Evangelio de hoy Domingo, 12 de marzo, 2023. Lecturas de hoy y Reflexión del Papa Francisco (Juan 4,5-42): El agua que yo les daré brotará hasta la vida eterna
El encuentro de Jesús con la Samaritana.
Santo Evangelio de hoy explicado del domingo, 12 de marzo, 2023 y las Lecturas de hoy para reflexionar. Palabra diaria con el Evangelio del día según San Juan 4,5-42: "El que beba de esta agua tendrá nuevamente sed, pero el que beba del agua que yo le daré, nunca más volverá a tener sed". Meditación del Evangelio (domingo de la tercera semana de Cuaresma). Reflexión del Papa Francisco para hoy: "Todo encuentro con Jesús nos cambia la vida, siempre. Es un paso adelante, un paso más cerca de Dios"
Índice de lecturas de hoy.
Celebración del día:
Tercer Domingo de Cuaresma: arrepentimiento. Reconocemos el mal que hemos hecho y el bien que no pudimos hacer. Oración para el tercer Domingo de Cuaresma.
San Luis Orione fue un sacerdote predicador, confesor, organizador de misiones y peregrinaciones. Don Orione fundó la pequeña obra de la Divina Providencia
Antífona de hoy.
Mis ojos están siempre puestos en El Señor, pues él rescata mis pies del lazo. Vuélvete a mí y ten piedad de mí porque estoy solo y pobre (Cfr. Salmo 24,5-16)
Oración colecta.
Oh Dios, autor de toda misericordia y de toda bondad, que en el ayuno, la oración y la limosna nos has mostrado el remedio del pecado, mira benigno esta confesión de nuestra bajeza, para que nosotros, abatidos por nuestra conciencia, seamos siempre levantados por tu misericordia. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
Lecturas de hoy domingo.
Primera Lectura para el Evangelio de hoy domingo. Lectura del Libro del Éxodo 17,3-7: "Golpea la roca y brotará agua de ella".
Atormentado por la sed, el pueblo se quejaba contra Moisés. ¿Por qué nos sacaste de Egipto? ¿Querías que yo muriera de sed, mis hijos y mi ganado? Moisés se dirigió al Señor. ¿Cómo voy a tratar a este pueblo? Un poco más y me apedrearán", dijo el Señor a Moisés. "Toma contigo a algunos de los ancianos de Israel, y ponte al frente del pueblo; toma en tu mano el bastón con el que golpeaste el río, y vete. Yo estaré delante de ti allí, sobre la roca, en Horeb. Golpearás la roca y de ella brotará agua para que beba el pueblo". Así lo hizo Moisés, a la vista de los ancianos de Israel. El lugar recibió los nombres de Masá y Meribá a causa de las murmuraciones de los hijos de Israel y porque pusieron a prueba al Señor diciendo: "¿Está o no está el Señor con nosotros?".
Salmo de hoy domingo.
Salmo Responsorial de las lecturas de la Santa Misa de hoy, tomado del Salmo 95(94),1-2,6-9
"Que hoy escuchéis su voz. No endurezcáis vuestros corazones". (R)
-
Venid, cantad al Señor nuestra alegría; aclamad a la roca que nos salva. Lleguemos ante él, dando gracias, aclamemos al Señor con cánticos.
"Que hoy escuchéis su voz. No endurezcáis vuestros corazones". (R)
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Entrad; inclinémonos y postrémonos; arrodillémonos ante el Dios que nos hizo: porque él es nuestro Dios y nosotros el pueblo que pertenece a sus pastos el rebaño que es conducido por su mano.
"Que hoy escuchéis su voz. No endurezcáis vuestros corazones". (R)
-
¡Oh, que hoy escuchéis su voz! No endurezcáis vuestros corazones como en Meribá, como aquel día en Masá en el desierto, cuando vuestros padres me pusieron a prueba; cuando me pusieron a prueba, aunque vieron mi obra".
"Que hoy escuchéis su voz. No endurezcáis vuestros corazones". (R)
Segunda lectura de hoy.
Segunda lectura para el Evangelio de hoy es tomada de la Carta a los Romanos 5,1-2.5-8: "El amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones".
Por medio de nuestro Señor Jesucristo, por la fe, somos juzgados justos y estamos en paz con Dios, ya que por la fe y por Jesús hemos entrado en este estado de gracia en el que podemos gloriarnos esperando la gloria de Dios. Y esta esperanza no es engañosa, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos ha sido dado. Todavía estábamos indefensos cuando en su momento Cristo murió por los hombres pecadores. No es fácil morir ni siquiera por un hombre bueno -aunque, por supuesto, por alguien realmente digno, un hombre podría estar dispuesto a morir-, pero lo que demuestra que Dios nos ama es que Cristo murió por nosotros cuando aún éramos pecadores.
Aclamación de hoy.
Gloria a ti, Cristo, que eres la Palabra de Dios. El Señor, tú eres realmente el salvador del mundo: dame el agua viva, para que nunca tenga sed. Gloria a ti, Cristo, que eres la Palabra de Dios. (Aclamación del Evangelio de hoy tomado de Juan 4,42.15)
Evangelio de hoy: Juan 4,5-42.
Evangelio de hoy explicado - Lecturas de hoy domingo, para el Santo Evangelio del día: "Jesús y la samaritana: Un manantial de agua que salta hasta la vida eterna".
En aquel tiempo, Jesús llegó a una ciudad de Samaria llamada Sicar, cerca de las tierras que Jacob había dado a su hijo José. Allí se encuentra el pozo de Jacob. Jesús, fatigado del camino, se había sentado junto al pozo. Era la hora del mediodía. Una mujer de Samaria fue a sacar agua, y Jesús le dijo: "Dame de beber". Sus discípulos habían ido a la ciudad a comprar alimentos. La samaritana le respondió: "¡Cómo! ¿Tú, que eres judío, me pides de beber a mí, que soy samaritana?". Los judíos, en efecto, no se trataban con los samaritanos. Jesús le respondió: "Si conocieras el don de Dios y quién es el que te dice: "Dame de beber", tú misma se lo hubieras pedido, y él te habría dado agua viva". "Señor", le dijo ella, "no tienes nada para sacar el agua y el pozo es profundo. ¿De dónde sacas esa agua viva? ¿Eres acaso más grande que nuestro padre Jacob, que nos ha dado este pozo, donde él bebió, lo mismo que sus hijos y sus animales?". Jesús le respondió: "El que beba de esta agua tendrá nuevamente sed, pero el que beba del agua que yo le daré, nunca más volverá a tener sed. El agua que yo le daré se convertirá en él en manantial que brotará hasta la Vida eterna". Señor, le dijo la mujer, dame de esa agua para que no tenga más sed y no necesite venir hasta aquí a sacarla". Jesús le respondió: "Ve, llama a tu marido y vuelve aquí". La mujer respondió: "No tengo marido". Jesús continuó: "Tienes razón al decir que no tienes marido, porque has tenido cinco y el que ahora tienes no es tu marido; en eso has dicho la verdad". La mujer le dijo: "Señor, veo que eres un profeta. Nuestros padres adoraron en esta montaña, y ustedes dicen que es en Jerusalén donde se debe adorar". Jesús le respondió: "Créeme, mujer, llega la hora en que ni en esta montaña ni en Jerusalén se adorará al Padre. Ustedes adoran lo que no conocen; nosotros adoramos lo que conocemos, porque la salvación viene de los judíos. Pero la hora se acerca, y ya ha llegado, en que los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad, porque esos son los adoradores que quiere el Padre. Dios es espíritu, y los que lo adoran deben hacerlo en espíritu y en verdad". La mujer le dijo: "Yo sé que el Mesías, llamado Cristo, debe venir. Cuando él venga, nos anunciará todo". Jesús le respondió: "Soy yo, el que habla contigo". En ese momento llegaron sus discípulos y quedaron sorprendidos al verlo hablar con una mujer. Sin embargo, ninguno le preguntó: "¿Qué quieres de ella?", o "¿Por qué hablas con ella?". La mujer, dejando allí su cántaro, corrió a la ciudad y dijo a la gente: "Vengan a ver a un hombre que me ha dicho todo lo que hice. ¿No será el Mesías?". Salieron entonces de la ciudad y fueron a su encuentro. Mientras tanto, los discípulos le insistían a Jesús, diciendo: "Come, Maestro". Pero él les dijo: "Yo tengo para comer un alimento que ustedes no conocen". Los discípulos se preguntaban entre sí: "¿Alguien le habrá traído de comer?". Jesús les respondió: "Mi comida es hacer la voluntad de aquel que me envió y llevar a cabo su obra. Ustedes dicen que aún faltan cuatro meses para la cosecha. Pero yo les digo: Levanten los ojos y miren los campos: ya están madurando para la siega. Ya el segador recibe su salario y recoge el grano para la Vida eterna; así el que siembra y el que cosecha comparten una misma alegría. Porque en esto se cumple el proverbio: "Uno siembra y otro cosecha". Yo los envié a cosechar adonde ustedes no han trabajado; otros han trabajado, y ustedes recogen el fruto de sus esfuerzos". Muchos samaritanos de esa ciudad habían creído en él por la palabra de la mujer, que atestiguaba: "Me ha dicho todo lo que hice". Por eso, cuando los samaritanos se acercaron a Jesús, le rogaban que se quedara con ellos, y él permaneció allí dos días. Muchos más creyeron en él, a causa de su palabra. Y decían a la mujer: "Ya no creemos por lo que tú has dicho; nosotros mismos lo hemos oído y sabemos que él es verdaderamente el Salvador del mundo". Palabra del Señor.
Reflexión del Papa Francisco.
"Todo encuentro con Jesús nos cambia la vida, siempre. Es un paso adelante, un paso más cerca de Dios". Papa Francisco.
Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días! El Evangelio de hoy nos presenta el encuentro de Jesús con la mujer samaritana, acaecido en Sicar, junto a un antiguo pozo al que la mujer iba cada día a sacar agua. Ese día encontró allí a Jesús, sentado, "fatigado por el viaje" (Jn 4, 6). Y enseguida le dice: "Dame de beber" (v. 7). De este modo supera las barreras de hostilidad que existían entre judíos y samaritanos y rompe los esquemas de prejuicio respecto a las mujeres. La sencilla petición de Jesús es el comienzo de un diálogo franco, mediante el cual Él, con gran delicadeza, entra en el mundo interior de una persona a la cual, según los esquemas sociales, no habría debido ni siquiera dirigirle la palabra. ¡Pero Jesús lo hace! Jesús no tiene miedo. Jesús cuando ve a una persona va adelante porque ama. Nos ama a todos. No se detiene nunca ante una persona por prejuicios. Jesús la pone ante su situación, sin juzgarla, sino haciendo que se sienta considerada, reconocida, y suscitando así en ella el deseo de ir más allá de la rutina cotidiana.
Aquella sed de Jesús no era tanto sed de agua, sino de encontrar un alma endurecida. Jesús tenía necesidad de encontrar a la samaritana para abrirle el corazón: le pide de beber para poner en evidencia la sed que había en ella misma. La mujer queda tocada por este encuentro: dirige a Jesús esos interrogantes profundos que todos tenemos dentro, pero que a menudo ignoramos. También nosotros tenemos muchas preguntas que hacer, ¡pero no encontramos el valor de dirigirlas a Jesús! La Cuaresma, queridos hermanos y hermanas, es el tiempo oportuno para mirarnos dentro, para hacer emerger nuestras necesidades espirituales más auténticas, y pedir la ayuda del Señor en la oración. El ejemplo de la samaritana nos invita a expresarnos así: "Jesús, dame de esa agua que saciará mi sed eternamente".
El Evangelio de hoy dice que los discípulos quedaron maravillados de que su Maestro hablase con esa mujer. Pero el Señor es más grande que los prejuicios, por eso no tuvo temor de detenerse con la samaritana: la misericordia es más grande que el prejuicio. ¡Esto tenemos que aprenderlo bien! La misericordia es más grande que el prejuicio, y Jesús es muy misericordioso, ¡mucho! El resultado de aquel encuentro junto al pozo fue que la mujer quedó transformada: "dejó su cántaro" (v. 28) con el que iba a coger el agua, y corrió a la ciudad a contar su experiencia extraordinaria. "He encontrado a un hombre que me ha dicho todas las cosas que he hecho. ¿Será el Mesías?" ¡Estaba entusiasmada! Había ido a sacar agua del pozo y encontró otra agua, el agua viva de la misericordia, que salta hasta la vida eterna. ¡Encontró el agua que buscaba desde siempre! Corre al pueblo, aquel pueblo que la juzgaba, la condenaba y la rechazaba, y anuncia que ha encontrado al Mesías: uno que le ha cambiado la vida. Porque todo encuentro con Jesús nos cambia la vida, siempre. Es un paso adelante, un paso más cerca de Dios. Y así, cada encuentro con Jesús nos cambia la vida. Siempre, siempre es así.
En este Evangelio hallamos también nosotros el estímulo para dejar nuestro cántaro, símbolo de todo lo que aparentemente es importante, pero que pierde valor ante el amor de Dios. ¡Todos tenemos uno o más de uno! Yo os pregunto a vosotros, también a mí: ¿cuál es tu cántaro interior, ese que te pesa, el que te aleja de Dios? Dejémoslo un poco aparte y con el corazón escuchemos la voz de Jesús, que nos ofrece otra agua, otra agua que nos acerca al Señor. Estamos llamados a redescubrir la importancia y el sentido de nuestra vida cristiana, iniciada en el bautismo y, como la samaritana, a dar testimonio a nuestros hermanos. ¿De qué? De la alegría. Testimoniar la alegría del encuentro con Jesús, porque he dicho que todo encuentro con Jesús nos cambia la vida, y también todo encuentro con Jesús nos llena de alegría, esa alegría que viene de dentro. Así es el Señor. Y contar cuántas cosas maravillosas sabe hacer el Señor en nuestro corazón, cuando tenemos el valor de dejar aparte nuestro cántaro. (Homilía del Evangelio de hoy, 23 de marzo de 2014)
Oración de hoy.
Señor, ven a nuestras vidas cansadas, ven con la fuente de tu divino amor, con el agua viva de tu poder y renueva en nosotros la firmeza de tu Espíritu. Que podamos recobrar nuestra fe y confianza en ti. Solo el manantial de vida de tu amor es capaz de calmar la sed de nuestros miedos, preocupaciones y cargas. Solo Tú tienes el agua viva que da verdadera sanación y que nunca se agota. Acógenos siempre con compasión. Amén (Redacción: Qriswell Quero, servidor católico en Pildorasdefe.net)
Frase de reflexión.
"Jesús nos dice: "Yo soy la Resurrección y la Vida... ¡Tened fe!" En medio del llanto, seguid teniendo fe, incluso cuando parece que la muerte ha vencido. Dejad que la Palabra de Dios traiga de nuevo la vida donde hay muerte". (Papa Francisco, 29 de marzo, 2020)
Reflexión del Evangelio de hoy.
Al meditar las lecturas y el Evangelio del día explicado, escuchemos ahora la meditación en audio del Santo Evangelio de hoy domingo, según San Juan 4,5-42: "El que beba del agua que yo le daré, nunca más volverá a tener sed".
Pidamos ayuda al Espíritu Santo, para que nos ayude a meditar lo que nos ha dicho a cada uno de nosotros, la reflexión del Evangelio de hoy.
Intenciones del día.
Reflexión del Santo Evangelio de hoy domingo, 12 de marzo, 2023, según San Juan 4,5-42: "El que beba de esta agua tendrá nuevamente sed, pero el que beba del agua que yo le daré, nunca más volverá a tener sed". La oración del día nos ayuda con la meditación. ¿Qué pudiste reflexionar con el Evangelio del día? Escribe en los comentarios tus peticiones de oración.
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