Uno de los milagros más famosos de San Antonio de Padua, es el milagro de la predicación a los peces. San Antonio hizo saltar a los peces del agua
San Antonio de Padua y el milagro de los peces.
San Antonio de Padua, nació en Portugal hace más de 800 años, es muy conocido por todos los católicos como el buscador de cosas perdidas. Fue el segundo santo canonizado más rápido de la historia. Es también uno de los santos más influyentes de la Iglesia, reconocido en todo el mundo por sus milagros y su predicación. Se le llama también el Santo de todo el mundo porque es muy querido en todas las naciones.
¿Quién es San Antonio?
San Antonio de Padua, fue declarado Doctor de la Iglesia, debido a sus importantes contribuciones a la enseñanza de la Iglesia. San Antonio llegó a ser profesor universitario y pasó años aprendiendo teología y latín. Fue especialmente conocido por su elocuente don de predicación del Evangelio.
Debido a su extenso conocimiento de la Biblia, San Antonio enseñó y predicó en su Portugal natal y más tarde en su nuevo hogar de Italia, donde murió. Fue su habilidad para predicar y su conocimiento de las Escrituras lo que hizo a San Antonio particularmente efectivo en hablar con los no cristianos.
Grandes milagros de San Antonio de Padua.
Más allá de su educación y sus habilidades para predicar, San Antonio es conocido como uno de los grandes hacedores de milagros, curando a los enfermos, resucitando a los muertos. Incluso, San Antonio es conocido por el milagro de la mula que adoró al Santísimo Sacramento. Este milagro lo puedes conocer a continuación.
Pero uno de los milagros más famosos e increíble de San Antonio de Padua involucra la predicación a un grupo de peces. Esta historia la puedes conocer en seguida.
San Antonio y el milagro de los peces.
La historia dice que un día, San Antonio fue a la ciudad de Rimini, Italia, en donde había muchos herejes. San Antonio comenzó a predicar en las calles y plazas, pero no quisieron escucharle, e incluso se burlaron de él.
En un gesto dramático, San Antonio fue a la orilla del mar, diciendo: "Porque te muestras indigno de la palabra de Dios, he aquí que me vuelvo a los peces para que tu incredulidad se muestre más claramente".
Mientras hablaba del cuidado de Dios por esas criaturas que viven en las aguas, un cardumen de peces nadó cerca de la orilla, en parte empujándose fuera del agua y pareciendo escuchar atentamente a la predicación de San Antonio.
Al final de su sermón, el San Antonio de Padua los bendijo y fue allí donde ese cardumen de peces se alejaron nadando. Mientras tanto, la impresión que causaron en las personas del pueblo que estaban presenciando tan maravilloso prodigio, fue tan profunda que muchos se apresuraron a volver a la ciudad implorando a sus amigos que vinieran a ver el milagro, mientras que otros rompieron a llorar pidiendo perdón y volviendo sus corazones a Dios.
Poco después, una gran multitud se reunió alrededor del Santo, quien les dijo que tenían que volver a Dios. Así que a través de este sermón, la ciudad de Rimini fue purgada de la herejía.
San Antonio sigue obrando hoy.
Con este milagro, San Antonio de Padua se dirige, en cierto sentido, a todos nosotros en el mundo de hoy. Él, hoy, nos pregunta a cada uno de nosotros: "¿Eres tú un cristiano de verdad?".
Una de las cosas más importantes que hay que entender sobre el cristianismo es que no es principalmente una filosofía, o un sistema de ética, o una ideología religiosa. El cristianismo es una auténtica relación personal con Jesús. Ser cristiano es conocer a Cristo como nuestro amigo.
Jesús está a la puerta y está llamando. Está esperando una respuesta. Quiere entrar y ser parte de nuestras vidas ¿Hemos abierto la puerta o seguimos esperando? Que San Antonio de Padua, a través de este milagro de los peces, abra también nuestros corazones para escuchar el amor que Dios quiere transmitirnos a través de su Palabra.