R)
Del Señor es la tierra y su plenitud; el mundo y los que lo habitan. Porque él lo fundó sobre los mares y lo estableció sobre los ríos. /R.
¿Quién podrá subir al monte del Señor?, o ¿quién podrá estar en su lugar santo? Aquel cuyas manos están libres de pecado, cuyo corazón es limpio, que no desea lo vano. /R.
Él recibirá la bendición del Señor, la recompensa de Dios, su salvador. Tal es la raza que lo busca, que busca el rostro del Dios de Jacob. /R.
Segunda lectura.
1 Juan 3,1-3: Veremos a Dios tal como es.
Amados: Mirad qué amor nos ha dado el Padre para que seamos llamados hijos de Dios. Y así somos. La razón por la que el mundo no nos conoce es que no lo conoció a él. Amados, ahora somos hijos de Dios; lo que seremos aún no se ha revelado. Lo que sí sabemos es que, cuando se revele, seremos como él, porque lo veremos tal como es. Todo el que tiene esta esperanza basada en él se hace puro, como él es puro. Palabra de Dios.
Evangelio de hoy.
Mateo 5,1-12a: Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo.
Al ver a la multitud, Jesús subió a la montaña, se sentó, y sus discípulos se acercaron a él. Entonces tomó la palabra y comenzó a enseñarles, diciendo: "Dichosos los que tienen alma de pobres, porque a ellos les pertenece el Reino de los Cielos. Dichosos los afligidos, porque serán consolados. Dichosos los pacientes, porque recibirán la tierra en herencia. Dichosos los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados. Dichosos los misericordiosos, porque obtendrán misericordia. Dichosos los que tienen el corazón puro, porque verán a Dios. Dichosos los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios. Dichosos los que son perseguidos por practicar la justicia, porque a ellos les pertenece el Reino de los Cielos. Dichosos ustedes, cuando sean insultados y perseguidos, y cuando se los calumnie en toda forma a causa de mí. Alégrense y regocíjense entonces, porque ustedes tendrán una gran recompensa en el cielo". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Reflexión Papa Francisco.
Para ser santos no es necesario ser obispos, sacerdotes, religiosas o religiosos. Muchas veces tenemos la tentación de pensar que la santidad está reservada solo a quienes tienen la posibilidad de tomar distancia de las ocupaciones ordinarias, para dedicar mucho tiempo a la oración. No es así. Todos estamos llamados a ser santos, viviendo con amor y ofreciendo el propio testimonio en las ocupaciones de cada día, allí donde cada uno se encuentra. ¿Eres consagrada o consagrado? Sé santo, viviendo con alegría tu entrega. ¿Estás casado? Sé santo, amando y ocupándote de tu marido o de tu esposa, como Cristo lo hizo con la Iglesia. ¿Eres un trabajador? Sé santo, cumpliendo con honradez y competencia tu trabajo al servicio de los hermanos. ¿Eres padre, abuela o abuelo? Sé santo enseñando con paciencia a los niños a seguir a Jesús... (Homilía del Papa Francisco sobre el Evangelio de hoy)
Otros comentarios.
"Sean santos, porque yo soy santo" (Lv 19,2), nos dice el Señor. ¿Por qué Dios nos dio un mandamiento semejante? Porque somos sus hijos, y si el padre es santo, los hijos deben serlo también. Solo los santos pueden esperar la felicidad de ir a gozar de la presencia de Dios, que es la santidad misma. Ser cristiano y vivir en el pecado es una contradicción monstruosa. Un cristiano debe ser santo... Concluyamos diciendo que, si lo queremos, podemos ser santos, ya que el buen Dios no nos negaría su gracia para ayudarnos a devenirlo. Es nuestro Padre, nuestro Salvador, nuestro amigo. Quiere con ardor vernos librados de los males de la vida. Nos llena de toda clase de bienes, después de habernos dado, ya en este mundo, inmensas consolaciones, gustando por anticipado algo de las consolaciones del cielo, que les deseo a todos...
- Santo Cura de Ars
Evangelio del día (video).
¿Qué mensaje tiene Dios para mí en el día de hoy? Escucha la meditación en audio del Evangelio de hoy viernes, según San Mateo 5,1-12a: "Alégrense y regocíjense, porque tendrán una gran recompensa en el cielo", con el Padre Pedro Brassesco.
Pidamos ayuda al Espíritu Santo, para que nos ayude a meditar la reflexión de las lecturas de hoy viernes.
Oración de la mañana.
Une las enseñanzas del Evangelio con esta preciosa oración de la mañana para hoy viernes, por todas tus intenciones, por el Papa, la Iglesia y todas nuestras necesidades.
Intenciones del día.
En el Evangelio de hoy viernes, según San Mateo 5,1-12a, leemos: "Alégrense y regocíjense, porque tendrán una gran recompensa en el cielo" ¿Qué nos dice el Evangelio del día de hoy? La Palabra diaria nos llama a vivir una vida que desafía las normas del mundo. Jesús no nos invita a una felicidad superficial, sino a una bienaventuranza profunda que surge del corazón que confía en Dios en todo momento.
¿Qué me dice este texto del Evangelio del día? ¿Cómo aplicaría a mi vida las lecturas de hoy? Escribe en los comentarios tus peticiones de oración que el Evangelio de hoy viernes haya podido suscitar en ti, o todas aquellas cosas que llevas guardadas dentro. Recuerda el mensaje de hoy del Evangelio del día, según San Mateo 5,1-12a: "Alégrense y regocíjense, porque tendrán una gran recompensa en el cielo". Hoy, celebrando la Solemnidad de Todos los Santos, y con el modelo de las Bienaventuranzas, Jesús nos invita a tener un corazón puro, a desear lo bueno y lo verdadero, y a soportar con paciencia las persecuciones por causa de la justicia. Estaremos orando por tus intenciones.
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