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Categoría: Evangelio dominical

No debemos permitir que las tormentas y tempestades de la vida, nos roben nuestra confianza, la esperanza, ni la fe que tenemos en Jesús

En las tempestades de la vida, ten fe y confía en Jesús.

El Evangelio de san Mateo, nos trae una particular hazaña que debe agudizar  nuestros sentidos en cuanto a la confianza y la fe se refiere. Por mucho que camines en tempestades, tormentas y situaciones conflictivas, nuestro norte es Jesús. Él es nuestra esperanza y jamás debemos permitir que los miedos se apoderen de nuestro corazón.

"En aquel tiempo, inmediatamente después de la multiplicación de los panes, Jesús hizo que sus discípulos subieran a la barca y los dirigieran a la otra orilla, mientras él despedía a la gente. Después de despedirla, subió el monte a solas para orar. Llegada la noche, estaba él solo allí. Entretanto, la barca iba ya muy lejos de la costa y las olas la sacudían, porque el viento era contrario. A la madrugada, Jesús fue hacia ellos, caminando sobre el agua. Los discípulos, al verlo andar sobre el agua, se espantaron y decían: "¡Es un fantasma!" Y daban gritos de terror. Pero Jesús les dijo enseguida: "Tranquilícense y no teman. Soy yo". Entonces le dijo Pedro: "Señor, si eres tú, mándame ir a ti caminando sobre el agua". Jesús le contestó: "Ven", Pedro bajó de la barca y comenzó a caminar sobre el agua hacia Jesús; pero al sentir la fuerza del viento, le entró miedo, comenzó a hundirse y gritó: "¡Sálvame, Señor!" Inmediatamente Jesús le tendió la mano, lo sostuvo y le dijo: "Hombre de poca fe, ¿Por qué dudaste?" En cuanto subieron a la barca, el viento se calmó. Los que estaban en la barca se postraron ante Jesús, diciendo: verdaderamente tú eres el Hijo de Dios". Palabra del señor. (Mateo 14,22-33)

1. ¿Se puede caminar sobre el mar?

Cuenta un chiste de tierra Santa que, a los peregrinos a que visitan estos lugares, les encanta dar un paseo por el Mar de Galilea, el mar sobre el cual Jesús caminó. Un turista quería darse ese paseo, y el de la barca le dijo que el precio era 50 dólares. "¡Cincuenta dólares!", exclamó el turista. "Ahora me explico por qué Jesús fue caminando."

Así es, Jesús fue caminando, pero no precisamente por el costo del paseo. Este hecho histórico ocurrió inmediatamente después de la multiplicación de los panes (Mateo 14,13-21), Jesús mete a sus discípulos en la barca a toda prisa para que vayan a la otra ribera, mientras él despedía a la gente y se enteró en el monte. Dice el texto paralelo en Juan: "Dándose cuenta Jesús de que intentaban venir a tomarle por la fuerza para hacerle rey, huyó de nuevo al monte él solo" (Juan 6,15).

La gente, al ver la multiplicación de los panes, se dijo: "¡Por fin tenemos un Mesías poderoso que será nuestro rey y nos librará del yugo opresor!."

Y lo quieren proclamar rey. Pero esta no era la intención de Jesús al multiplicar los panes. El milagro no tenía un motivo político. Lo hizo para mostrar que el Reino del amor, del servicio, de la fraternidad y del compartir estaban ya aquí con Él. Además, Herodes ya se había fijado en Jesús de forma poco amigable (14:1-12).

Si ahora, la multitud habla de hacerlo rey, Herodes se pondría aún más celoso. Por eso hace que sus discípulos se vayan en seguida a la otra orilla, para que no caigan en la misma tentación de proclamarlo rey. 

Y al quedarse "apartado" y "solo", se va al monte a orar. Allí estuvo orando desde el atardecer hasta la madrugada. Jesús recurre a la oración en los momentos difíciles. Quería aprender del Padre lo que debía hacer y decir en aquel momento. Acude a su Padre para conservar su auténtica identidad de Hijo y reforzar su proyecto, que es el del Padre, muy distinto al de las pretensiones humanas.

¿Un fantasma sobre el mar?

  • Mal. La barca era sacudida por grandes olas, porque además el viento era contrario.
  • La barca ya estaba lejos, a unos seis kilómetros de la costa, casi en medio del mar.
  • Los discípulos comienzan a sentirse impotentes, y temen un naufragio inminente.

Pero Jesús viene como en su rescate caminando sobre el mar poco antes de la madrugada.

Cuando los discípulos ven a Jesús sobre las olas en medio del mar, sienten miedo de Él. Pocos días antes Herodes había decapitado al Bautista. Al ver ahora a Jesús caminando sobre el mar, piensan que es un fantasma, el espíritu del asesinado: "¿Será que Herodes asesinó a Jesús, como a Juan el Bautista?." Pero Jesús les grita: "¡No tengan miedo! ¡Soy yo!" 

La frase "soy yo" es el nombre de Dios (Éxodo 3:14). Es la identidad de Jesús, como Hijo de Dios (4:3, 6; 8:29; 14:33; 26:63; 27:40, 54), Emmanuel, Dios con nosotros (1:23). Al oír esto, Pedro salta de alegría, reconoce a Jesús y le grita:

  • - "Señor, si eres tú, mándame ir hacia ti andando sobre el agua".
  • Y Jesús le consiente: - Ven.

Pedro baja de la barca inmediatamente, y echa a andar sobre el agua hacia Jesús. Pero, al sentir la fuerza del viento, le entra miedo, empieza a hundirse y grita:

  • "¡Señor, sálvame!" (Son palabras del salmo 69,2 ss.)

En seguida Jesús extendió la mano, lo agarró y le dijo:

  • ¡Qué poca fe! ¿Por qué has dudado?

Y Jesús lo asió de la mano. Es el fortalecimiento y seguridad de Jesús.

La presencia salvadora de Dios no consiste en que no haya tempestades, sino en que Dios se hace presente en medio de ellas. Jesús y Pedro suben juntos a la barca y la tempestad se calma. Jesús hace que el viento amaine. Y los discípulos le confiesan: "Verdaderamente Tú eres el Hijo de Dios".

¿Cuál es el significado de la tempestad?

En las películas, cuando se acerca una tragedia, ponen la escena de noche y en medio de una tormenta de lluvia y truenos. En la Biblia la lluvia, la tempestad y la noche son también símbolos de inseguridad, angustia y muerte. Así aparece en los salmos (cf. Sal 18,16ss; 32,6; etc). Las aguas son el símbolo de la furia, de las fuerzas del mal, de la sed de venganza y pasión.

En la literatura bíblica, el mar frecuentemente es representado como el lugar donde habitan las fuerzas demoníacas y hostiles a Dios. Tener dominio sobre el mar es prerrogativa de Dios.  

Mateo había identificado a Jesús antes como Emmanuel, Dios con nosotros (1:23), y ahora lo presenta como algo sobrenatural, sugiriendo que Jesús de alguna manera es Dios. Cuando todos los medios humanos fracasan, es cuando acudimos con fe a Dios, y muchas veces nos ayuda en esos momentos críticos de forma casi milagrosa.

¿Qué aprendemos de las tempestades?

  1. La barca parece representar a la iglesia, golpeada por las tentaciones, pruebas y persecuciones. Es uno de los símbolos más antiguos de la Iglesia. Jesús aparece como el defensor de la Iglesia, que salva a los que claman a Él en fe. Este pasaje nos da mucho consuelo.

  2. Aquí se ve la importancia de la fe. Mientras Pedro se fía de Jesús, camina sobre el agua. Pero se hunde en el momento que duda, cuando tiene miedo y ya no se fía de Jesús.

  3. Jesús está presente en medio de la tormenta. Esto nos da seguridad: "¡Confíen, soy yo, no tengan miedo!"

  4. Todos estamos llamados a caminar al encuentro de Jesús.

Por muy duro que sea la tempestad, por muy agitadas que sean las olas a causa de la tormenta, no dejemos de confiar. Nuestra fe y confianza en Jesús no debe ser disminuida por situaciones temporales. Dios es más poderoso que cualquier cosa que quiera hacernos sentir miedo y descontrol. Confía en su amor y ten esperanza.

Redacción y edición: Padre José Martínez de Toda, S.J., PildorasdeFe.net

pildorasdefe padre jose todaPadre José Martínez de Toda, S.J., Coordinador del Sector Comunicación de la CPAL (Conferencia de Provinciales Jesuitas de América Latina) Venezuela

Contenido publicado originalmente en Píldoras de fe, bajo el Link: https://www.pildorasdefe.net/liturgia/Al-sentir-la-fuerza-del-viento-le-entro-miedo-comenzo-a-hundirse-y-grito-Salvame-Senor - Puede copiar esta información en su Blog citando siempre la referencia a esta fuente consultada. Para compartir en sus redes sociales, utilice los botones compartir. Conozca términos legales - Pildorasdefe.net
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