Reza la Oración de San Juan Pablo II por la paz y por la vida para que busquemos hacer la voluntad de Dios con verdadera pureza de corazón
La vida de un santo es aquella en la que el Evangelio se le ilumina en su rostro y en sus acciones. De esta manera, la Iglesia ha recibido un regalo precioso en San Juan Pablo II. A través de su vida de fe y oración, enseñó al mundo la radiación de la paternidad del amor de Dios en la humanidad, o lo que San Pablo llama "la novedad de la vida en Cristo" (Cf. Rom. 6,4).
"Abrid de par en par las puertas a Cristo", exhortó Juan Pablo II durante la homilía de la misa en la que se instaló como Papa en 1978 y que se quedaron grabadas para la historia en las mentes y corazones de las personas.
En sus 27 años de ministerio papal, San Juan Pablo II escribió 14 encíclicas y 5 libros, canonizó a 482 santos y beatificó a 1.338 personas. En los últimos años de su vida, sufrió la enfermedad de Parkinson y se vio obligado a reducir algunas de sus actividades. Hasta el último segundo de su vida recibió la comunión de Rodillas y en la Boca. Su vida de oración sin duda alguna fue el respiro del aliento de Dios.
En una entrevista con Vatican News, el Cardenal Stanisław Dziwisz, secretario personal del Papa San Juan Pablo II y Arzobispo Emérito de Cracovia, Polonia, habla sobre la vida de fe y de oración de este Santo de nuestros tiempos.
San Juan Pablo II: hombre de oración.
El secreto de su persona es la profundidad de su vida espiritual. Siempre rezó, aprendió el valor de la oración de niño y este aspecto se profundizó después.
No debemos olvidar su extraordinaria personalidad. San Juan Pablo II trató a todos con gran respeto y amor, incluso si eran pobres, débiles o enfermos.
En una oportunidad, durante su visita a San Francisco en los Estados Unidos, El Santo tuvo un encuentro con un niño enfermo de SIDA. San Juan Pablo II tomó las manos del niño con ternura, las besó, las bendijo y luego devolvió el niño a su familia. Este gesto era realmente más importante que un sermón, especialmente en ese momento.
San Juan Pablo II creó la atmósfera de una familia con todo el pueblo católico, fue llamado el Papa peregrino, el Papa de la familia, por lo cercano que era con las personas. Todo esto debido a su profunda vida de oración.
Oración por la paz por San Juan Pablo II
Dios de infinita misericordia y bondad, con corazón agradecido te invocamos hoy... Cristo Dios reconcilió al mundo consigo. Que tu voz resuene en el corazón de todos los hombres y mujeres, cuando los llames a seguir el camino de reconciliación y paz, y a ser misericordiosos como Tú.
Señor, Tú diriges palabras de paz a tu pueblo y a todos los que se convierten a ti de corazón... Ayúdanos a derribar las barreras de la hostilidad y de la división y a construir juntos un mundo de justicia y solidaridad.
Señor, Tú creas cielos nuevos y una tierra nueva.
Te encomendamos a los jóvenes... En su corazón aspiran a un futuro más luminoso; fortalece su decisión de ser hombres y mujeres de paz y heraldos de una nueva esperanza para sus pueblos.
Padre, Tú haces germinar la justicia en la tierra. Te pedimos por las autoridades civiles... para que se esfuercen por satisfacer las justas aspiraciones de sus pueblos y eduquen a los jóvenes en la justicia y en la paz.
Impúlsalos a trabajar generosamente por el bien común y a respetar la dignidad inalienable de toda persona y los derechos fundamentales que derivan de la imagen y semejanza del Creador impresa en todo ser humano.
Concédeles sabiduría, clarividencia y perseverancia; no permitas que se desanimen en su ardua tarea de construir la paz duradera, que anhelan todos los pueblos.
Te pedimos por todos los que creen en el evangelio de Jesucristo.
Guía sus pasos en la verdad y en el amor. Haz que sean uno, como Tú eres uno con el Hijo y el Espíritu Santo. Que testimonien la paz que supera todo conocimiento y la luz que triunfa sobre las tinieblas de la hostilidad, del pecado y de la muerte.
Señor del Cielo y de la Tierra, Creador de la única familia humana, te pedimos por los seguidores de todas las religiones. Que busquen tu voluntad en la oración y en la pureza del corazón, y te adoren y glorifiquen tu Santo Nombre.
Ayúdales a encontrar en ti la fuerza para superar el miedo y la desconfianza, para que crezca la amistad y vivan juntos en armonía.
Padre misericordioso, que todos los creyentes encuentren la valentía de perdonarse unos a otros, a fin de que se curen las heridas del pasado y no sean un pretexto para nuevos sufrimientos en el presente.
Concédenos que esto se realice sobre todo en Tierra Santa, esta tierra que bendijiste con tantos signos de tu Providencia y donde te revelaste como Dios de amor.
A la Madre de Jesús, la bienaventurada siempre Virgen María,
le encomendamos a los hombres y a las mujeres que viven en la tierra donde vivió Jesús.
Que, al seguir su ejemplo, escuchen la palabra de Dios y tengan respeto y compasión por lo demás, especialmente por los que son diversos de ellos.
Que, con un solo corazón y una sola mente, trabajen para que todo
el mundo sea una verdadera casa para todos sus pueblos. ¡Paz! ¡Paz! Paz! Amén.
Una oración por la vida de Juan Pablo II
Oh María, brillante amanecer del nuevo mundo,
Madre de los vivos, a ti te confiamos la causa de la vida.
Mira hacia abajo, oh Madre, el gran número de bebés a los que no se les permite nacer, de los pobres a los que se les hace difícil la vida, de hombres y mujeres víctimas de una violencia brutal, de ancianos y enfermos asesinados por indiferencia o por una misericordia equivocada.
Concede que todos los que creen en tu Hijo puedan proclamar el Evangelio de la vida con honestidad y amor a la gente de nuestro tiempo.
Obtén para ellos la gracia de acoger ese Evangelio como un don siempre nuevo, la alegría de celebrarlo con gratitud durante toda la vida y el valor de dar testimonio de él con determinación, para construir, junto con todos los hombres de buena voluntad, la civilización de la verdad y del amor, para alabanza y gloria de Dios, el Creador y amante de la vida. ("El Evangelio de la Vida", encíclica de San Juan Pablo II, 1995)
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