Una oración para vencer la pereza y que puede ayudarte a tomar el impulso que necesitas para salir de ese estado de desánimo y apatía
La pereza, es un estado de pasividad, en el que queremos que todo se mantengan como está, que las cosas a nuestro alcance sean como siempre han sido, es como vivir una comodidad en tiempo prolongado bajo la misma situación y sin ahcer nada al respecto
Muchos de nosotros hemos sentido el enorme deseo de estar inactivo por tiempo indeterminado, de no hacer nada y de resistir por completo a cualquier tipo de esfuerzo por lograr algo. Eso es lo que llamamos: Pereza
A veces nos gusta ser un poco perezoso, como por ejemplo después de trabajar duro durante varias horas, o en un día muy frío o caliente, esto es completamente comprensible; pero si este estado se produce con demasiada frecuencia, entonces tenemos que hacer algo al respecto.
Con el fin de llevar a cabo nuestras tareas, trabajar de manera eficiente, vivir al máximo, y lograr el éxito, hay que aprender a superar la pereza, el desánimo y la comodidad
Superar el hábito de la pereza se logra a través de una serie de acciones y actividades diarias, elegimos actuar en lugar de permanecer pasivo. Cada vez que superamos la pereza en alguna actividad nos hacemos más fuertes.
Sé que hay muchas maneras de vencer la pereza, una de ellas es la acción, ponerse en camino aunque cueste; pero para poder dar este paso, debemos recurrir a la oración, porque puede que nos estemos enfrentando a un monstruo que tal vez no conocíamos su magnitud ni el impacto en nuestras vidas
Oración para vencer la pereza y el desánimo
A continuación, una pequeña oración para vencer la pereza y el desánimo y que puede ayudarte a tomar el impulso que necesitas para salir de ese estado de desánimo y apatía y ponerte en acción
Señor de mi vida, cuánto amor has revelado a mi corazón mostrándome cada día todas las bendiciones y las cosas con que me has provisto durante mi camino de vida.
Tú has reparado mis fuerzas y me has conducido por caminos seguros. Quiero abrirme hoy a tu voluntad, a pisar firme sobre la roca de tu Palabra y luchar con valentía en esta batalla espiritual que enfrenta mi alma contra todas esas supuestas "maravillas" que el mundo me ofrece.
Tú me ofreces una puerta para seguir tus pasos. No es una puerta sencilla de atravesar, pues debo dejar que mi alma sea conducida por aquello que Tú deseas y no por aquellas pasiones que me gobiernan.
Ayúdame a no deslumbrarme con las fascinaciones terrenales y abrir puertas que nada tienen que ver con tu amor. Quiero ser leal a tus mandamientos aunque muchos se aparten de mí por ello.
Líbrame de ese mal espíritu de la pereza, que me mantiene estancado en situaciones de vida que no me permiten progresar y que termino haciendo mas mal que bien a los míos y a los que más quiero
Sé que Tú permanecerás a mi lado. Derrama tu misericordia sobre mí y dame el impulso para salir adelante. Ayúdame a levantarme cuando caigo, a despreciar mis fallas y corregir mis defectos, a levantarme en victoria y huir de toda vanidad y deseos de sobresalir que cierran el corazón.
Ayúdame, oh mi Dios, a desterrar esas mal hábito de quedarme sin hacer nada encerrándome en mis propias inseguridades.
Tú me has dicho en varias ocasiones que es esforzándome cómo lograré construir escalones hacia tu Reino, es por ello que te pido que me des fortaleza para no dejarme arropar por la pereza y no sucumbir ante una falsa comodidad.
Dame poder y deseo de superarme, de arrancarme de raíz ese comportamiento cómodo de terminar dejando que sean otros los que hagan mientras yo me hundo en el inseguro piso del conformismo
Ven y oriéntame en mi camino. Aunque me cueste, aunque libre mil batallas en mi interior y el mundo se me haga pequeño, iré siempre en tu dirección.
Tengo la certeza de que todo lo puedo en Ti, de que soy un vencedor a tu lado y de que me das la fuerza para poder superar cualquier obstáculo y derrotar esa pereza que no me deja avanzar.
Tuyo soy Señor, tuyo soy. Confío en Ti y en que ahora derramas tu Gracia sobre mí para levantar la mirada y salir renovado a conquistar mi corazón bajo la bandera de la esperanza y de la fe.
Amén.