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Categoría: Evangelio del día

Evangelio de hoy sábado 1 de julio, 2023. Lecturas de hoy y Reflexión del Papa Francisco (Mateo 8,5-17): Señor, yo no soy digno de que entres en mi casa, una palabra

¡Señor, no soy digno de que entres en mi casa!.

Santo Evangelio de hoy explicado del sábado 1 de julio, 2023 y las Lecturas de hoy. Palabra diaria con el Evangelio del día según San Mateo 8,5-17: "Señor, no soy digno de que entres en mi casa; basta que digas una palabra y mi sirviente quedará sano". (sábado de la semana 12 del tiempo ordinario). Reflexión del Papa Francisco para hoy: "Dialogar con Dios es una gracia: no somos dignos de ella, no tenemos derechos que reclamar... Pero Jesús es la puerta que nos abre a este diálogo con Dios".

 

Celebración del día:

Santa Ester, mujer llena de fe, siendo judía, nació en el exilio. Se convirtió en Reina e intercedió en nombre del pueblo judío para así evitar su aniquilación

 

Palabras a meditar hoy:

Señor, no soy digno de que entres en mi casa; basta que digas una palabra y mi sirviente quedará sano (Cfr. Mateo 8,5-17)

Cita bíblica del Evangelio de hoy (Mateo 8,5-17): Señor, no soy digno de que entres en mi casa

 

Lecturas de hoy sábado.

Primera Lectura para el Evangelio de hoy sábado. Lectura del Libro del Génesis 18,1-15: "El año que viene tu mujer Sara tendrá un hijo".

El Señor se apareció a Abraham junto al encinar de Mamré, mientras él estaba sentado a la entrada de su carpa, a la hora de más calor. Alzando los ojos, divisó a tres hombres que estaban parados cerca de él. Apenas los vio, corrió a su encuentro desde la entrada de la carpa y se inclinó hasta el suelo, diciendo: "Señor mío, si quieres hacerme un favor, te ruego que no pases de largo delante de tu servidor. Yo haré que les traigan un poco de agua. Lávense los pies y descansen a la sombra del árbol. Mientras tanto, iré a buscar un trozo de pan, para que ustedes reparen sus fuerzas antes de seguir adelante. ¡Por algo han pasado junto a su servidor!". Ellos respondieron: "Está bien. Puedes hacer lo que dijiste". Abraham fue rápidamente a la carpa donde estaba Sara y le dijo: "¡Pronto! Toma tres medidas de la mejor harina, amásalas y prepara unas tortas". Después fue corriendo hasta el corral, eligió un ternero tierno y bien cebado, y lo entregó a su sirviente, que de inmediato se puso a prepararlo. Luego tomó cuajada, leche y el ternero ya preparado, y se los sirvió. Mientras comían, él se quedó de pie al lado de ellos, debajo del árbol. Ellos le preguntaron: "¿Dónde está Sara, tu mujer?". "Ahí en la carpa", les respondió. Entonces uno de ellos le dijo: "Volveré a verte sin falta en el año entrante, y para ese entonces Sara habrá tenido un hijo". Mientras tanto, Sara había estado escuchando a la entrada de la carpa, que estaba justo detrás de él. Abraham y Sara eran ancianos de edad avanzada, y los períodos de Sara ya habían cesado. Por eso, ella se rió en su interior, pensando: "Con lo vieja que soy, ¿volveré a experimentar el placer? Además, ¡mi marido es tan viejo!". Pero el Señor dijo a Abraham: "¿Por qué se ha reído Sara, pensando que no podrá dar a luz, siendo tan vieja? ¿Acaso hay algo imposible para el Señor? Cuando yo vuelva a verte para esta época, en el año entrante, Sara habrá tenido un hijo". Ella tuvo miedo, y trató de engañarlo, diciendo: "No, no me he reído". Pero él le respondió: "Sí, te has reído". Palabra de Dios.

 

Salmo de hoy sábado.

Salmo Responsorial para la Santa Misa de hoy, tomado del Libro de Lucas 1,46-50.53-55

 

"El Señor se acordó de su misericordia". (R)

  • Mi alma glorifica al Señor, mi espíritu se alegra en Dios, mi Salvador.

"El Señor se acordó de su misericordia". (R)

  • Mira a su sierva en su nada; en adelante todas las edades me llamarán bienaventurada. El Todopoderoso hace maravillas por mí. Santo sea su nombre.

"El Señor se acordó de su misericordia". (R)

  • Su misericordia es de edad en edad sobre los que le temen. Colma de bienes a los hambrientos, a los ricos los despide vacíos.

"El Señor se acordó de su misericordia". (R)

  • Protege a Israel, su siervo, recordando su misericordia, la misericordia prometida a nuestros padres, a Abraham y a sus hijos para siempre.

"El Señor se acordó de su misericordia". (R)

 

Evangelio de hoy: Mateo 8,5-17.

Evangelio de hoy explicado - Lecturas de hoy sábado para el Santo Evangelio del día: "Señor, no soy digno de que entres en mi casa; basta que digas una palabra y mi sirviente se sanará".

 

En aquel tiempo, cuando Jesús entró en Cafarnaún, se le acercó un centurión, rogándole: "Señor, mi sirviente está en casa enfermo de parálisis y sufre terriblemente". Jesús le dijo: "Yo mismo iré a curarlo". Pero el centurión respondió: "Señor, no soy digno de que entres en mi casa; basta que digas una palabra y mi sirviente quedará sano. Porque cuando yo, que no soy más que un oficial subalterno, digo a uno de los soldados que están a mis órdenes: "Ve", él va, y a otro: "Ven", él viene; y cuando digo a mi sirviente: "Tienes que hacer esto", él lo hace". Al oírlo, Jesús quedó admirado y dijo a los que lo seguían: "Les aseguro que no he encontrado a nadie en Israel que tenga tanta fe. Por eso les digo que muchos vendrán de Oriente y de Occidente, y se sentarán a la mesa con Abraham, Isaac y Jacob, en el Reino de los Cielos; en cambio, los herederos del Reino serán arrojados afuera, a las tinieblas, donde habrá llantos y rechinar de dientes". Y Jesús dijo al centurión: "Ve, y que suceda como has creído". Y el sirviente se curó en ese mismo momento. Cuando Jesús llegó a la casa de Pedro, encontró a la suegra de este en cama con fiebre. Le tocó la mano y se le pasó la fiebre. Ella se levantó y se puso a servirlo. Al atardecer, le llevaron muchos endemoniados, y él, con su palabra, expulsó a los espíritus y curó a todos los que estaban enfermos, para que se cumpliera lo que había sido anunciado por el profeta Isaías: "Él tomó nuestras debilidades y cargó sobre sí nuestras enfermedades". Palabra del Señor.

 

Reflexión del Papa Francisco.

 

No todas las oraciones son iguales, ni todas son convenientes: la propia Biblia da fe del resultado negativo de muchas oraciones, que son rechazadas. Quizá Dios a veces no se contenta con nuestras oraciones y ni siquiera somos conscientes de ello. Dios mira las manos de los que rezan: para hacerlas puras no es necesario lavarlas; si acaso, hay que abstenerse de actos malos... Pero quizá el reconocimiento más conmovedor de la pobreza de nuestra oración salió de los labios del centurión romano que un día suplicó a Jesús que curara a su criado enfermo (cf. Mt 8,5-13). Se sentía totalmente inadecuado: no era judío, era un oficial del odiado ejército de ocupación. Pero su preocupación por su criado le anima, y le dice: "Señor, no soy digno de que entres en mi casa; basta que digas una palabra y mi sirviente quedará sano" (v. 8). Es la frase que repetimos también en cada liturgia eucarística. Dialogar con Dios es una gracia: no somos dignos de ella, no tenemos derechos que reclamar, "cojeamos" con cada palabra y cada pensamiento... Pero Jesús es la puerta que nos abre a este diálogo con Dios... (Homilía del Papa Francisco sobre el Evangelio de hoy)

 

Comentarios al Evangelio de hoy.

 

Escuchemos la meditación en audio del Evangelio de hoy sábado, según San Mateo 8,5-17: "Señor, no soy digno de que entres en mi casa", con Fray Nelson Medina.

 

 

Pidamos ayuda al Espíritu Santo, para que nos ayude a meditar la reflexión del Evangelio de hoy sábado.

 

Intenciones del día.

 

En el Evangelio del día sábado, según San Mateo 8,5-17, podemos leer: "Señor, no soy digno de que entres en mi casa; basta que digas una palabra y mi sirviente quedará sano" ¿Qué te dice este texto a ti? ¿Cómo lo aplicarías a tu vida? Escribe en los comentarios tus peticiones de oración.

Otros Evangelios del día.

Audio Evangelio: Fray Nelson Medina, OP.

Redacción y edición: Qriswell Quero, PildorasdeFe.net

pildorasdefe qriswell quero firma autorQriswell Quero, Venezolano, esposo y padre de familia, servidor, ingeniero y misionero de la fe. Comprometido con el anuncio del Evangelio. Creyente sólido de que siempre existen nuevos comienzos. Quien a Dios tiene nada lo detiene.

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