Evangelio de hoy Domingo, 1 de Mayo, 2022. Lecturas de hoy - Oración del día - Reflexión del Papa Francisco. Juan 21,1-19. Evangelio del día Explicado
Simón, hijo de Juan, ¿me amas?.
Santo Evangelio de hoy explicado del Domingo 1 de Mayo, 2022 y las Lecturas de hoy para reflexionar. Palabra diaria y reflexión sobre el Evangelio del día, en Juan 21,1-19: "Después de comer, Jesús dijo a Simón Pedro: Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que estos?". Meditación de la Palabra del Santo Evangelio de hoy por el Papa Francisco. "Solo Cristo puede hacernos llegar su Gracia para levantarnos cuando nos sentimos caídos". Se propone las lecturas de hoy con la oración del día para tu vida en el Tercer Domingo de Pascua, para el Evangelio de hoy explicado. Palabra diaria para crecer con Dios. "El Señor nos ama: esta es la fuente de nuestra fuerza y se nos pide que lo reafirmemos cada día.", Papa Francisco.
Índice de las lecturas de hoy.
Celebraciones del día:
San José Obrero, Patrono de los Trabajadores.
Antífona de las lecturas de hoy.
"Gritad con alegría a Dios, toda la tierra; Cantad a la gloria de su nombre. Alabadle con gloria, aleluya". (Cfr. Sal 65,1-2)
Oración.
Que tu pueblo exulte por siempre, oh Dios, en una renovada juventud de espíritu, para que, regocijándose ahora en la gloria restaurada de nuestra adopción, podamos mirar hacia adelante, con confiada esperanza, el regocijo del día de la resurrección. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
Lecturas de hoy Domingo.
Primera Lectura para el Evangelio de hoy en el Domingo de la Tercera Semana de Pascua. Lectura del Libro de los Hechos 5,27-32,40b-41: "Somos testigos de estas palabras, como lo es el Espíritu Santo".
Cuando el capitán y los oficiales de la corte trajeron a los apóstoles y los hicieron comparecer ante el Sanedrín, el sumo sacerdote los interrogó: "¿No os dimos órdenes estrictas de dejar de enseñar en ese nombre? Sin embargo, habéis llenado Jerusalén con vuestra enseñanza y queréis traer la sangre de este hombre sobre nosotros". Pero Pedro y los apóstoles respondieron: "Debemos obedecer a Dios antes que a los hombres. El Dios de nuestros antepasados resucitó a Jesús, aunque vosotros lo hicisteis matar colgándolo en un madero. Dios lo exaltó a su derecha como líder y salvador para conceder a Israel el arrepentimiento y el perdón de los pecados. Nosotros somos testigos de estas cosas, así como el Espíritu Santo que Dios ha dado a los que le obedecen." El Sanedrín ordenó a los apóstoles que dejaran de hablar en nombre de Jesús y los despidió. Así que salieron de la presencia del Sanedrín, regocijándose de haber sido encontrados dignos de sufrir la deshonra por causa del nombre.
Salmo de hoy Domingo.
Salmo Responsorial de las lecturas de hoy tomado del Libro de los Salmos 30(29),2.4.5-6.11-12.13: "Te alabaré, Señor, porque me has rescatado". (R).
- Te exaltaré, Señor, porque me sacaste de apuros y no dejaste que mis enemigos se alegraran de mí. El Señor, tú me sacaste de los infiernos; me preservaste de entre los que descienden a la fosa. (R).
- Cantad al Señor, vosotros sus fieles, y dad gracias a su santo nombre. Porque su cólera no dura más que un momento; toda la vida, su buena voluntad. Al anochecer entra el llanto, pero con el alba, el regocijo. (R).
- Escucha, oh Señor, y ten piedad de mí; El Señor, sé mi ayudante. Cambiaste mi luto en danza; El Señor, mi Dios, por siempre te daré gracias. (R).
Segunda Lectura de hoy.
La segunda lectura para el Evangelio de hoy es tomada de Apocalipsis 5,11-14: "Digno es el Cordero que fue inmolado de recibir poder y riquezas".
Yo, Juan, miré y oí las voces de muchos ángeles que rodeaban el trono y los seres vivos y los ancianos. Eran innumerables, y gritaban a gran voz: "Digno es el Cordero que fue inmolado de recibir poder y riquezas, sabiduría y fuerza, honor y gloria y bendición." Entonces oí a toda criatura en el cielo y en la tierra y debajo de la tierra y en el mar, todo en el universo, gritar: "Al que está sentado en el trono y al Cordero sea la bendición y el honor, la gloria y el poder por los siglos de los siglos". Los cuatro seres vivos respondieron: "Amén", y los ancianos se postraron y adoraron.
Aclamación del Evangelio de hoy.
"Aleluya, aleluya. Cristo ha resucitado, creador de todo; se ha apiadado de todos los hombres. Aleluya, aleluya". (Aclamación de las Lecturas de hoy tomada de Lucas 24,32)
Evangelio de hoy - Juan 21,1-19.
Evangelio de hoy explicado - Lecturas de hoy Domingo, para el Santo Evangelio del día (Jesús se acercó, tomó el pan y se lo dio, y de la misma manera el pescado) En aquel tiempo, Jesús se apareció otra vez a los discípulos a orillas del mar de Tiberíades. Sucedió así: estaban juntos Simón Pedro, Tomás, llamado el Mellizo, Natanael, el de Caná de Galilea, los hijos de Zebedeo y otros dos discípulos. Simón Pedro les dijo: "Voy a pescar". Ellos le respondieron: "Vamos también nosotros". Salieron y subieron a la barca. Pero esa noche no pescaron nada. Al amanecer, Jesús estaba en la orilla, aunque los discípulos no sabían que era él. Jesús les dijo: "Muchachos, ¿tienen algo para comer?". Ellos respondieron: "No". Él les dijo: "Tiren la red a la derecha de la barca y encontrarán". Ellos la tiraron y se llenó tanto de peces que no podían arrastrarla. El discípulo al que Jesús amaba dijo a Pedro: "¡Es el Señor!". Cuando Simón Pedro oyó que era el Señor, se ciñó la túnica, que era lo único que llevaba puesto, y se tiró al agua. Los otros discípulos fueron en la barca, arrastrando la red con los peces, porque estaban solo a unos cien metros de la orilla. Al bajar a tierra vieron que había fuego preparado, un pescado sobre las brasas y pan. Jesús les dijo: "Traigan algunos de los pescados que acaban de sacar". Simón Pedro subió a la barca y sacó la red a tierra, llena de peces grandes: eran ciento cincuenta y tres y, a pesar de ser tantos, la red no se rompió. Jesús les dijo: "Vengan a comer". Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle: "¿Quién eres?", porque sabían que era el Señor. Jesús se acercó, tomó el pan y se lo dio, e hizo lo mismo con el pescado. Esta fue la tercera vez que Jesús resucitado se apareció a sus discípulos. Después de comer, Jesús dijo a Simón Pedro: "Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que estos?". Él le respondió: "Sí, Señor, tú sabes que te quiero". Jesús le dijo: "Apacienta mis corderos". Le volvió a decir por segunda vez: "Simón, hijo de Juan, ¿me amas?". Él le respondió: "Sí, Señor, sabes que te quiero". Jesús le dijo: "Apacienta mis ovejas". Le preguntó por tercera vez: "Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?". Pedro se entristeció de que por tercera vez le preguntara si lo quería, y le dijo: "Señor, tú lo sabes todo; sabes que te quiero". Jesús le dijo: "Apacienta mis ovejas. Te aseguro que cuando eras joven, tú mismo te vestías e ibas a donde querías. Pero cuando seas viejo, extenderás tus brazos, y otro te atará y te llevará a donde no quieras". De esta manera, indicaba con qué muerte Pedro debía glorificar a Dios. Y después de hablar así, le dijo: "Sígueme". Palabra del Señor.
Reflexión del Evangelio de hoy por Papa Francisco.
"El Señor nos ama: esta es la fuente de nuestra fuerza y se nos pide que lo reafirmemos cada día.". Papa Francisco.
Queridos hermanos y hermanas, ¡Cristo ha resucitado! Es maravilloso ver cómo con estas palabras los cristianos de vuestro país se saludan en la alegría del Señor resucitado durante el tiempo de Pascua.
Todo el episodio que acabamos de escuchar, extraído de las últimas páginas de los Evangelios, nos ayuda a sumergirnos en esta alegría que El Señor nos pide difundir. Lo hace recordándonos tres cosas sorprendentes que forman parte de nuestra vida de discípulos: Dios llama, Dios sorprende, Dios ama.
Dios llama.
(...) Después de todo lo que le había ocurrido, después de la experiencia de ver morir al Maestro y de oír la noticia de su resurrección, Pedro vuelve a su vida anterior. Dice a los demás discípulos: "Me voy a pescar". Y ellos le siguen: "Iremos contigo" (Jn 21,3). Parecen dar un paso atrás; Pedro recoge las redes que había dejado para Jesús. El peso del sufrimiento, de la decepción y de la traición se había convertido en una piedra que bloqueaba el corazón de los discípulos. Seguían cargando con el dolor y la culpa, y la buena noticia de la resurrección no había echado raíces en sus corazones.
El Señor sabe la fuerte tentación que supone para nosotros volver a las andadas. En la Biblia, las redes de Pedro, al igual que las ollas de carne de Egipto, son un símbolo de la tentadora nostalgia del pasado, de querer recuperar lo que habíamos decidido dejar atrás.
Ante el fracaso, el dolor o incluso el hecho de que a veces las cosas no salgan como queremos, siempre surge la sutil y peligrosa tentación de desanimarse y abandonar. Se trata de la psicología de la tumba que lo tiñe todo de abatimiento y nos lleva a entregarnos a un sentimiento tranquilizador de autocompasión que, como una polilla, carcome toda nuestra esperanza. Entonces empieza a aparecer lo peor que le puede pasar a cualquier comunidad: el sombrío pragmatismo de una vida en la que todo parece transcurrir con normalidad, mientras que en realidad la fe se desgasta y degenera en estrechez de miras (cf. Evangelii Gaudium, 83).
Pero fue en el mismo momento del fracaso de Pedro cuando Jesús aparece, vuelve a empezar, se acerca pacientemente a él y le llama "Simón" (v. 15), el nombre que recibió Pedro cuando fue llamado por primera vez. El Señor no espera situaciones o estados de ánimo perfectos: los crea. No espera encontrar personas sin problemas, sin decepciones, sin pecados ni limitaciones. Él mismo se enfrentó al pecado y a la decepción para animar a todos los hombres y mujeres a perseverar.
Hermanos y hermanas, el Señor no se cansa de llamarnos. La suya es la fuerza de un Amor que desborda toda expectativa y está siempre dispuesto a comenzar de nuevo. En Jesús, Dios nos ofrece siempre otra oportunidad. Nos llama día a día para que profundicemos en nuestro amor por él y nos dejemos reanimar por su eterna novedad. Cada mañana, viene a buscarnos allí donde estamos. Nos convoca "a levantarnos ante su palabra, a mirar hacia arriba y a darnos cuenta de que hemos sido hechos para el cielo, no para la tierra, para las alturas de la vida y no para las profundidades de la muerte", y a dejar de buscar "a los vivos entre los muertos" (Homilía en la Vigilia Pascual, 20 de abril de 2019). Cuando lo acogemos, nos elevamos más y somos capaces de abrazar un futuro más luminoso, no como una posibilidad, sino como una realidad. Cuando la llamada de Jesús dirige nuestra vida, nuestro corazón se rejuvenece.
Dios sorprende.
El Señor de las sorpresas. Nos invita no sólo a sorprendernos, sino también a hacer cosas sorprendentes. El Señor llama a los discípulos y, al verlos con las redes vacías, les dice que hagan algo extraño: pescar de día, algo fuera de lo común en aquel lago. Reaviva su confianza instándoles una vez más a arriesgarse, a no renunciar a nada ni a nadie. El Señor de las sorpresas, que rompe las barreras paralizantes, llenándonos del valor necesario para superar el recelo, la desconfianza y el miedo que tantas veces se esconden tras la mentalidad que dice: "Siempre hemos hecho las cosas así".
Dios nos sorprende cada vez que nos llama y nos pide que nos lancemos al mar de la historia no sólo con nuestras redes, sino con nuestro propio ser. Que miremos nuestra vida y la de los demás como él lo hace, porque "en el pecado, ve hijos e hijas que restaurar; en la muerte, hermanos y hermanas que renacer; en la desolación, corazones que revivir. No temas, pues: El Señor ama tu vida, incluso cuando tienes miedo de mirarla y tomarla en tus manos" (ibíd.).
Dios ama.
Ahora podemos pasar a la tercera cosa sorprendente: Dios llama y Dios sorprende, porque Dios ama. El amor es su lenguaje. Por eso le pide a Pedro, y a nosotros, que aprendamos ese lenguaje. Le pregunta a Pedro: "¿Me amas?" Y Pedro dice que sí; después de pasar tanto tiempo con Jesús, ahora entiende que amar significa dejar de ponerse en el centro. Ahora hace de Jesús, y no de sí mismo, el punto de partida: "Tú lo sabes todo" (Jn 21,18), dice. Pedro reconoce su debilidad, se da cuenta de que no puede progresar solo. Y se apoya en el Señor y en la fuerza de su amor, hasta el final.
El Señor nos ama: esta es la fuente de nuestra fuerza y se nos pide que lo reafirmemos cada día. Ser cristiano es una invitación a darse cuenta de que el amor de Dios es más grande que todos nuestros defectos y pecados. Una de nuestras grandes decepciones y dificultades hoy en día no proviene de saber que Dios es amor, sino de que nuestra forma de anunciarlo y dar testimonio de él es tal que, para muchas personas, éste no es su nombre. Dios es amor, un amor que se regala, que llama y sorprende.
Aquí vemos el milagro de Dios, que hace de nuestra vida una obra de arte, si nos dejamos llevar por su amor. Muchos de los testigos de la Pascua en esta tierra bendita crearon magníficas obras de arte, inspiradas por una fe sencilla y un gran amor. Ofreciendo sus vidas, se convirtieron en signos vivos del Señor, superando la apatía con valentía y ofreciendo una respuesta cristiana a las preocupaciones que encontraban (cf. Christus Vivit, 174). Hoy estamos llamados a levantar la mirada y reconocer lo que el Señor ha hecho en el pasado, y a caminar con Él hacia el futuro, sabiendo que, tanto si tenemos éxito como si fracasamos, Él siempre estará ahí para seguir diciéndonos que echemos las redes. (Homilía del Evangelio de hoy. Santa Misa en Bulgaria. 5 de Mayo, 2019)
Oración de hoy Domingo para el Evangelio de hoy.
Reza con nosotros la oración de hoy Domingo 1 de Mayo, 2022, por los enfermos, por el fin de la pandemia y por todas tus intenciones. Oración de Calma del día Domingo por eso que necesitamos. Meditemos con las palabras del Evangelio: "Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que estos?".
Propósito del Evangelio de hoy.
En este día de los trabajadores, oremos por todas las personas que tienen un trabajo, para que Dios les conceda el puesto que deben tener y llevar el pan de cada día a su hogar.
Oración Para Conseguir Trabajo.
Frase de reflexión.
"Cuando llevamos la paz a un cuerpo herido o a un espíritu afligido, cuando dedicamos un poco de tiempo a escuchar, acompañar y consolar, encontramos a Jesús, que desde los ojos de quien sufre las pruebas de la vida nos mira con misericordia y nos repite: ¡Paz a vosotros!". Papa Francisco.
Video reflexión del Evangelio de hoy explicado.
Al meditar las lecturas de hoy Domingo y después de haber leído el texto de Evangelio del día explicado, escucha ahora la reflexión correspondiente a las lecturas de hoy. Meditación en audio del Santo Evangelio de hoy según San Juan 21,1-19: "Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que estos?". Palabra diaria comentada para la vida. Reflexión de las lecturas y el Evangelio de hoy explicado para tu vida.
Pide ayuda al Espíritu Santo antes de comenzar a escuchar la reflexión de las lecturas del día para el Evangelio de hoy Domingo.
Intenciones del Evangelio de hoy.
Centremos nuestra vida en la Palabra de Dios. Al meditarlas lecturas de hoy Domingo con el Santo Evangelio del día en Juan 21,1-19: "Después de comer, Jesús dijo a Simón Pedro: Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que estos?". Profundicemos en nuestra relación personal con Dios. La oración del día expresa una petición de transformación en el Evangelio de hoy. "Jesús quiere que todos nuestros miedos sean doblegados y hacernos entender que solo con Él, esto es posible". Con la lectura de hoy Domingo, pidamos por esas intenciones que quieres expresar. Escribe en los comentarios tus peticiones a través de las lecturas de hoy y su Palabra diaria en el Evangelio de hoy explicado para el día Domingo 1 de Mayo, 2022. Paz y bien a tu vida.
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