Dios nunca se cansa de hacer cosas nuevas en nuestras vidas. Él sigue reedificando, haciendo su obra, sigue renovando, restaurando, recreándolo todo
Dios continúa obrando, renovando, restaurando y sanando.
Hay grandes cosas que el Señor hace por nosotros cada día y las cuales a veces pasan desapercibidas. Él siempre interviene de formas sutiles, ni nos damos cuenta, porque ese es su estilo, en lo simple, no en lo espectacular o grotesco. Imagínate esto, Si Él pudo resucitar a personas muertas en su tiempo, devolver la vista a los ciegos, el oído a los sordos, la voz a los mudos, la salud a los enfermos, ¿no crees que Él puede crear algo nuevo, hermoso e inesperado en nuestra vida en este momento?
El Apóstol San Pablo nos dice que "somos una creación completamente nueva en Cristo" (Cfr. 2 Co 5,17) Y esa es una de las obras de Dios que el Espíritu continúa haciendo en nuestros tiempos.
Hoy, tan solo quiero que recordemos que Dios sigue haciendo su obra, sigue renovando, restaurando, recreando nuestras vidas cuando decidimos entregarnos en sus manos preciosas de Alfarero.
Te confieso algo, yo sigo librando batallas internas contra algunas heridas de mi infancia que marcaron muchas de mis actitudes, y las cuales sigo trabajando en el Espíritu para poder sanar. Pero me confío a Cristo, y mientras más me entrego a Él siento que cada día una herida cicatriza y sana. Cada día él me va renovando, y yo se lo estoy permitiendo.
No sé qué batallas personales puedan tener cada uno de ustedes, y estoy seguro de que algunas puedan estar sacudiendo sus pensamientos con fuerza hasta al punto de debilitarse. Pero, de algo que podemos estar seguros es de que, Jesús no nos fallará, no nos deja solos. Él quiere hacer una recreación completa en nosotros si somos capaces de abrirnos a TODA su Verdad y vivir de acuerdo a esa Palabra preciosa que nos ha dejado. Nuestra confianza viene de Jesús, nuestra Esperanza está en ese Corazón desbordado de amor por nosotros, no viene de las supuestas "seguridades del mundo" o de nuestro intelecto o nuestras emociones que van y vienen.
Vamos a arrojarnos libre y abiertamente a esos brazos consoladores del Padre que siempre están abiertos esperando por nuestro regreso pleno ¡Es algo de lo que nunca nos arrepentiremos!
Me gustaría que me contaras ¿cuál ha sido esa fosa de la que el Señor te ha librado? ¿En qué situación te encuentras en la cual él está trabajando? ¿Crees que Dios sigue renovando, sanando y recreando tu situación de vida? Déjalo en los comentarios, estaré atento para que juntos podamos orar por todo eso por lo que día a día luchamos para ser mejores en Cristo.