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Categoría: Evangelio del día

Evangelio de hoy viernes y Lecturas del día 22/12/23 - Reflexión del Papa Francisco | Escucha el Audio Evangelio del día explicado de Lucas 1,46-56

Proclama mi alma la grandeza del señor.

Santo Evangelio de hoy viernes y reflexión con las Lecturas de hoy 22 de diciembre, 2023. Evangelio del día explicado según San Lucas 1,46-56. Palabra diaria de hoy: "Proclama mi alma la grandeza del Señor y mi espíritu se estremece de gozo en Dios, mi salvador". (Viernes de la Tercera Semana de Adviento). Reflexión del Papa Francisco para el Evangelio de hoy: "El primer acto de caridad que podemos hacer por nuestro prójimo es ofrecerle un rostro sonriente, llevarle la alegría de Jesús, como hizo María con Isabel".

Índice de lecturas.

Santo del día:

Santa Clotilde: Abogada de las esposas que oran por sus esposos
Santa Clotilde fue una reina que, encerrada en un castillo, se dedicó a la oración y a repartir entre los pobres todas las ayudas que lograba conseguir

Palabras a meditar hoy:

Proclama mi alma la grandeza del Señor y mi espíritu se estremece de gozo en Dios, mi salvador. (Cfr. Lucas 1,46-56)

 

Evangelio de hoy (Lucas 1,46-56): Proclama mi alma la grandeza del Señor

Lecturas de hoy viernes.

1 Samuel 1,24-28: "Ana da gracias por el nacimiento de Samuel".

 

En aquellos días, Ana llevó consigo a Samuel, junto con un toro de tres años, una fanega de harina y un odre de vino, y lo presentó en el templo del Señor, en Silo. Después de que el padre del niño hubo sacrificado el novillo, Ana, su madre, se acercó a Elí y le dijo: "¡Perdón, Señor! Señor, yo soy la mujer que estuvo aquí cerca de ti rezando a Yahveh. Recé por este niño, y el Señor me concedió mi petición. Ahora yo, a mi vez, se lo entrego al Señor; mientras viva, estará dedicado al Señor". Dejó allí a Samuel. Palabra de Dios.

Salmo de hoy.

1 Samuel 2: "Mi corazón se alegra en el Señor, mi Salvador".

 

Mi corazón se alegra en el Señor, mi cuerno se exalta en mi Dios. Me he tragado a mis enemigos; me regocijo en mi victoria. /R.

Los arcos de los poderosos son quebrados mientras los tambaleantes se ciñen de fuerza. Los bien alimentados se alquilan por pan, mientras que los hambrientos se alimentan del botín. La mujer estéril tiene siete hijos, mientras que la madre de muchos languidece. /R.

El Señor da muerte y da vida; arroja al mundo inferior, y resucita. El Señor empobrece y enriquece, humilla y enaltece. /R.

Él levanta del polvo al necesitado; del estercolero levanta a los pobres, para sentarlos con los nobles, y hace de su herencia un trono glorioso. /R.

Evangelio de hoy.

Lucas 1,46-56: "Proclama mi alma la grandeza del Señor".

 

En aquel tiempo, María dijo: "Proclama mi alma la grandeza del Señor y mi espíritu se estremece de gozo en Dios, mi salvador, porque ha mirado la humildad de su esclava, por eso desde ahora todas las generaciones me llamarán bienaventurada, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí, su nombre es Santo, y su misericordia alcanza de generación en generación a los que le temen. Desplegó la fuerza de su brazo, dispersó a los soberbios de corazón. Derribó a los poderosos de su trono y elevó a los humildes. Colmó de bienes a los hambrientos y despidió a los ricos con las manos vacías. Socorrió a Israel, su servidor, acordándose de su misericordia, como lo había prometido a nuestros padres, en favor de Abraham y de su descendencia para siempre". María permaneció con Isabel unos tres meses y luego regresó a su casa. Palabra del Señor.

Reflexión Papa Francisco.

En el Evangelio de hoy, la Bienaventurada Virgen María ora diciendo "proclama mi alma la grandeza del Señor y mi espíritu se alegra en Dios, mi Salvador" (Lc 1,46 -47). Fijaos en los verbos de esta oración: magnificar y alegrarse. Dos verbos: "magnífico" y "se alegra"... María se alegra por Dios. Me pregunto si también nosotros nos hemos alegrado por el Señor, nos alegramos por los resultados obtenidos, por alguna buena noticia, pero hoy María nos enseña a alegrarnos en Dios. ¿Por qué? Porque Él Dios hace "grandes cosas" (cf. v. 49)... María nos muestra que, si queremos que nuestra vida sea feliz, debemos poner a Dios en primer lugar, porque solo Él es grande... (Homilía del Papa Francisco sobre el Evangelio de hoy, 19 de diciembre, 2021)

Evangelio del día en video.

Escuchemos la meditación en audio del Evangelio de hoy viernes, según San Lucas 1,46-56: "Proclama mi alma la grandeza del Señor", con el Padre John Montoya.

 

 

Pidamos ayuda al Espíritu Santo, para que nos ayude a meditar la reflexión de las lecturas de hoy viernes.

Frase del Papa.

Las lágrimas de quienes sufren no son estériles. Son una oración silenciosa que se eleva hasta el Cielo y que encuentra siempre sitio bajo el manto de María. Con ella, Dios se hace compañero de camino, lleva con nosotros las cruces para que nuestros dolores no nos aplasten.  (Papa Francisco, 14 de mayo, 2022)

Intenciones del día.

En el Evangelio de hoy viernes, según San Lucas 1,46-56, podemos leer: "Proclama mi alma la grandeza del Señor y mi espíritu se estremece de gozo en Dios, mi salvador". La Palabra diaria nos presenta el Magníficat de María, un cántico de alabanza que expresa su profunda conexión con Dios y su comprensión de la Divina Gracia de Dios sobre su pueblo amado. A través de sus palabras, María nos invita a reflexionar sobre la justicia de Dios, que exalta a los humildes y derriba a los poderosos.

Este pasaje del Evangelio de hoy resalta la importancia de reconocer la acción redentora de Dios en la historia y nos desafía a vivir en conformidad con los principios del Reino, donde la misericordia y la justicia divina transforman nuestras vidas y el mundo que nos rodea. ¿Qué te dice este texto del Evangelio del día? ¿Cómo aplicarías a tu vida las lecturas de hoy? Escribe en los comentarios tus peticiones de oración.

Otros Evangelios del día.

Audio Evangelio: Padre John Montoya

Redacción y edición: Qriswell Quero, PildorasdeFe.net

pildorasdefe qriswell quero firma autorQriswell Quero, Venezolano, esposo y padre de familia, servidor, ingeniero y misionero de la fe. Comprometido con el anuncio del Evangelio. Creyente sólido de que siempre existen nuevos comienzos. Quien a Dios tiene nada lo detiene.

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